Calexico + Blind Pilot – Teatro Kapital (Madrid)

Volvía a Madrid la banda de Joey Burns (voz y guitarra) y John Convertino (batería) para hacer la primera parada de las tres fechas españolas que componían parte de la gira europea destinada a presentar su séptimo trabajo de estudio, el reciente Algiers (2012), que recibe el nombre del barrio de la ciudad de Nueva Orleans donde ha sido grabado; la expectación era grande: todo el papel vendido y la sensación general de estar a punto de asistir a un concierto diferente por el carácter de la banda, en definitiva, a un concierto especial de los que dejan huella entre sus afortunados espectadores.
Si algo han demostrado Calexico con la publicación de cada nuevo álbum es su ilimitada capacidad para absorber todo tipo de músicas y hacerlas suyas, creando un género tan peculiar y personal que es difícil de definir, al ser absolutamente propio;  y con este nuevo disco, aunque haya sido tachado de irregular por buena parte de la crítica, el grupo ha sido capaz de dar una nueva vuelta de tuerca a su sonido con temas plagados de cierta melancolía, algo en lo que seguramente haya influido su grabación a orillas del Mississippi, en la cuna de Jazz, donde hay cierta nostalgia por épocas mejores de una ciudad que siempre se caracterizó por ser musicalmente vibrante.

Abrieron la cita los americanos Blind Pilot, un cuarteto que con su sonido folk de marcado aire country, casaron excepcionalmente bien con los actores principales de la noche. En la media hora que dispusieron, la joven formación de Portland mostró lo mejor de sus dos discos editados hasta la fecha: 3 Rounds and a Sound (2008) y We are the Tide (2011), dejando buenas sensaciones y muchas ganas de agradar con su breve repertorio y especialmente con su simpatía y ausencia de complejos, pues dos de sus componentes chapurreaban el español y aparte de ser de agradecer sus esfuerzos por tratar de hacerse comunicar, lo cierto es que ante algunas cómicas expresiones, todos los allí presentes no pudimos más que esbozar sonrisas; por otra parte, incluso cuentan en su repertorio con una canción perteneciente a su primer trabajo titulada «Oviedo», en honor a la ciudad asturiana, que tiene fascinado al vocalista del grupo, según el mismo afirmó.

Llegado el turno de la banda de Tucson (Texas), planeaba una duda en el ambiente ya que como el nuevo disco tiene cierto aire nostálgico, muchos nos preguntábamos como iban a lograr conjugar las nuevas canciones con aquellas de estilo más festivo y sureño, pero lo cierto es que las nuevos temas ganan en vitalidad en directo, en gran parte gracias a la variedad de instrumentos que ponen en escena, lo que unido a una acertadísima elección del setlist, alternando desde el inicio cortes de su último largo con canciones de la mayoría de sus discos previos, da una mayor vivacidad impidiendo cualquier riesgo de aburrimiento. Comenzaron con el tema que abre su último trabajo, la delicada y emocionante «Epic», pero a continuación, para no distanciarnos en exceso de su habitual  registro, interpretaron «Across the wire» y sus aires sureños, despejando absolutamente la posible duda de si esa noche tocaban Calexico o no, y dar paso a la grandiosidad de «Splitter» para la que contaron con la colaboración de David García «El Indio», batería del grupo madrileño Vetusta Morla, quien en esta primera canción se hizo cargo de un pequeño xilófono; posteriormente, tomó  un par de bongos durante la  interpretación de «Roka (Danza de la muerte)», canción que el propio Joey Burns consideró muy apropiada por la reciente festividad del «Día de los Muertos» en America Latina y donde  esa noche se echó en falta la colaboración vocal de Amparo Sánchez, la artista antes conocida como Amparanoia, quien ya plasmó en directo su colaboración en el estudio en anteriores visitas. Posteriormente, ni cortos ni perezosos y muy a pesar del amplio repertorio con el que cuentan, se decidieron a presentar una canción inédita de las mismas sesiones de grabación que el nuevo disco, pero que finalmente no entró: «Dead moon», un hermoso tema en el que reina la pesadumbre, lo que seguramente le restó opciones de estar entre las elegidas, que ya de por sí son bastante oscuras.

Y así continuó la noche, alternando las nuevas canciones de su último trabajo como la emocinante «Para» con todo el arsenal instrumental desplegado, la apacible «Fortune teller» o la cautivadora «Maybe on Monday» con viejos éxitos como «Sunken waltz», «Two silver trees» o el tema instrumental «Minas de cobre», que sirvió de apropiadísima introducción para «Inspiración» y no dejar nunca de lado esos aires transfronterizos tan ejecutados bien por varios músicos de acompañamiento de muy distintas latitudes, predominando los miembros de sangre latina, entre los se encuentra como en la anterior gira, nuestro compatriota Jairo Zabala, quien demostró las grandes dotes como guitarrista que ha ido desarrollando a lo largo de estos años desde su inicios con los madrileños Vacazul y posteriormente en su personal y variado proyecto en solitario, DePedro; tampoco tuvo inconveniente alguno en manejar con gran maestría una steel guitar.
Llegado el momento, Joey Burns comenzó a introducir la siguiente canción: «una de mis canciones favoritas de Los Angeles, ciudad donde crecí junto al mar, tiendas de discos, de ropa de segunda mano, extrañas ropas y extrañas gafas» y ya muchos sabíamos que la próxima canción del repertorio iba a ser «Alone again or» de Love, la versión en toda regla de un clásico donde los haya y que Calexico logran llevar magistralmente a su propio sonido sin desvirtuarla un ápice, que es lo que realmente da mérito a una versión y no tanto el interpretarla literalmente como la original
Estábamos llegando al final de la parte principal de la actuación y que mejor «Puerto» para cederle el protagonismo vocal a Jairo Zabala quien ofreció la réplica en su lengua materna y para terminar, la versión de «Corona» de los Minutemen que estaba incluida en el Ep Convict Pool (2004) y nos dejo a todos con ganas de más.
Los bises comenzaron con sorpresa y es que el bueno de Joey Burns pidió que subiesen a escena todos los componentes del grupo que había hecho de telonero, Blind Pilot, para interpretar junto a ellos «Look at Miss Ohio», de la cantautora americana Guillian Welch. A continuación, nada mejor que retomar a la normalidad interpretando una de las nuevas canciones del disco, «Sinner in the sea» para después demostrarnos a todos como montar una fiesta sobre el escenario con variada «Crystal frontier» y especialmente con «Güero canelo», temas ambos donde volvieron a contar con la colaboración de David García «El Indio» armado con su pareja de bongos y donde pudo; destacar en esta última la aportación vocal del trompetista Jacob Valenzuela, pues fue él quien intercaló en ella parte de uno de los éxitos de Manu Chao, «Desaparecido», una agradable sorpresa para el público allí presente.
Tras volver a abandonar de nuevo el escenario, y ante la insistencia del respetable, la banda volvió a salir una vez más interpretar «The vainishing man», el tema con el que se cierra su último disco y que en este caso sirvió como punto final de una noche memorable que quedará bien grabada en la mente de todos los asistentes.
 

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