Camping

Seguimos siendo los mismos

Su primer álbum, Photo Finish, se coló en las listas de lo mejor del año casi sin hacer ruido. ¿Todavía queda humor en el post-rock? Pues parece que afortunadamente sí. «Dancing Days» es el segundo disco de los catalanes (en este casi creo que sí que importa saber de dónde vienen) con el que vuelven a reirse del indie atormentado que algunos llevamos dentro.

Dos años después de vuestro primer disco, cómo van las cosas dentro del grupo?

Tampoco ha pasado tanto tiempo. Cuando terminamos de grabar el disco anterior estuvimos muchos meses de gira, luego volvimos a ensayar y preparar las canciones para el siguiente disco. Seguimos siendo los mismos. Photo finsih fue un álbum en el que estábamos empezando a tocar juntos. Ahora llevamos tres años con la misma formación y eso da mucha estabilidad dentro del grupo. Esto es muy importante sobre todo cuando no te dedicas en exclusiva a la banda. Todos tenemos trabajos al margen del grupo y es una tranquilidad saber que los demás están allí. Cualquier baja sería un problema muy gordo, porque ya nos hemos acostumbrado los unos a los otros y nos compenetramos muy bien.

Habéis vuelto a editar el disco con Astro. ¿Estáis a gusto en el sello?

El ritmo del sello es un poco así. Nos sentimos muy contentos con Astro porque tiene una forma de trabajar muy parecida a la nuestra y se plantean los discos como productos de largo recorrido.

El disco suena «diferente». ¿Han evolucionado hacia algún lugar vuestros temas?

Después de Photo Finish habíamos acabado con todas las canciones que teníamos, era como cerrar una etapa. Todo lo que hemos hecho después está en «Dancing Days». Teníamos muy claro qué era lo que queríamos y lo que no convenció de lo que habíamos compuesto lo dejamos de lado directamente. El disco es bastante complejo, pero seguro que lo parece mucho más desde fuera. Hay muchos elementos y hemos introducido muchas cosas con las que antes no trabajábamos. En este disco hemos metido muchas bases programadas y hay que tener más cuidado todavía. Una persona puede adaptarse al cambio de ritmo pero la máquina sigue funcionando y eres tú el que tiene que adaptarse a ella. Es una situación tensa, pero bastante reconfortante. Y luego también es verdad que en los directos la mayoría de los fallos los vemos nosotros, pero el público no los percibe.

¿Es vuestra música tan «compleja» como parece desde fuera?

En los ensayos es complicado.. A veces pierdes la referencia de lo que estás haciendo porque las canciones no tienen una estructura clásica de melodía, estrofas y estribillo. Nosotros no buscamos tanto que suene bien como que suene a lo que realmente queremos y a veces cuesta. Elaboramos un ritmo base sobre el que tocamos encima y a partir de ahí hacemos la canción. Hay cosas que se olvidan y muchas veces nos quedamos con una versión de la canción que no tiene nada que ver con nuestra idea original. Haciendo una similitud con la cocina. si no tienes un ingrediente le pones otro.
En los conciertos tenemos que estar muy concentrados porque hay muchas cosas sobre las que tienes que intervenir. No podríamos hacerlo sin ensayar mucho porque en muchos temas intercambiamos los instrumentos. Si tienes que hacer un cambio de ritmo y alguien falla, casi tendríamos que volver a empezar la canción. Si eres técnicamente muy hábil seguro que requeriría menos esfuerzo, pero no es nuestro caso.

El título del disco suena bastante a broma privada. ¿De dónde viene?

El título del disco viene de un culebrón brasileño que ponían en TV3. Fue el primero en catalán y era una cosa que esaba en boca de todo el mundo hace algunos años. Queríamos dar una idea equívoca sobre lo que te puedes encontrar dentro, quitarle transcendencia y jugar a engañar para que el que escuche el disco se ría tanto como nosotros. Como personas tenemos un componente lúdico muy grande y queremos trasladarlo a lo que hacemos. Llamarlo «Días de Baile» era una broma que nos pareció muy adecuada en este momento.

A pesar de esa obsesión que tenemos los críticos sobre si los grupos cambian de disco a disco, ¿qué os parece a vosotros que vivís la banda día a día?

Supongo que hemos cambiado, porque a todo los grupos les pasa con el tiempo, pero no nos obsesionamos. Hacemos lo que creemos adecuado en cada momento, pero no nos planteamos ese tipo de cosas en el día a día. Lo principal para nosotros es no repetirnos y con el tipo de múscia que hacemos es algo peligroso, porque es muy fácil caer en las mismas estructuras a la hora de montar las canciones. Hemos tratado de darle más protagonismo a la voz, hacer las bases un poco más electrónicas y menos progresivas. Tal vez hemos tendido más al formato «canción» que en el trabajo anterior. En ese sentido se trata de un disco más homogéneo y el sonido es mucho mejor. Pretendemos ir siempre hacia delante, aunque en ocasiones no lo consigamos. Es muy importante reconocer tus propias limitaciones, porque muchas veces es muy fácil caer en la autocomplacencia y dejar de ser objetivos con lo que estás haciendo.

¿Qué condiciones os gustaría tener para el grupo de las que ahora no disfrutéis?

Echamos en falta sobre todo tiempo y medios. Hemos vuelto a grabar con Pere Serrano en Grabaciones de Mentira y estamos muy contentos con el resultado. Es lo típico que dicen todos los grupos cuando están de promoción, pero es verdad. Por otro lado la falta de medios estimula la creatividad aunque nos gustaría poder controlar un poco más lo que hacemos. Nos gustaría trabajar con productores, sólo por probar qué es lo que podríamos hacer con nuestras canciones. Hemos llevado el disco muy preparado y así tienes mucho más margen en el estudio. Nos hubiera gustado dedicar más tiempo a la masterización, pero el resultado está bastante cerca de donde queríamos llegar.

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