1986: Pet Shop Boys – Please (Parlophone)

Los discos que cambiaron nuestra vida

Podría haber elegido The Queen Is Dead de The Smiths, Locura de Virus, The Man Machine de Kraftwerk, Boys & Girls de Bryan Ferry, Black Celebration de Depeche Mode o Behaviour de los propios Pet Shop Boys, pero finalmente escogí el primer disco de Tennant y Lowe. Sí, decir que un disco te cambió la vida es muy complejo, ambicioso y desaforado, pero ocurre. Hay canciones que te activan extraños mecanismos que desconoces durante tu adolescencia y que te van a marcar para siempre.

Los nombres que he dado responden a ese momento de intenso contacto en el que nace la magia que te hace salir de tu limitación para esbozarte la posibilidad de lo que puedes llegar a ser cuando asumes tu vida.

Please es un disco que llegó a mis oídos con el antecedente de «West End Girls», una canción inmortal. Recuerdo haberla escucahdo en Radio Panamericana, en Arequipa, Perú. En aquellos días Kajagoogoo, Genesis, Spagna, The Scorpions, Madonna, Talk Talk, Alaska y Dinarama, José José, The Human League y demás exponentes de un tiempo y un espacio, sonaban incesantemente y se mezclaban tarde tras tarde mientras yo seguía buscando singles de techno pop, el rockabilly y las grabaciones de cintas que hacía compulsivamente.

Era una canción, tan extraña, melancólica y a la vez bailable. ¿Cómo podía ser asÍ? La respuesta la encontré en la asociación con la disco music que devoraba. Porque sonaba a Barry White, pero también tenía cosas del italo disco, pero había más, un componente de hip hop old skool que podía estar cerca de Grandmaster Flash pero también de Kurtis Blow o de Orange «Juice» Jones.

Pero ¿Pet Shop Boys? Seguía atando cabos. Su nombre me recordaba a Boys Town Gang…Como buen prospecto de fan de la música de los ochenta en plenos ochenta buscaba información, compraba la edición alemana de Bravo y ahí, entre fotos de Sigue Sigue Sputnik, Depêche Mode, -sí, así se escribía en su época-, Marillion y Accept, encontré una imagen de dos chicos con pinta de andar por la calle sin restos de laca ni hombreras. El serio y elegante era Neil Tennant y el informal y con cara de pocos amigos era Chris Lowe.

Pensé: Parecen Naked Eyes pero en plan culto.

Seguí buscando y lo siguiente fue escuchar «Opportunities (Let’s Make Lot’s Of Money)». ¡Qué título! Lo cierto es que no se cómo pero ya era un fan absoluto del dúo, un fan de esos que con quince o catorce años se llenaba de orgullo cuando sus amigos, fans de Iron Maiden preguntaban cómo podía seguir a unos que se hacían llamar Pet Shop Boys.

El álbum traía canciones que llevaban la esencia que les ha hecho famosos, véase nocturnidad, antesala disco, reflexión, escepticismo, cultura y pop.

Con la perspectiva del tiempo aquellos matices no han hecho más que darles la razón. Si bien la producción de Stephen Hague, marca de los ochenta, me hacía pensar en una ciudad llena de calles, con luces y gente, con brillo y belleza, con riesgo y a la vez distancia, como en el video de «West End Girls».

Siempre que escucho este disco no puedo evitar asociarle con un momento iniciatico, con la sensación de estar ante algo que me iba a marcar, tanto como la estética de Federico Moura, la negrura de Depeche Mode, el futurismo de Kraftwerk o el pelo de Buddy Holly. Sí, Pet Shop Boys se convirtieron en una actitud, en una representación del sueño de ser parte de algo tan grande como el pop.

Han pasado los años y Please me ha acompañado, desde la grabadora de dormitorio al walkman, del disc man al lector de mp3 y de este al ipod. Sigue intacto.

Ya digo, podría haber hablado de Behaviour, que también lo llevo conmigo, pero ahora tocaba Please, gran título, como todos los de Tennant y Lowe.

«Violence», «Why don’t we live together», «Suburbia», canciones y canciones de un álbum que siempre me acompañará. Sí, hay discos que te cambian la vida y que además nunca te dejan de lado.

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