Celebramos los 50 años de Jethro Tull

Los primordiales Jethro Tull conmemoran el año de su estreno discográfico y más en concreto, sus primeros conciertos en Inglaterra en 1968, precisamente con una gira británica que despliega velas, hoy 3 de abril de 2018. Matizar que dicho tour había comenzado ya, desde el 1 de marzo, por varios países europeos como Estonia, Finlandia, Noruega y Dinamarca pero es ahora cuando los Tull juegan en casa, en el Reino Unido. Dicho recorrido planetario continuará por Estados Unidos a finales de mayo y se extenderá de manera internacional el resto de este mismo periodo anual.

Específicamente, en España, las fechas de sus actuaciones serán el próximo 3 de noviembre en Madrid y el 4 de noviembre en Pamplona.

Por otro lado, el magistral Ian Anderson desveló ya en 2017 que, para 2019, pudiera haber un novedoso álbum con los Jethro, los cuales aparentemente se habían deshecho en 2014. De momento, para añadir aún más emociones se ha anunciado, recientemente, una recopilación de 50 canciones de toda su trayectoria (llamada “50 x 50”), escogidas éstas por el propio Anderson, a lo que se sumará un grandes éxitos de 15 cortes. Todo ello se editará en un ostentoso pack el 25 de mayo de este 2018, por motivo del citado 50 cumpleaños.

Girando siempre alrededor de ésto, dirijámonos pues hacia aquel principio de la aventura sobre aquel primer tour de 1968 y como llegaron al mismo Jethro Tull.

El guitarrista Ian Anderson, tras militar en combos como The Blades en 1963 o John Evans Band (de 1964 a 1966), decidió trasladarse, en 1967, desde Blackpool (a 65 kms. de Manchester) hasta Luton, cerca de Londres.

Una vez allí, ensambló una nueva banda de perfil bluesero, la cual se cambiaba continuamente el nombre, coleccionando términos como Navy Blue, Candy Coloured Rain, Bag O’Nails y otros muy semejantes. Debido a ésto, Anderson llegó hasta el punto que, en una ocasión tardó varios minutos en darse cuenta que era su propio grupo el que estaba impreso en un póster que había observado en un club de la capital. Fueron unas formaciones éstas de donde entraban y salían viejos camaradas del propio Ian.

Tras unos bolos desastrosos y de muy reducida condición dual “calidad / originalidad”, durante ese 1967, hacia noviembre de aquel año emergió, por lo tanto, la cuestión: ¿cómo el propio Anderson, “el entrañable flautista loco”, llegó a la primera semilla que luego daría lugar al gigantesco árbol?

Citar sus divertidas declaraciones, de 2017, es el mejor modo de saberlo: “Fue Eric Clapton el que me inspiró a coger la flauta de manera indirecta. Yo era guitarrista, en 1967, pero pronto me di cuenta de que nunca sería tan bueno como Clapton. Entonces busqué otro instrumento, uno que los otros grandes guitarristas del momento no pudieran tocar. Es mejor ser una gran pez en una pequeña piscina que al revés.”

Así que de ese modo, Ian entró en una tienda a finales de aquel año 67  y según ha relatado algunas veces, descartando cualquier guitarra, agarró el primer instrumento que se le colocó a tiro y comenzó a practicar e improvisar con la flauta, la cual tocaba mientras no cantaba.

El músico originario de Escocia también expresó: “Cada noche que subía al escenario era una lección de flauta que aprendía”.

Los intérpretes que finalmente le acompañarían “on stage” eran Mick Abrahams (guitarra), Glenn Cornick (bajo) y Clive Bunker (batería).

El propio Anderson también manifestó: “Mick Abrahams era mejor guitarrista que yo. La flauta era más fácil de tocar y me la podía meter en el bolsillo, lo cual significaba que no tendría que cargar con un montón de kilos de equipo musical”.

Como añadido, en enero de 1968, escogieron una denominación definitiva para la banda y se quedaron el de un inventor británico, pionero de la revolución agraria en el siglo XVIII. Denominarse Jethro Tull fue propuesto por uno de los agentes del grupo para conciertos, Chris Wright, el cual había estudiado Historia y también operaba, desde Manchester, en el mundo de la música. Un encargado de un club, donde habían tocado con anterioridad, les pidió que volvieran a utilizarlo al repetir actuación en el local de dicho empresario y de esa manera repescaron aquel nombre que sonaba a antiguo. Se produjo la curiosidad de que durante ese primer mes del año 68, les anunciaban todavía como Navy Blue en algún otro bolo londinense pero ellos mismos se presentaban como Jethro Tull, justo al empezar dicha actuación.

Sin embargo, como el nuevo nombre de la banda no le satisfacía a su primer productor, Derek Lawrence, el primer single “Sunshine Day” , con “Aeroplane” de cara-B (los cuales no obtuvieron repercusión ninguna tampoco), salió firmado, el 16 de febrero como Jethro Toe, donde el mismo Lawrence hizo parecer que fue una errata de imprenta. Por contra, esa misma treta no sirvió para convencer a Anderson y ni a la banda de mudar la denominación “tulliana”.

Definitivamente bautizados y anunciados como Jethro Tull, un poco antes, el 2 febrero del 68, ya habían dado su primer concierto, concretamente, en el Marquee Club de Londres continuando, por varias ciudades como Brighton, Manchester, Nottingham o Sheffield. Esta fue la comentada gira inicial de la que celebran ahora su 50 aniversario y donde les pagaban una veintena de libras por noche.

Desde este debutante tour fue donde Ian Anderson comenzó a poner caras raras mientras cantaba (de manera inconfundible, dicha entonación vocal también), a adoptar la pose de la pierna encogida, a vestir el abrigo deshilachado que le regaló su padre y por supuesto, a incorporar al rock and roll la flauta travesera, la cual hacía sonar de modo muy atípico. Resumiendo: en este punto cronológico, Anderson fue moldeando, poco a poco, la icónica imagen que le convertiría en legendario. Por contra y en aquel momento crucial, una “performance” tan extraña y novedosa del propio Ian durante los conciertos, no les debió hacer mucha gracia a los otros miembros del grupo, hasta que luego se acostumbraron.

Los Tull, efectivamente, en la primera mitad de 1968 actuaron en diminutos locales de London Town junto a gente que también luego arribó a ser célebre como Fleetwood Mac, Procol Harum o Ten Years After, entre otros. También Anderson, Abrahams, Bunker y Cornick telonearían a Pink Floyd, algo que ya habían hecho en los tiempos de la John Evans Band en 1966.

De boca en boca, los musicómanos londinenses fueron sabiendo acerca de aquella original banda a medida que ésta actuaba en la ruta de locales de dicha zona. Fue, en agosto del 68, cuando al acudir junto a John Mayall, Fairport Convention o Traffic, (entre otros) al festival de Jazz y Blues en Sunbury (a las afueras de London), un público mucho más amplio, en concreto 50.000 personas, les dio un recibimiento atronador a Jethro Tull, varias discográficas querían ficharles y muchas revistas de rock, de Inglaterra, ansiaban entrevistarles. Este país, en aquel instante, buscaba entusiasmarse, con nuevos ídolos musicales de cara a los entrantes años 70, después de las detonaciones populares de The Beatles, The Who, Cream, The Kinks, Rolling Stones y demás monarcas “british” del pop-rock de los 60.

-“Fue el momento en que nos convertimos en una gran banda”-señaló el bajista Glenn Cornick.

Sin embargo, hubo un avezado ojeador que ya les había seguido la pista al combo desde mucho antes: el propio agente Chris Wright, junto con su socio Terry Ellis, no dejaron escapar la inmensa oportunidad y les ficharon para la compañía que acababan de fundar, Chrysalis Records.

De ese modo, en junio 68 los Tull editaron el disco This Was (“Esto fue”), una peculiarísima mezcla de jazz, folk, blues y pop, donde aún probaban caminos más sólidos para un futuro sonido concreto de la banda. Aún así, temazos como la frenética “My sunday feeling” o la tensa y subliminal “Beggar’s farm”, entre otras, comenzaron a ofrecer una idea de la sideral dimensión compositiva de Ian.

A finales de 1968, los muy prometedores por entonces, Anderson y compañía aparecieron, por ejemplo, en el trascendental directo Rock and Roll Circus, organizado éste por los Rolling Stones y que incluía de invitados a otros fenómenos que ya habían marcado época en el rock como The Who, John Lennon o el propio Eric Clapton.

Clapton no toca la flauta tan bien como yo” – bromeó también sobre el asunto Ian Anderson en 2013.

Después, a partir de 1969 sobrevinieron muchas otras consabidas giras de Jehtro Tull por todas las geografías pero en este apartado ya no me extiendo más por hoy.

Los cuatro años siguientes en el estudio, en mi opinión, resultaron los más iluminados y portentosos de su carrera, donde consolidaron su genuino folk-rock mezclado con música medieval, el cual les conduciría al nº1 de las listas británicas. Una primera época ésta donde produjeron invencibles y frescas gemas como Stand up (1969), Benefit (1970), Aqualung (1971) o Thick as a brick (1972) y de ahí, la lógica evolución hacia los siguientes trabajos posteriores en los 70, ligeramente inferiores los mismos, bajo mi parecer. Sin embargo, insisto, todo ésto ya es otra crónica de super-anti-estrellato acerca de los formidables Tull, una de las más singulares y prominentes bandas de todo el Cosmos Rock.

Gira 50 aniversario de Jethro Tull por Inglaterra para este 2018:

Martes, 3 de abril, en el O2 Apollo de Manchester

Jueves 5 de abril, en el City Hall de New Castle

Viernes, 6, en el Usher Hall de Edimburgo

Sabado 7, en el Auditorium de Liverpool

Lunes 9 de abril, en el Colston Hall de Bristol

Martes, 10, en el Shymphony Hall de Birmingham

Miercoles, 11, en el Corn Exchange de Cambridge

Martes, 17 de abril, en el Royal Albert Hall de Londres

Dentro del resto de gira por el globo, sus conciertos en España serán:

Sábado, 3 de noviembre en Madrid (Palacio de Congresos).

Domingo, 4 de noviembre en Pamplona (Palacio Baluarte)

3 comentarios en «Celebramos los 50 años de Jethro Tull»

  • el 5 abril, 2018 a las 7:40 pm
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    Gracias a Muzikalia y a Txus Iglesias por traernos la celebración de los 50 años de Jethro Tull, que siguen en activo en los escenarios con cambios, pero con el inigualable Ian Anderson al frente. Desconocía esas anécdotas de los frecuentes cambios de nombre, en sus inicios, y el cambio de la guitarra por la flauta, que le convirtió a la postre en una icónica figura del Rock. Aparte de los grandes álbumes apuntados por Iglesias, verdaderos hitos de los setenta, también me gustan, en particular «Minstrel in the gallery» y «A Passion Play». Enhorabuena por reseñar, una vez más, con buen criterio, otra legendaria banda.

  • el 5 abril, 2018 a las 11:14 pm
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    Muchas gracias a Iñigo y a F. Xavier por sus comentarios y a éste último también agradecer sus aportes y opiniones en el foro sobre los Tull. También «Minstrel in the gallery» (1975), «Passion Play» (1973) es verdad, F. Xavier, o por ejemplo, añado también «Living in the past», de 1973, entre otros, son todos estupendos discos de los Jethro., aunque como digo para mí el periodo 68-72 es el mejor, sin dejar de lado, ni mucho menos éstas y otras obras comentadas de los Ian Anderson y cia. efectivamente (sobre todo en la segunda mitad de los años 70).

    Un saludo 😉

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