Buzzcocks – Sala But (Madrid)

El cuarteto británico capitaneado por los incombustibles Pete Shelley y Steve Diggle llegaba a Madrid, después de seis años sin visitarnos, y con los ecos de una incendiaria actuación 48 horas antes en Barcelona. Los de Bolton venían con disco nuevo bajo el brazo, The Way 2014 (Pledge Music), que, sin estar a la altura de sus clásicos, aguanta bien el tipo y es más que digno.
Ver la sala But prácticamente al límite de su aforo para ver a unos históricos alegra, y siempre da que pensar si se debió a una buena labor de promoción de la promotora Houston Party (encargados de esta gira) o a la cultura de la reivindicación y del «Todo vuelve» en la que estamos inmersos últimamente.


El concierto comenzaba pasadas las 21:30 con los cuatro componentes saliendo a escena y con el carismático Steve Diggle saludando al personal, arrancando con la primera batería de temas, compuestos por las efectivas: «Boredom», «Fast Cars» y «I Don´t Mind». El sonido algo empastado y deficiente, para una sala supuestamente acostumbrada a organizar bolos de todo tipo (que no se solucionó en toda la actuación) no lograba quitar protagonismo a los Buzzcocks, ya que parte central de la sala estuvo entregada a frenético pogo durante la mayor parte de actuación.


Continuaban con los cortes que abren su mencionado último disco, las reivindicativas «Keep on Believing» y «People are Strange Machines» para poner de nuevo la sala patas arriba con «Autonomy» y «What Ever Happened To?». Con un público ya calentito y agradecido por los momentos proporcionados por algunos clásicos, llegaba la hora de presentar más temas nuevos, en este caso; la que da título para ir alternado con otros imprescindibles de su repertorio como: «Why She´s The Girl From The Chainstore», «You Say You Don´t Love Me», «Love you more» y «What do I Get», con la que terminarían un set urgente, sin paradas, exento de titubeos, como mandan los cánones del Punk, como exige la energía inherente al Rock & Roll.

Después de hacer el «paripé» de volver salir en los bises, con el «pipas» haciendo con que volvía a poner a punto los instrumento, el cuarteto volvía a escena para despacharse con el último tema nuevo que tocarían en la noche, «In the Back», por aquello del «que dirán», y continuar con otros temas que la gente había ido a escuchar en directo: «Harmony In My Head» «Ever Fallen In Love» y «Orgasm Addict», con alguna metedura de pata incluida de los dos líderes de la banda, que, lejos hacerles parecer ridículos, dotaba de frescura y espontaneidad a los últimos minutos del set.


Está claro, ni estamos en 1977, ni las nuevas canciones llegaran nunca a lo que fueron Buzzcoks en su época dorada, pero el cuarteto logra en todas sus actuaciones suplir todos los inconvenientes con oficio, ganas y clásicos atemporales. Nunca defraudan.
 

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