Camera Obscura – Desire Lines (4AD)

Mucho se ha hecho de rogar el nuevo álbum de Tracyanne Campbell y compañía. Cuatro largos años concretamente nos ha llevado tenerlos de vuelta, dispuestos a llamar a la puerta de nuevo y a robarte el corazón con su pop amable y melódico, lleno de encanto y sentimiento, como han venido haciendo desde que debutaran con aquel brillante Biggest bluest hi-fi; sí, el mismo que con enorme tino acertó a editar nuestro exquisito sello Elefant allá por 2002 marcándose con ello un gran tanto (de hecho, Merge lo reeditó bajo su cobijo en 2004 tras sumarlos a su nómina).

Si hemos de buscar una razón para dicha tardanza, parece que la encontraremos en la enfermedad de uno de sus miembros. Es por ello que resulta bastante lógico pensar que durante este tiempo luchando contra la adversidad, la banda se ha hecho más fuerte y ha encauzado su camino hacia un sonido más maduro con unas letras si cabe más sentidas, alejándose ligeramente con ello  de los singles directos que nos dejaron caer en buena parte de sus dos álbumes anteriores, el celebrado Let´s get out of the country (2006) y algo menos en el quizás infravalorado My maudlin career (2009).

Registrado en Portland, Oregon, de la mano del reputado Tucker Martine (encontrarás su sello en discos de Sufjan Stevens, The Decemberists o R.E.M., ni más ni menos), y con los discretos cameos vocales de Jim James y Neko Case lo cierto es que el nuevo esfuerzo de los de Glasgow suena radiante y soleado como tan bien nos tienen acostumbrados; perfecto en sentido y ejecución, dotado de una extrema sensibilidad y no dispuesto a ponerlo tan fácil como en principio podría imaginarse, máxime tras escuchar un adelanto tan directo e irresistible como «Do it again», lo más parecido a un hit que encontrarás aquí. «Can you see the tears of this clown?» pregunta Tracyanne mientras es literalmente barrida por una línea melódica que irradia felicidad en contraste con la melancolía de la letra. Un clásico en la idiosincrasia de la música pop. Otro clásico a sumar a su lista.

Pero como decía, Desire Lines (2013) no busca convencerte por la vía rápida, por lo que probablemente decepcionará a los que lleguen a él dispuestos a encontrar varios «Lloyd I´m ready to be heartbroken». No se maneja en los terrenos de la urgencia sino que se toma su tiempo para ser saboreado, sin prisas, esperando del oyente cierta predisposición para disfrutar de los medios tiempos emotivos y elegantes que dominan a lo largo de su minutaje, con las magníficas «This is love (feels alright)», «Fifth in the line to the throne», «William´s heart» o  «New year´s resolution» en cabeza, donde consiguen llegar a base de letras profundas, arreglos preciosistas bien distribuidos (con especial mención para los de «Cri du coeur») y unas melodías al alcance de muy pocos entre las que la siempre exquisita voz de Tracyanne se mueve como pez en el agua.  Las antiguas comparaciones con Belle & Sebastian deberían quedar absolutamente enterradas pues hace tiempo que Camera Obscura dominan un lenguaje propio y demuestran, con solvencia, que sus canciones están muy por encima de cualquier comparación. Suenan personales desde la primera a la última nota. Así lo atestiguan piezas como «I missed your party» con sección de viento incluída o «Desire Lines»  con su sabor a americana, en las que se puede percibir cómo el abanico de influencias se ha ido ampliando a lo largo de estos años. En terrenos más movidos debemos destacar la exultante «Break it to you gently» y sus teclados apuntando al cielo, la trotona «Every weekday» o la ya mencionada «Do it again», llevándose la palma la soberbia «Troublemaker» que emerge como una de sus mejores canciones hasta la fecha con un último minuto que se antoja épico.

Puede que algunos consideren que su momento ya pasó y de hecho su vuelta no parece haber atraído demasiada atención, pero lo cierto es que estos poco menos de cincuenta minutos deberían ser bien recibidos por aquellos que busquen un buen disco de pop atemporal, con el que dejarse mecer y con el que acompañar momentos de recogimiento. En él brillan todas las cualidades que siempre se les reconocieron con la sabiduría que confieren los años acumulados, componiendo y girando. Los que les echábamos de menos podemos sentirnos más que satisfechos y esperamos que no tarden tanto tiempo en dar relevo a las canciones de éste notable retorno.

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