Ayala

Supongo que la música nos sirve para equilibrar los desequilibrios que ella misma nos ha causado en muchas ocasiones

Charlamos con Roger Ayala, protagonista de las MZK Sessions del próximo 10 de julio en Barcelona, FNAC Triangle.

Mucha gente no te conoce. Por favor, cuéntanos quién es Ayala.

Ayala es el proyecto musical del que me responsabilizo desde hace cuatro años aproximadamente. A pesar de considerarlo un proyecto muy personal siempre he entendido Ayala como una banda, actualmente formada por Didak Fdez., J.J. Caro, Raül del Moral, Manuel Krapovikas y un servidor, Roger L. Ayala. Tenemos un pacto no escrito, yo compongo canciones y ellos las hacen sonar de lujo. Ellos no se meten en mi manera de escribir, y aunque a mi el trabajo en equipo se me da fatal, el talento de los músicos suele convertir sus propuestas en las mejores opciones. Son muy buenos, aprendo mucho con ellos. Más allá de ésto poca cosa, somos una banda de Barcelona, estamos en la trentena y nuestro fuerte es el directo.

Si No Lo Creo No Lo Veo. Lo consideras el debut tras dos ep´s anteriores? Roger, te alejas de modas y tendencias y firmas un disco atemporal, repleto de cariño y buen gusto. Dime tres virtudes que consideras tiene este trabajo.

Sin ninguna duda, ¡sí!. A pesar de los dos ep´s anteriores este disco tiene mucho de carta de presentación. No solamente por ser la primera grabación comercializada, también por el hecho de ser el primer trabajo que, con mayor o menor fortuna, pretende crear un marco conceptual en que las canciones aparezcan como piezas de un puzzle. Yo soy un poco peliculero con estas cosas y la verdad es que después no sé que porcentaje de eso llega a la gente. Para mi es importante que diseño, título del disco y las canciones formen parte de un «todo», creo que eso es lo que diferencia entre un álbum y una mera recopilación, sin despreciar a éstas que también son todo un arte.

La principal virtud que destaco de Si No Lo Creo No Lo Veo es precisamente esa, haber sabido estar al margen de las tendencias. Yo escucho mucha música actual que me encanta, soy fan de muchas bandas que están de moda pero me fastidia mucho sorprenderme a mi mismo condicionando la composición de un tema para que suene de una manera determinada. No es algo premeditado pero hay que estar atento y tratar de que exista una coherencia entre lo que cuentas y la sonoridad con la que lo haces, más allá de lo que a la gente le esté gustando escuchar en ese momento. Cuando seas mayor, ¿qué libro prefieres tener en tu biblioteca personal? Hamlet o El código da Vinci? yo lo tengo clarísimo, por más que seguramente hay más gente viva que ha leído el segundo que el primero.

El disco está dedicado a la familia Lopez-Blanch. “Por todo lo que dieron y por todo lo que dan”. ¿Quieres comentar algo al respecto? Parece una dedicatoria muy emotiva y sentida.

Yo tengo una familia de sangre a la que quiero y necesito mucho y después existen otras familias. La familia López-Blanch me adoptó en un momento complicado, me dio cama, me curaron una fiebre altísima y me hicieron sentir en casa de nuevo. Esto es lo que lleva haciendo esta familia toda la vida, de generación en generación. Dedicarles el disco es una tontería en comparación con la bondad que han mostrado conmigo.

Eres un claro ejemplo del do it yourself. ¿Cuál es tu mayor acierto desde que emprendiste este proyecto?
En primer lugar, hacerlo rodeado de estos músicos, no sé cómo hubiera sido tocar con otra gente pero sí sé como es tocar con ellos. En segundo lugar, y aunque muchas mañanas sentado en el ordenador no lo vea tan claro, tomar la decisión de enseñar y editar nuestra música de forma independiente al cien por cien. Yo he tardado mucho tiempo en decidir que el trabajo de AYALA fuese algo a compartir, seguramente por inseguridad y también por el hecho de estar cantando mis movidas personales. Una vez tomada la decisión de que la gente podía enterarse, tomar todas y cada una de las decisiones sobre ese material ha sido sin ninguna duda una opción acertada. Eso no quiere decir que en el 90% del trabajo no sea un auténtico coñazo.

Me hablas de dudas a la hora de publicar o no tus canciones. ¿Eres muy reservado? Entiendo que tu necesidad puede estar en componer, no en publicar… ¿La música es un ejercicio de equilibrio para ti? ¿Qué valor tiene?
Hace muchos años estuve en una banda con la que tocamos bastante, demasiado. Eran otros tiempos, otras edades y otros niveles de conciencia. Yo terminé un poco loco sin querer saber nada más del hecho de hacer música. Aguanté dos años y me volví a liar a grabar canciones con colegas y sin enterarme, a montar una banda. Creo que no sé estar sin tratar de hacer una canción. Es una tara mental que en realidad no tiene pizca de gracia, andar obsesionado negociándole frases ingeniosas a la vida. Otra cosa es publicar y eso depende mucho del grado de sinceridad e implicación que tengas con tus canciones. Desde luego, yo puedo decidir hacer una canción en la que reconozco que oigo voces y darle a eso un tratamiento poético hablando de la necesidad de diferenciar entre los ecos y las voces. Eso es una cosa y otra distinta es cantárselo a todo el mundo, ya que fuera del romanticismo de la poesía lo cierto es que eso tiene un nombre, y se trata de un nombre clínico, jajajaja. No sé si me explico. De alguna manera supongo que la música nos sirve para equilibrar los desequilibrios que ella misma nos ha causado en muchas ocasiones. Es aquello que dice John Cusack en Hight Fidelity, «…empecé a escuchar música pop porque estaba triste o estaba triste porque escuchaba música pop», algo así.


Te fijas, por ejemplo, en Jeff Tweedy, ¿y en quién más?
Jeff Tweedy y Wilco son un referente de lo que te comentaba antes. Muestran un respeto espectacular por sus canciones, las convierten en entes con vida y parece que les pregunten a cada segundo qué es lo que necesitan. No les imponen ukeleles, ni bombos a negras, son canciones libres y creo que eso es lo que las hace auténticas y para siempre.

La semana pasada estuve viendo en Bcn a «El mató a un policía motorizado». Me quedé con la boca abierta y eso que últimamente yo no estoy para muchos ruidos. Me encantó la concreción en las letras. Para que te voy a contar mil historias si lo que te quiero decir es esto, lo repito diez veces y listos. Muy grandes.

Ayer rescaté un álbum de cd´s antiguos y estoy vibrando escuchando discos que hace muchos años me volvieron loco, «Retriver» de Ron Sexsmith por ejemplo. Mientras contesto a estas preguntas suena una recomendación de mi amiga Ariana: «La Strada», preciosismo ilustrado.

Que mencionen a Drexler cuando se refieren a tu música, ¿te hace gracia o no le das importancia?
No le doy mucha importancia en el sentido de que Drexler es un capo de las canciones con muchos discos y muchos años a las espaldas. Nosotros somos una banda local sin nominaciones. Personalmente conozco todos sus discos y a algunos de sus músicos a los que admiro profundamente pero no creo que en realidad estemos tan cerca. Por supuesto, si escuchando AYALA alguien considera que tenemos puntos en común, no puedo más que sentirme orgulloso. Jorge es un maestro en el arte de hacer canciones, escuchándole solamente puedo decir…y lo que nos queda.

Colaboraciones en la grabación. ¿Tiraste de amigos? ¿Hay tantos buenos músicos en Bcn, no? ¿Quiénes son tus preferidos?
La principal colaboración del disco ha sido la de Ibán Puigfel, nuestro ingeniero de sonido. A Ibán la conozco desde hace muchos años, hemos tocado juntos y hasta hace poco él repartía su tiempo tocando el bajo en The Unfinished Sympathy y confeccionando su estudio de grabación, Nautilus Estudi. Ha sido un psicólogo con conocimientos de microfonía que ha sabido en cada momento como manejarnos. Los estudios de grabación tienen precio pero eso no se puede pagar y el ambiente en la grabación de un disco puede condicionar muchísimo el resultado final. Ibán es un Guardiola de la música. Cuando entramos a grabar, Joan Colomo estaba terminando su «contra todo pronóstico» y fue un placer tenerlo por ahí ayudándonos con los coros. Joan es un tipo de talento desbordado, me gusta mucho lo que hace y sobretodo cómo lo hace. Es un tipo de verdad, de los de antes. En Barcelona tenemos el talento directamente proporcional a la tontería. Hay que hurgar un poco, hay mucho oro que no reluce.

Sabes que es muy fácil pasar hoy en día desapercibido si no inviertes una buena cantidad en promoción y algo más… Si te digo que este disco quedará en el olvido, ¿tú qué me dices?
Yo pienso que tu apreciación es correcta si analizamos la cuestión del éxito y el fracaso, o, el olvido y la historia en términos de industria musical. Todas estas cosas caen en el mayor de los relativismos porque van estrechamente ligadas a los objetivos y expectativas que tú mismo te fijes. Como te decía antes, nosotros editamos nuestro disco y por lo tanto nosotros fijamos los objetivos. A mi me consta que por lo menos habrá unas 500 personas en el mundo que han escuchado el disco y han decidido que era una buena idea vernos en directo. Yo no tengo 20 años, ni ganas ni cuerpo para ser una estrella del rock. Yo quiero poder editar un disco cada dos años y dar unos cuantos conciertos con aforo limitado, eso es todo, y en ese sentido creo que vamos por el camino correcto. Esto es impensable formando parte del engranaje de la industria discográfica. Yo te hablo de música y músicos, no de empresas y empresarios.

Los que tocamos en bandas tenemos tendencia a pensar que la industria nos maltrata, que no nos entiende, que nos ignora porque no somos unos vendidos como esa mierda que suena en las radios comerciales. El problema lo tenemos nosotros y es nuestro trabajo hacer un cambio de chip para entender que simplemente se trata de cosas distintas. Ellos son una cosa y nosotros otra y no pasa nada, está todo bien. Los artistas independientes beben Coca-Cola, fuman Marlboro, protegen sus ojos con gafas Rayban y entienden y respetan perfectamente que estos son los artículos y las normas del mercado bajo las que estas empresas comercializan sus productos. ¿Qué diferencia hay cuando lo hace Sony o Universal? Ninguna. ¿Está fracasando la panadera de Sant Andreu por no exportar pan cocido a Seattle?. Yo creo que no, la panadera de Sant Andreu hace las barras una a una, las vende más baratas y ricas y me pregunta por mi madre. Simplemente es otra cosa.

Lo que sí sería conveniente es que entre todos cuidásemos un poco de todos. Es decir, que de la misma manera que hay bandas que trabajan su música de esta forma, en paralelo, existan pequeñas salas, pequeñas promotoras… que entiendan que también deben realizar su trabajo bajo esos criterios, que dónde ellos tienen el impuesto de sociedades yo tengo el IVA de fabricar mis discos. Al final todo parece ser una cuestión de fe, de ahí que Si No Lo Creo No Lo Veo.

Hay un tema en el disco titulado “Todo lo que no hago bien”. Roger, cada día estoy más convencido de que nuestra generación está tan frustrada que jamás lo superará. ¿Hacemos demasiadas cosas mal?
Volvemos a lo de antes, estoy de acuerdo contigo, pero pienso que se trata de un problema en las expectativas. No somos ni peores ni mejores que otras generaciones, en cualquier caso somos igual de peores o mejores. Lo cierto es que tal vez seamos una de las últimas generaciones con expectativas boyantes e inevitablemente eso se tiene que ver reflejado en los niveles de frustración. El ejercicio a realizar es el de no esperar nada de nosotros mismos. Las generaciones posteriores, los de la veintena, se han criado en la cultura del miedo, la del ozono agujereado, los aviones que se caen, el pensamiento único, de ellos solamente se espera que sobrevivan, de nosotros, que fuésemos abogados o dentistas con un buen nivel de inglés, conocimientos de informática y todo eso con una sonrisa en los labios.

Esta canción que mencionas, precisamente, habla de la banda, de mi relación con la música, de los millones de momentos en los que pienso si me merece la pena. Al final la conclusión siempre es la misma: no, pero me mola.

¿Qué no puede faltar en tu rutina musical? ¿Eres de componer regularmente?… ¿Sigues prefiriendo el formato físico a la hora de escuchar música? ¿Compras discos? ¿Sigues la prensa especializada?
La verdad es que soy poco metódico a la hora de componer. No me siento orgulloso pero cuando más compongo es cuando voy en moto. Algún sustillo me he llevado, qué relativo es el ámbar de los semáforos, ¿verdad?

Hace un tiempo tuve que decidir entre comprar discos o libros. Me quedé con los libros, mi otra tara. Una de mis ilusiones es terminar mis días con una buena biblioteca personal y eso es tiempo y sobretodo dinero. Continúo comprando algunos discos pero solamente de bandas locales. El último que compré fue «Los Peces de Colores» de Nueva Vulcano. La prensa especializada no la sigo demasiado, o mejor dicho, no la sigo regularmente pero lo cierto es que cuando cae alguna revista en mis manos me la miro entera. El problema que tengo con la prensa especializada es que está tan especializada en ser especial que no conozco a casi nadie de los que hablan y lo cierto es que me resulta materialmente imposible investigarlo todo. Ese creo que es el gran papel de debe hacer la prensa musical, filtrar entre todo lo que las nuevas tecnologías permiten enseñar.

Dime una cosa, ¿por qué ahora en España hay más músicos compositores que nunca decididos a reivindicar su arte? Para mi es un hecho muy significativo (y enriquecedor) que con las nuevas tecnologías se haya facilitado la salida a muchos artistas.

Desde luego las nuevas tecnologías facilitan que uno se pueda grabar sus canciones y enseñarlas, las canciones buenas y las malas, todas. Lo que está claro es que sin esta posibilidad mucha gente no hubiera ni dado el primer paso y en ese sentido es interesante el elemento democratizador que comportan. Para mi lo más interesante de los avances tecnológicos es la posibilidad de que en Canadá puedan escuchar el disco y abrir el correo un día y encontrarme un correo de un grupo de abuelos de Puerto Rico que se llaman «Los hermanos Ayala» que me invitan a su casa. Eso es brutal. De todas formas yo soy un poco clásico y creo que para nosotros internet es básicamente una herramienta de promoción, en el resto de cosas funcionamos como se ha hecho siempre.

Dices que sois un grupo de directo… ¿Cómo ves las opciones de tocar fuera de Barcelona? ¿Qué le dirías a un promotor local para convencerle?

Nosotros básicamente nos hemos dado a conocer por Catalunya, es donde hemos hecho el 90% de nuestros conciertos. Hemos estado también en Madrid, Zaragoza o Navarra pero básicamente hemos estado tocando cerca de casa. El problema de salir es el de siempre, tratar de que los bolos sean poco deficitarios y para eso es necesario tener aliados, ya sean bandas locales, promotores que promocionen…

Nosotros somos un grupo de directo, estamos muy contentos con la grabación del disco pero lo cierto es que las dinámicas de la banda donde más se disfrutan es en los conciertos.

A los promotores locales les diría la verdad, que somos un grupo de cinco tíos que no engañamos a nadie. Que no estamos de moda pero que le juro por Dios que el 85% del público pasará un buen rato en el concierto y que verá tocar a músicos de un nivel altísimo (que conste que no lo digo por mi). También le diría que ya verá como la siguiente vez que nos programe vendrá el doble o el triple de gente.

Esa foto de portada con una virgen en las manos. Tengo curiosidad y estoy perdido. ¡Cuéntanos!

La foto pretende simbolizar lo que se apunta con el título del disco: Si No Lo Creo No Lo Veo. La idea que gira alrededor del álbum es la de que la fe tenemos que invertirla en nosotros mismos. Si uno no se cree las cosas no las verá nunca. Esta idea va estrechamente relacionada con lo que para mi ha supuesto la autoedición del disco, decidir enseñar las canciones. Tratamos de representar la fe a través de una imagen religiosa y de esta manera recuperar el control de las cosas en las que creemos.

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