Blur – No Distance Left To Run (DVD) (Parlophone/EMI)

Siete años después de su separación, la noticia estallaba en el Reino Unido a finales de 2008, al anunciarse oficialmente el regreso de la formación original de Blur. La reconciliación entre Damon Albarn y el guitarrista Graham Coxon trajo consigo una exitosa gira por Inglaterra, convertida en el presente documental en idóneo hilo conductor por la historia del cuarteto. La película fue estrenada con todos los honores en los cines británicos en enero de 2010 y es ahora lanzada en el resto de Europa en formato de lujoso DVD, incluyendo un segundo disco filmado en los definitivos conciertos de Hyde Park.

Los espacios que acogieron el tour incluyeron tanto gigantescos recintos como actuaciones especiales para familiares y amigos, así como shows secretos para poco más de cien privilegiados en la tienda Rough Trade del este de Londres, y lugares especialmente emotivos para la banda como la Unión de Estudiantes de Goldsmiths o la estación de trenes de Essex, donde ofrecieron su primer concierto. Al cobijo de esas fechas, el film repasa cronológicamente los principales capítulos del grupo, mezclando hábilmente presente y pasado, e incluyendo declaraciones igualmente actuales y pretéritas de Damon Albarn, Graham Coxon, el bajista Alex James y el batería Dave Rowntree.

Tras situar convenientemente al espectador se analiza el debut Leisure (1991), un álbum que aún arrastraba reminiscencias del sonido Madchester y con el que la banda cosechó cierto éxito. Le siguió en 1992 una amarga gira por Estados Unidos, a la postre desencadenante de la rabia ante el protagonismo que el Grunge americano había adquirido en su país. Despertaba así un orgulloso y renacido nacionalismo Mod, materializado a contracorriente en Modern Life Is Rubbish (1993). El disco se adelantó a una tendencia que poco después rejuveneció esplendorosamente y a nivel mundial el pop británico, y significó la primera parte de una trilogía social acerca de la nación completada luego por el éxito masivo de Parklife (1994) y The Great Escape (1995). Tras el apogeo llegó la reinvención hacia el indie americano al estilo Pavement de Blur (1997), y posteriormente la ruptura amorosa del vocalista con su novia Justin Frischman de Elastica, plasmada en la vanguardista experimentación de tintes electrónicos de 13 (1999). Por el camino quedó el deterioro mental y alcohólico de Coxon, finalizado con su confusa salida de la banda antes de que ésta grabase su último disco Think Tank (2003), considerado por sus autores como mero epitafio poco menos que contractual dentro de su obra.

El metraje también aborda la famosa y ahora absurda rivalidad entre Oasis y Blur, que en la época inundó los medios del país y se extendió por el resto de Europa al amparo de la etiqueta del Britpop, término impersonal y genérico inaceptado por sus protagonistas. Entre curiosidades varias encontramos imágenes de un jovencísimo Damon en plena actitud punk sobre el escenario en el año 89, o el enfrentamiento directo con Liam Gallagher en un partido de fútbol benéfico.

Acercándonos al final descubrimos -en palabras de la propia banda- el momento definitivo de la reunión y también de su carrera, materializado el pasado año en la actuación del festival de Glastonbury, con una infinita marea humana coreando “Tender” incluso cuando la canción ha finalizado. Tras abandonar el Pyramid Stage, un Albarn mostrado hasta entonces seguro de sí mismo, orgulloso y ambicioso, aparece en cuclillas y rompe a llorar de pura emoción. Las también masivas y no menos históricas actuaciones de Hyde Park que pusieron punto y final a la gira, coinciden con las últimas declaraciones acerca de una reunión libre de sospechas, asentada sobre sentimientos que vencen rencores y que deja intacta la imagen del grupo.

La calidad técnica de la grabación resulta espectacular, con planos ralentizados y una definida fotografía regalando retratos de gran belleza, mientras que una (inevitable) cierta parcialidad relega a fugaces acotaciones algunos temas complicados, como la superada adicción a la heroína de Damon o el intento de suicido por parte de Graham. Mientras, el ferviente y hambriento seguidor siempre ansía más profundidad y detalle en cada pasaje, deseando en vano que el documental triplique su duración.

No Distance Left To Run (2010) es en cualquier caso un excelente testimonio. Una auténtica delicia para los seguidores de la banda en particular y para cualquier aficionado a la música en general. Porque Blur son parte fundamental de la sociedad británica y de la cultura occidental de la década de los 90, al igual que anteriormente ejercieron The Beatles, The Kinks, The Jam, The Who, Bowie o The Smiths. Y porque su catálogo, su enorme obra, se sitúa a la altura de los grandes contadores de historias que tradicionalmente desde Inglaterra han admirado siempre al resto de un mundo emocionado.

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