Basement Jaxx – Kish Kash (XL)

Otro de los esperados reencuentros de este 2003 era, sin duda, el nuevo trabajo de Basement Jaxx, el tercero en su carrera, después de la decepción que supuso el anterior Rooty (01), muy lejos de la frescura e imaginación que desplegaron en Remedy (99), su flamante debut.
Felix Buxton y Simon Ratcliffe han llamado a esta nueva aventura Kish Kash para la cual han reclutado a varios amigos, algunos más habituales que otros. Entre ellos destacan el nuevo héroe del UK Garage, Dizzee Rascal, JC Cases de N Sync y Lisa Kekula de The Bellrays.

Precisamente es esta última la encargada de abrir el disco con «Good luck», una canción de inicio parecido al «Yo-yo» de Remedy, pero que enseguida se convierte en house vocal a mayor gloria de Kekula, que aporta el espíritu que necesita la composición.

Meshel Ndegeocello se encarga de «Right heres the spot», que recuerda al Prince de For you, Dirty mind o 1999.
Después del primero de los tres interludios, y un comienzo que, sin duda, supera a su anterior álbum, llega la luz con la aportación de Dizzee Rascal en «Lucky star», que sí tiene el auténtico sello de los comienzos del dúo de Brixton, ese house-funk con toque oriental que tanto les entusiasma.
Aunque «Supersonic» tiene cierta gracia con la inclusión de una armónica y una mezcla que bien podría haber firmado el mismísimo Fat Boy Slim, ni «Plug it in», donde canta el componente de N Sync, ni «If I ever recover» logran evitar que el nivel decaiga.

Una de las sorpresas llega con «Cish Cash», un acercamiento a una cierta actitud punk con la colaboración de Siouxsie Sioux, que aunque recuerda a Peaches, Gonzales o Brassy, no aporta demasiado al conjunto del disco.

«Living room» vuelve a tener reminiscencias sonoras de los primeros pasos del grupo, pero se queda en un quiero y no puedo sin llegar a la fuerza arrolladora de, por ejemplo, «Jump N’ Shout» o «Rendez-vu».

El disco se cierra con «Hot N Cold» y «Feels like home». Mejor la segunda, de nuevo con Ndegeocello poniendo la garganta, aunque ninguna de las dos pasará a la historia.

La escondida decimocuarta canción, a modo de balada, se la podían haber ahorrado.

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