Azkena Rock 2010. Asistimos a la novena edición del festival vitoriano

Intro

Me gustaría comenzar la crónica de este festival, dando las gracias a la gente que ha aportado sus fotos. Sin ánimos de polemizar, la organización del Azkena, y sin dar un motivo claro, no dio las acreditaciones de fotógrafos suficientes, a pesar de estar confirmadas. Dejándonos a unos cuantos con cámaras réflex sin pase de foso. Paradójicamente fuera del foso estaba totalmente prohibido utilizar cámaras fotográficas “profesionales”, por lo tanto te arriesgabas a ser expulsado del festival. El primer día, quien sabe si apiadándose de nosotros, al final nos dejaron entrar a todos los acreditados al foso. El segundo nos dejaron entrar con las cámaras, pero no dentro del foso. Y el tercero, negativa absoluta de dejar acceder al recinto con cámaras tipo “profesionales”.

Por lo tanto; Las fotografías de Toilet Boys han sido amablemente cedidas por ellos mismos y por la autora Toi Browstone. La de Bad Religion por Michella Dallavalle. Chris Isaak por Laura Cabañas. The Hives por el administrador de la web oficial del club de fans.Imelda May, gracias a la propia artista y los administradores del Imelda May Supported Fan Club.

Pero lo importante es la novena edición del festival Azkena de Vitoria Gasteiz, edición que según los organizadores ha batido record de asistencia todos los días. Con protagonistas como Kiss, Slash, Bob Dylan, Chris Isaak


Jueves

El tiempo corría en mi contra, por mucha prisa que me diera, no me daría tiempo a llegar a las primeras bandas del día inaugural.

No puedo contar nada que no se haya dicho de Kitty, Daisy & Lewis que no se haya dicho ya. Lo que sí puedo decir es que su éxito siempre me ha parecido desmedido, su disco es bueno, de acuerdo, pero nunca he entendido el porqué de ese triunfo inmediato. Máxime cuando bandas de su estilo se mueren de asco sin que nadie les haga el mínimo caso. ¿La historia de siempre? ¿Buena jugada comercial de su compañía discográfica y el apoyo de la prensa británica, ávidos de caras nuevas y muy jóvenes? El debate está abierto.

Imeldamay

 

El caso es que lo poco que vi de su concierto, vino a confirmar mis sospechas. Buenas canciones, si. Pero les falta algo que una buena banda tiene que tener en directo, actitud.  El trío a pesar de estar arropados por sus padres (les suelen acompañar en directo) no supieron aprovechar la oportunidad de convencer al amplio público del Azkena. Perdiéndose en un escenario que no es que les viniera grande, es que literalmente se los comió.

Iba llegando la hora de uno de los momentos más esperados del festival para muchos de los asistentes. Reconozco que no soy el tipo más adecuado para hablar de Gov´t em Mule. A pesar de que antes de ir al festival he estado escuchando su discografía y me he estado documentando, a pesar de todo eso, me declaro desconocedor de la banda y además como se suele decir; “No son santo de mi devoción”. Hecha esta aclaración, quizás (dicho sea de paso) no muy ortodoxa, paso a relatar lo que vi allí.

Con los aledaños del escenario principal del Azkena a rebosar, la banda comenzó su concierto con eso que llaman Rock. La banda venía a presentar el álbum “By a Thread”, el primero grabado en tres años, como reza la promoción del mismo. No seré yo el que les niegue la valía como grandes músicos, tampoco seré el que cuestione la técnica guitarristica de Warren Haines. A buen seguro que los compradores  de magazines, que tanto gustan de listas de guitarristas a los que normalmente les suelen faltar escalas en su mástil, disfrutaron de un concierto en el que el protagonista fue el mencionado Warren.

Unos chicos que habían recorrido casi toda la península, venían de Málaga, decían que eso era “puro Rock & Roll”. No puedo estar más en desacuerdo. El concierto del cuarteto, no fue más que una sucesión de medios tiempos y canciones alargadas hasta extremos insospechados, mientras el guitarrista se lucia cuan chiquillo que acaba de aprender a usar el instrumento. El Rock & Roll es otra cosa amigos, además de saber comunicarse con los instrumentos, hay que saber empatizar con el público, disfrutar y hacer que disfruten,  si no hay eso, no hay Rock. En la recta final del concierto, el guitarrista Warren Haines encaro lo que parecía iba a ser una versión de Led Zeppelin “Whole Lotta Love”, que hubiese sido un soplo de aire al menos divertido en su encorsetado concierto, nada más lejos de la realidad. Solo era un pequeño homenaje que dio paso al resto del repertorio de la banda. Independientemente de que me guste la banda o no, puedo decir sin lugar a equivocarme que el concierto fue aburrido. Además no vi gran entusiasmo entre los fans que había por allí, ni siquiera cuando la banda se despidió.

Los discos de la banda que venía a continuación tampoco ocuparan nunca un lugar privilegiado en mi discoteca. Los australianos Airborne siempre me han parecido un clon de AC/DC, aunque les reconozco cierta gracia a ese aspecto deliberadamente “garrulo”.

Y así fue su concierto de principio a fin, un no parar de excesos que aunque medidos hasta la saciedad no dejaban de sorprender y arrancarte una carcajada de vez en cuando. Así el líder de los australianos, Joel O´Keffe, hizo todo lo que cabía esperar de él. Se subió a lo más alto de una de las torres del escenario, sin ningún tipo de seguridad, se rompió unas cuantas latas de cerveza sobre la cabeza, y no paraba de corretear de un lado al otro del escenario. Sin perder ni un ápice de voz ni soltar la guitarra ni un solo momento. Éxitos como; “No Way but the Hard Way” o “Blackjack” sonaron impecables a pesar del no parar de los cuatro componentes de la banda. Lo dicho, nunca me han apasionado  y no creo que lo hagan nunca, pero al Rey lo que es del Rey. Y esto si fue un concierto de Rock.

Como la noche y el día, como una hamburguesa y una ensalada, como la velocidad y el tocino… Así de distinto era el grupo que venía a continuación, The Black Lips. Precedidos de unos cuantos buenos álbumes, el beneplácito de la prensa especializada y festivales variados, pero también de una merecida fama de juerguistas  indisciplinados, y desastres absolutos encima de un escenario. Siempre recordare la cara de asombro (incluida la mía) de los presentes en su primer concierto español, en la madrileña sala Gruta 77, cuandoCole Alexander comenzó a vomitarse encima y continuaba tocando la guitarra como el que se fuma un pitillo.

 

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Concierto divertido el que dieron en el Azkena sin hacer demasiado el gamberro, igual es que están madurando. Lo más “transgresor” que hicieron fue que un par de amiguetes tiraban rollos de papel higiénico al público, y romper una guitarra sobre el escenario.  Independientemente de «performances» variadas en lo tocante a lo musical no faltaron temas de su último trabajo “200 million Thousand”, como; “Short Fuse” o “Drugs”, tampoco pudieron lo que ya son clásicos en su repertorio;  “O Katrina” o “Veni Vidi Vici” ambas del álbum “God Bad Not Evil”. A todo esto, la banda de Atlanta tiene la virtud de divertir o de enervar dependiendo del receptor, fue divertido ver como en menos de tres temas, el recinto del escenario grande, se quedo prácticamente vacio, con unas mil personas, calculando un poco por encima.

 

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Y es que a estos tipos o los amas o los odias.

 


 

Viernes

Llegábamos a la segunda jornada del Azkena, sanos y salvos.

Para mí la jornada del viernes comenzó con el concierto de la irlandesa Imelda May. A pesar de su juventud y con tan solo dos discos grandes en el mercado, al contrario que el trio Kitty, Daysi & Lewis, sabe manejar el espacio escénico como nadie. Flanqueada por su banda habitual de acompañamiento, realizo un concierto perfecto, y eso que también había estado tocando en directo en el escenario situado en Vitoria a la hora del “Vermut”. Nos hizo vibrar con temas como “Sneaky Freak”, “Rollin & Tumblin”, “Jhonny Got a Boom Boom”, o su nuevo sencillo “Psycho” de reciente lanzamiento. Aun pasándose de su tiempo estipulado de actuación, pidió permiso a los “Stage Managers” para regalarnos la versión del “Tainted Love” de Gloria Jones, y que en su día popularizo Marc Almond capitaneando a Softcel.

Llegaba la hora de trasladarse al escenario pequeño, en el cual ya había comenzado a tocar sus canciones acompañado de tan solo una guitarra, Teddy Thompson. No lo tenía precisamente fácil el británico afincado en New York, el tocar a esas horas, después del concierto de Imelda May, y cuando la gente ya tenía ganas de guerra… Ni siquiera canciones maravillosas como;  “Where to Go from Here”, o “In my Arms” pudieron retener a un público que estaba en la carpa del escenario, por estar allí, pasando el rato, charlando o moviéndose de aquí a allá. Habrá que esperar a verle en una sala cerrada, para apreciar sus canciones pop con ese toque folk y neocountry.

Ya se empezaba a ver movimiento en el escenario grande, y es que les tocaba el turno a la mítica banda australiana The Saints.Pioneros del Punk de las antípodas, han pasado muchos años para que al final se los reconozca como lo que son, y les llamen para tocar en grandes festivales. Lástima, al ver a tantos chavales maquillados como sus ídolos, no tarde en darme cuenta de que la mayoría estaban allí atraídos por ese circo mediático llamado Kiss.

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Crish Bailley y los suyos no las tuvieron todas consigo desde el principio de la actuación, la mala fortuna en forma de sonido horrible se cebo en ellos. Haciendo que la batería sonara por encima de los demás instrumentos en muchos temas. Aún así, The Saints, esta vez en forma de trío hacían lo que podían, mientras el grueso del público no parecía hacerles mucho caso. Ni siquiera canciones  imprescindibles y mil veces versioneadas como “This Perfect Day”, el himno generacional “Stranted”, o “Know your Product” fueron capaces de levantar una actuación alicaída y deslucida. Para ir finalizando el trío se marco una versión del clásico de Ike & Tina Turner; “River Deep, Mountain High”. Y pensé; “Si un grupo como The Saints tienen que sacar la chistera de las versiones, mal andamos”.

 

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El escenario pequeño, donde por cierto los conciertos eran mucho más familiares, con más aspecto de sala y con esa carpa muy bien dispuesta, todo sea dicho, ya estaba preparado para recibir a otros clásicos del Punk. Los británicos The Damned, a los que se les atribuye el dudoso honor de ser el primer grupo “Punk” que grabo un disco; el single “New Rose”. De la formación original solo quedan el mítico vocalista Dave Banian y el guitarrista Capitan Sensible. Aunque hace tiempo que giran y graban con una formación bastante estable, con mención especial al teclista/multi instrumentista Monty Oximoron, un músico digno de ver en acción.

 

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Expectación por verles y muchas ganas, al contrario que en el escenario principal, en este la gente si parecía que sabía lo que iba a ver. Superados unos problemillas de sonido, muchas veces inherentes a este tipo de festivales, The Damned se decanto al principio de su actuación por su etapa más gótica.  “There´ll  come a Day”, “Wait for the Blackout”, “Dr Woofestein” fueron cayendo uno tras uno, mientras Dave Banian no paraba de moverse de un lado a otro, con la edad que tiene (¿Donde hay que firmar?) fue lo que más me extraño. Le tocaba el turno a una pequeña selección de clásicos de su primera época; “Love Song” y “Neat Neat Neat” fueron las elegidas, si el recinto hubiera sido una sala cerrada se hubiera venido abajo. Para continuar con otra selección de temas más actuales y su particular homenaje a Arthur Lee, versioneando “Alone Again Or”.  El concierto en si fue más que correcto, pero la elección de setlist y la ejecución de algunos temas; “New Rose” fue alargada de manera insospechada, y “Smash it Up” hubo momentos que parecía otra canción, dieron al traste con una actuación que podía haber sido mucho más. Al final la sensación que se me quedo, fue la misma que cuando te bebes uno de esos cocktails con muchos ingredientes. Te emborrachas, pero no sabes a ciencia cierta de que se compone. Así fueron The Damned del Azkena; divertidos, pero hubo momentos en los que no sabría decir a ciencia cierta a que sonaban.

 

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Cuando salí de la carpa del escenario pequeño, me percate de que estaba rodeado de cabellos largos, camisetas negras (muchas deGuns & Roses) y demás gente de mal vivir y buen beber. No me había percatado de que le tocaba el turno en el escenario principal a Slash. El que fuera guitarrista solista, compositor,  y parte primordial de los mencionados Guns´n Roses. En lo que a mí respecta, de buena gana me hubiera ido a comer un bocadillo, tomar una cerveza o incluso a echar un futbolín. Pero aparte de querer verlo para poder dar buena cuenta de ello en estas páginas, he de reconocer que me picaba la curiosidad. Quería saber que hacía esa pata que le falta a Alx Rose en directo.

No voy a perder mucho tiempo escribiendo sobre lo que aconteció allí, ni voy a hacer que vosotros perdáis mucho tiempo en leer esto. El concierto fue como ver un Karaoke de Guns´n Roses, el vocalista, Myles Kenedy del que se hacía acompañar Slash, era un clon deAxl Rose. No solo en la forma de cantar, también en la forma de moverse sobre el escenario. Por momentos pensé que era un espectáculo de ventrílocuos aficionados al rock pesado. Después de ver este espectáculo, no sé porque Alx Rose y Slash se llevan tan mal, tanto uno como el otro parecen echarse de menos, a juzgar por los músicos de los que gustan rodearse.  ¡Ah! Por si alguno os lo estabais preguntando, si, toco “Sweet Child O´Mine”, con la cual cerró su actuación.

El respetable no tenía muchas ganas de abandonar posiciones, y es que llegaba el turno de uno de los “cebos” del festival. El cuarteto norteamericano con pintas de héroes de la Marvel pasados de rosca, estaba a punto de salir a las tablas. Decían por ahí que hay que ver a Kiss, al menos una vez en al vida, yo ya he cumplido, pero no tengo porque morir a gusto.

No se puede contar como es un concierto de Kiss, hay que estar allí para verlo. Son casi dos horas y media de espectáculo luminotécnico, fuegos artificiales, plataformas espaciales, maquillaje infernal y todo lo que os podáis imaginar. Desde el principio todo es como en un film de acción, una pantalla gigante nos hace creer (por lo visto esas imágenes son grabadas) ver lo que está pasando en directo en los camerinos minutos antes de que la banda salga a escena. De repente una cámara les sigue hasta la puerta que da al escenario, y…sorpresa! El grupo aparece sobre el escenario.

 

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Aunque el espectáculo no deja de sorprender, todo está milimétricamente calculado. Cada uno de ellos sabe en cada momento tiene que mirar a su cámara, y cada uno hace una parte del espectáculo.  Gene Simons escupiendo con su boca llena de sangre y vaya usted a saber que más, es subido con un cable hasta la parte más alta del escenario. Stanley se traslada en una tirolina por encima del público para interpretar “I Was Made for Lovin You”. La batería está suspendida durante todo el concierto hasta la parte superior del escenario. Y por supuesto no pudieron faltar grandes clásicos de la banda, como; “Detroit Rock City” o “Rock´n´Roll All Nite”. Todo muy bonito, si, pero por mi parte hubo momentos que no sabía si estaba en un concierto de Rock o en las fallas de Valencia. Juro que cuando tenga hijos, los llevare a ver a Kiss, en vez de al parque de atracciones, total, es lo mismo.

 

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Llegaba el momento de ver a una banda de Rock´n´Roll de verdad, se trataba de Imperial State Electric. El nuevo proyecto del escandinavo Nicke Royale, que fuera líder de la banda ya desaparecida, The Hellacopters. Gran banda en todos los sentidos, y principales artífices de toda la hornada de bandas escandinavas que vinieron después. Nick Royale se hace acompañar por grandes nombres de la escena sueca; Dreyen de Backyadard Babies o Dolf De Borst de The Datsuns por solo mencionar dos. Escuchando su música te da la sensación de que hacer un viaje musical por todas sus influencias, pero tomando solo lo mejor. Siempre estarán presentes; Ramones, Raspberries, Blue Cheer, Real Kids, Alex Chilton

Su concierto fue de lo más energético del viernes, en el escenario pequeño, como mandan los cánones de este tipo de bandas.  Salieron a escena rindiendo pleitesía a una de sus bandas favoritas, Cheap Trick, con su “Hello There”, para seguir con algunos temas de su disco. “A Holiday from my Vacation” y “Trowing Stones”, quizás la que más recuerde a The Hellacopters, fueron las escogidas para seguir. El resto del concierto fue una selección de sus temas, con alguna versión más, en este caso le toco al cuarteto más popular de Liverpool con el tema “You Can do That”. El homenaje a los Beatles no se quedo ahí, también tocaron su tema propio “I´ll let you down”, que recuerda más al rio Mersey que a los lagos suecos.

En definitiva, un gran concierto de una banda a la que no se puede perder la pista. Tipos como Nick Royale hacen falta en esto del Rock, ha vuelto y nos sentimos afortunados.


 

Sábado

Llegábamos al tercer día del Azkena, aunque llegue a pensar que no sería posible, lo confieso. La calidad de las caras que se veía entre el público ya no era la misma, las ojeras en cambio si eran de calidad excelente.

Cuando llegué al recinto, un clásico del Rockabilly estaba ya a punto de terminar su actuación. Una autentica lastima, ya que se me hacia uno de los platos más apetecibles del día, pero uno no puede desdoblarse. Robert Gordon venía acompañado por Chris Speeding y el músico de los míticos Stray Cats; Slim Jim Phantom a la batería.  Lo poco que pude ver, me llevo a pensar lo que he dicho de varias bandas en esta crónica. Ese escenario no es el adecuado para ver artistas de este tipo, y aunque me alegro por Robert Gordon, ya que en este tipo de sitios se da a conocer ante un público más numeroso, el sonido y esas horas de la tarde no le hacen justicia. Con un Slim Jim Phantom dándolo todo y pegando botes a la batería, se deshacía en agradecimientos Robert Gordon, tras haber tocado clásicos de su repertorio como “Susie Q” y el “rompepiernas” “Rockabilly Boogie”. Esperaremos a la próxima gira que dicen hará a últimos de año, para disfrutar de esta leyenda como se merece.

De leyenda a leyenda y tiro porque me toca. En el escenario dos ya habían comenzado a tocar la banda del legendario Terry Adams; NRBQ, o lo que es lo mismo New Rythm and Blues Quartet. La banda lleva funcionando desde finales de los sesenta, y a pesar de no haber tocado nunca el éxito masivo, siempre fue una banda admirada y respetada por crítica, público y artistas. Gente tan dispar comoLemmy de Motörhead, Keith Richards, o el mismísimo Bob Dylan, han mostrado respeto por el cuarteto.

La polémica estaba servida, ya que la gira española de la banda había sido suspendida entera, exceptuando la actuación del Azkena.Las acusaciones cruzadas entre promotor de la gira (los mismos que del Azkena) y artista habían suscitado todo tipo de rumores. PeroTerry Adams es un tipo demasiado elegante como para dejar de hacer su trabajo por “dimes y diretes”. Su actuación fue ganando con el tiempo, al principio se me antojo un poco seria y sosa, pero en menos de cuarto de hora, la banda ya había despegado, tocando un setlist que apenas puedo nombrar. Ya que de todos es sabidos que Terry y los suyos tocan lo que literalmente les da la gana, improvisando, y haciendo versiones prácticamente irreconocibles de sus propias canciones. Con esa discografía tan extensa que tienen, no seré yo quien diga que tengo todos sus discos. Ni siquiera los problemas que tuvo el bueno de Terry al final de la actuación con uno de sus teclados (dejo de sonar) ensombreció uno de los conciertos más elegantes del Azkena.

Se acercaba uno de los momentos más esperados para mucho de los asistentes al festival. El recinto del escenario principal estaba totalmente lleno, era la hora de Bob Dylan.  Al igual que he comentado con otros artistas, reconozco no ser el más indicado para hablar de él. No soy tan conocedor de la carrera del artista como lo puedan ser otros, pero eso no es óbice para reconocerle como un mito, y para saber que es el compositor de muchas obras insustituibles.

La verdad es que al contrario que con otras bandas, el sonido del escenario principal con el Sr Dylan fue increíble, pocas veces he oído algo tan cristalino y perfecto en un sitio de esas características. Con una banda funcionando a la perfección y sobriamente uniformados, después del primer tema, atacaron una versión de “Señor” (Tales of Yankee Power) no sabemos si por hacer la gracia de tocar en España. Así, entre canciones más eléctricas, como “High Water” y otras más acústicas como “Cold Irons Bound” o “Love Sick”, llegamos a uno de las más celebradas; “Higway 61 Revisited”, en un concierto mucho más variado de lo que me esperaba.

Hubo tiempo para el juego de los “bises”, y justo cuando ya nadie pensaba que la iba a tocar, ahí estaba el señor del tono nasal y el sombrero cantando una de sus canciones más emblemáticas, “Like a Rolling Stone”, en una versión que se me antojo un pelín irreconocible. Debe ser por todas las versiones de grupos de “garage” que he oído de esta canción a lo largo de mi vida. Tampoco pudo faltar “Blowin´n The Wind”. Nadie puede negarle que sea uno de esos artistas que desprende un magnetismo sin igual al estar sobre un escenario, independientemente de tus filias y gustos musicales.

Sin tiempo para descansar, llegaba el momento de tomar posiciones en el escenario número dos. Los que a mediados de los noventa fueron una sensación del punk neoyorkino estaban a punto de comenzar. Toilet Boys capitaneados por el frontman insustituible Miss Guy, decidieron comenzar su particular guerra sin tregua con “Living Like a Millionaire”, como queriendo decir que no habría concesiones a los medios tiempos ni otras tonterías. Y vaya que sí fue así, fue una hora escasa de actuación, pero una hora sin altibajos, sin parar ni a decir este tacón es mío. Si bien es verdad que algunas de sus canciones en disco, han envejecido algo mal, en directo recuperan todo el aire festivo y peligroso que tienen para hacerte explotar. “Nothing to Loose” y “Drug of Choice” sonaron como un autentico tiro, y hasta “Hollywood”, su tema más pausado parecía tener más revoluciones.

 

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Hubo de todo, hasta cambio de modelito por parte de Miss Guy, que sustituyo el pantalón de lentejuelas por una especie de pantalón de una sola pata, con la otra pierna tan solo cubierta por una media de rejilla. A esas alturas apuesto a que ya habría heterosexuales entre el público replanteándose su sexualidad. Momento ideal para atacar con “Sex Music” y “Saturday Night” con las que habitualmente hacían un número escupiendo fuego y lanzando chispas sobre los asistentes. Pero esta vez no pudo ser, debido a la carpa que cubría el recinto del escenario.

 

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Para finalizar y como se sienten orgullosos del lugar de donde vienen, New York City, nada mejor que “Blitzkrieg Bop” de los Ramones, con Miss Guy en el foso de seguridad confraternizando con los fans. De lo más salvaje y rápido visto en el Azkena este año.

Si antes he comentado que el concierto de NRBQ fue de lo más elegante del Azkena, en lo que a elegancia se refiere, el artista que venía a continuación, tiene mucho que decir. Me refiero por supuesto a Chris Isaak. Que de no ser por la caprichosa lluvia, hubiera sido el concierto del Azkena, y es que el californiano tuvo la mala suerte de que durante su tiempo estuviera literalmente diluviando, mermando así la afluencia del publico en el escenario principal. Aun así puedo decir sin equivocarme que fue de lo mejor visto en el festival.

 

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Con Chris Isaak, acompañado por una banda intachable, estilosa e impecable, funcionando todos como uno solo, tocando canciones como; “Two Tears”, “Somebody´s Crying”, “All I Want”, con coreografía incluida, o la inevitable e imprescindible “Wicked Game”, la verdad es que da igual que diluvie o truene.  También hubo tiempo para que rindiera pleitesía a sus maestros, con una versión de “Love me Tender” de Elvis Presley, y otra de Roy Orbison, “Pretty Woman”. ¿De verdad que no había otra canción del bueno de Roy para tocar?

Lo dicho, este Señor lo tiene todo, canta, baila, lidera una banda que muchos matarían por tener, tiene carisma y además de todo eso, es una persona agradecida y consigue que los receptores de su música sean participes de algo mágico. Y todo eso, calados hasta los huesos. ¿Quién puede hacer todo eso?

Una cosa puedo sacar en claro del concierto de los suecos que venían a continuación, o mejor dos; Cada día se parecen más en directo a Green Day, y su discurso y su directo es tan de usar y tirar como algunos muebles que comercializa una conocida marca de su país. Y eso que su directo no pudo comenzar mejor, con una versión de los Zero Boys “Civilizations Dying” y con “Main Offender”. Pero a partir de ahí el concierto se convirtió en un ejercicio de simpatía hacia el público, olvidándose de tocar canciones. Aparte de eso, tuvimos que aguantar las bromas sin gracia del vocalista Pelle, se atrevió a decir con mucha “guasa” que le encantaba que Bob Dylan les hubiese teloneado. Para a continuación tocar el tema “Walk Idiot Walk”, que cada cual piense lo que quiera. En todo el tiempo que estuvieron subidos a las tablas del escenario, si tuviéramos que contar cuanto tiempo estuvieron haciendo tocar las palmas al respetable, y cuanto tiempo estuvieron tocando temas. Ganaría ampliamente la opción “Tocar palmas y demás tonterías” Ah! Se me olvidaba, estaba hablando de The Hives, una banda que solía hacer Punk.

 

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El Azkena tocaba a su fin, al menos en lo tocante a música en directo. Los norteamericanos Bad Religión, fueron los escogidos por la organización para cerrar. A pesar de estar anunciados en el escenario número 2, la actuación se traslado al escenario principal, aun con riesgo de que las inclemencias del tiempo pudieran arruinar otra actuación. Suponemos que por la afluencia de público, ya que en la carpa del escenario 2 hubiera sido imposible dar cobijo a tanta gente.

Los reyes del Hardcore Melódico han cumplido treinta años. Aunque a juzgar por el concierto que dieron nadie lo diría. A la banda indiscutiblemente liderada por Greg Graffin, se les ha acusado de mucho. Los fans más puristas del “Hardcore” nunca les perdonaran que a pesar de sus letras comprometidas y su trayectoria llamémosla “anti  mainstream”, tocaran en festivales de la MTV, y hayan participado en festivales abiertamente comerciales.

El concierto que brindaron estuvo plagado de sus grandes himnos. Comenzar con las incontestables; “Do what you Want”, “Sinister Rouge” o “We´re only gonna Die” da una idea de que el concierto no iba a ser nada nuevo. Y es que en los conciertos de Bad Religion no hay mucho lugar para las sorpresas, cierto, igual de cierto es que no hay lugar para el tedio. El setlist estuvo plagado de temas que les han acompañado en estas tres décadas; “Suffer”, “No Control”, “American Jesus” fueron coreadas hasta la saciedad, mientras el personal de seguridad tenía mucho trabajo, impidiendo que muchos fans saltaran la valla de seguridad.

Habitualmente, Greg Graffin deja subir a alguien al escenario, pero me temo que en España nunca lo volverá a hacer después del incidente ocurrido en el Doctor Music Festival, hace catorce años . Cuando el supuesto fan se encaro con él, en el escenario y al final le hizo perder los nervios.

“21st Century Digital Boy”, “American Jesus” y “Punk Rock Song”, fueron los temas escogidos para finalizar una actuación intensa, con una banda bastante sobria para el estilo musical que practican, si exceptuamos al guitarrista Greg Hetson. ¿Cómo demonios lo hace para estar todo el tiempo saltando sin fallar una sola nota?

Manera inmejorable de terminar el festival. AÚn quedaba tiempo y dinero del Azkena (las monedas eran puas de guitarra con las imágenes de los artistas) para gastar en las carpas, donde nos esperaban los Djs.

 

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