Crystal Fighters

Cuando el arte y el humor suponen una ofensa seria, un peligro o violencia física, hay que cuestionarlos

 

Si uno es amante de festivales indies y simpatiza con la música de Crystal Fighters, puede decir que este verano está de enhorabuena. De lo contrario, hay un problema. En su corta trayectoria, el grupo británico se ha erigido en uno de los mayores reclamos para este tipo de eventos. FIB, Santander, Lisboa (Super Bock Super Rock) y Madrid (Dcode) serán las ciudades peninsulares que contarán en las próximas semanas con la presencia -cada año más expectante- de esta agrupación de difícil clasificación.

Su afán por experimentar y evolucionar se aprecia tanto en su música como en su forma de ver la vida. Sebastian Pringle, vocalista y guitarrista, nos habla hoy de cómo un grupo reencauza su camino tras la trágica muerte de su amigo y compañero Andrea Marongiu. Tampoco dejan indiferentes sus pinceladas -con cuentagotas, eso sí- sobre sus influencias vascas más radicales y sobre qué nos encontraremos en su próximo disco.

El discurso de Crystal Fighters destila buenismo por doquier; un cierto halo de misticismo en su apología por el amor, la fraternidad, el multiculturalismo y todo ese rollo que tan bien funciona para arengar a quien nos quiere meter en una invasión sin consultarnos. Pero también afronta con sensatez asuntos más serios sin desviar la mirada. Hoy descubrimos, igualmente, que en el porqué de alguno de sus instrumentos se esconde parte de la filosofía que proclaman.
 
Han pasado cuatro años desde que pisasteis por primera vez los festivales de Benicàssim y Santander. Teniendo presente, por un lado, que vuestros temas no caducan (la búsqueda de la felicidad, el amor, el hombre y la naturaleza…), y por otro, vuestras experiencias vividas desde entonces (la evolución del grupo, la madurez, golpes personales, la pérdida de Andrea…) ¿volvéis con la misma mentalidad de aquella época o ahora veis el mensaje desde otro prisma?

La verdad es que desde que formamos la banda han cambiado muchas cosas para nosotros en los últimos años. Hemos tenido momentos geniales, pero también momentos duros. La pérdida de Andrea el año pasado fue muy triste, tanto para los miembros de la banda como para los fans. Ésta es la naturaleza de nuestro planeta, el mundo está cambiando constantemente. Nuestros pensamientos no son diferentes, tan sólo se transforman y cambian como cualquier otra cosa. Todos somos criaturas de este planeta que estamos en un flujo constante. Así es como crecemos, como seres conscientes, a través del cambio y de la adversidad, y descubriendo cosas nuevas. Desde que publicamos «Cave Rave» hace dos años, todo lo que nos ha pasado ha tenido una gran magnitud, y en estos tiempos auspiciosos, los cambios de perspectiva han sucedido casi cada hora.
 
Actualmente, sois uno de los grupos con mayor reclamo festivalero en Europa, sobre todo en España. Desde que se empieza hasta ahora ¿cómo ha sido la evolución de vuestras expectativas?

Cuando se inicia una banda, es bastante difícil imaginar todas estas cosas tan maravillosas que nos están sucediendo. Estamos muy agradecidos por tener tantas oportunidades de tocar donde lo hacemos y de descubrir culturas tan sorprendentes, sobre todo en España, que siempre ha tenido un lugar muy especial en nuestros corazones. Es un país que nos ha inspirado muchísimo y estamos muy contentos de que la gente de aquí lo haya apreciado tanto.
 
¿Os veis asistiendo a este tipo de festivales cuando rocéis los 70 años agitando melenas, como Patti Smith en el Primavera Sound, y tocando la txalaparta?

¡Sería genial!, ¿no? Tan sólo esperamos mantener nuestra salud y el deseo de seguir dando conciertos, porque es en el escenario donde nos mostramos como somos de verdad, donde somos capaces de conectar con la multitud, y si podemos hacer eso con la sabiduría de los 70, aún mejor.
 
Por cierto, tanto en el FIB como en el Super Bock Super Rock de Portugal coincidiréis en la misma jornada con Florence and the Machine (también londinenses). Ahí podría haber una mezcla explosiva juntando la voz de Florence Welch con vosotros. ¿Ves alguna posibilidad de hacer algo con ella?

Florence tiene una presencia increíble en su música y es alguien a la que siempre hemos respetado desde que asistíamos a sus pequeños conciertos en acústico en 2007. Trabajar con ella sería un gran honor, por supuesto, y estoy seguro de que podría darle fuego a alguna canción de Crystal Fighters.
 



A propósito, hablemos de vuestro nuevo disco, que tiene que estar ya avanzado. Sabemos que será diferente a todo lo anterior. ¿Vais a aprovechar estos festivales para anticipar material? ¿En qué está mutando vuestra música?

Cada día que pasa, intentamos evolucionar nuestros gustos y conocimientos, y aplicar nuestras habilidades a nuevas áreas. Los últimos seis meses de viaje, de composición y de auto-descubrimiento han sido muy enriquecedores para nuestra música y para nosotros, personalmente. Estamos impacientes. Publicaremos algunas de las nuevas canciones a finales de este año y esperamos que el álbum esté listo a principios de 2016.
Entre todos los instrumentos que controláis, llama la atención uno africano, el kalimba, con un sonido tan peculiar como atrayente. ¿Qué simbología tiene para vosotros?

El kalimba es un precioso instrumento de origen africano que realmente adoramos. Para nosotros es una especie de metáfora del ingenio humano para transformar pedazos reciclados de metal, hojas secas y madera en algo que reproduce un sonido increíble y que nos alegra tanto los oídos. Creo que todos podemos aprender algo sobre la preservación y la regeneración de la metáfora del kalimba.
 
¿Cómo surge el proceso de arreglos e instrumentación del grupo, sobre todo, teniendo en cuenta la gran variedad de instrumentos exóticos que manejáis? ¿Habéis descubierto alguno más a destacar?

Creo que el descubrimiento de muchos instrumentos se debe a la suerte o al azar. Nos encanta explorar nuevas ciudades y encontrar piezas raras de percusión o cualquier cosa que reproduzca un sonido y pueda ser incorporada a nuestra música. Mira, últimamente he estado comprando diferentes flautas, djembes y maracas, así que hazte una idea de que escucharás alguno de estos instrumentos en nuestra música dentro de poco tiempo.
 
Hablar de Crystal Fighters es hablar de experimentación. Me asalta una duda. Con la influencia y conocimientos musicales tan grandes que tenéis del País Vasco, ¿hay posibilidades de que algún día, el punk y el rock radical que tanto se escucha allí llegue a vuestra música? Ya sabes, La Polla Records, Barricada (Navarra), Eskorbuto,…

Nos encanta esa música. Tan poderosa e instintiva… Estamos muy contentos de haber conocido y compartido ideas con algunos de los chicos de esa escena cuando estuvimos en el Garate Estudios el año pasado. Ojalá que nuestro paso por allí haya causado un profundo efecto en nuestro radicalismo.
 
Una más de influencias. En Santander coincidiréis con vuestros amigos de Is Tropical, que también son muy queridos aquí. Aparte de su música, sus polémicos videoclips han tenido una gran aceptación entre el público indie, pese a ser criticados por sus contenidos explícitos. ¿Os atreveríais a hacer alguna vez algo parecido?

Is Tropical son genios haciendo videos musicales. Son como familia para nosotros y tocar con ellos en Santander va a ser estupendo. Nos encantaría hacer vídeos subidos de tono, aunque siento que nuestro mensaje ahora está más enfocado a la paz, al amor y a la aceptación, así que  lo que tenemos que hacer es encontrar el equilibrio adecuado.
 
Yendo más allá de eso que dices sobre hacer algo subido de tono, ¿en el arte y en el humor todo vale o hay fronteras que no se deben rebasar?

Creo que esto es totalmente una cuestión del momento en el que se haga. A veces una broma muy grosera puede resultar muy divertida en el contexto adecuado. Sin embargo, otras veces, una broma muy suave puede ser muy ofensiva en un contexto particularmente sensible, así que todo depende. Yo estoy totalmente a favor de la libertad en el arte y en el humor, pero cuando suponen una ofensa seria, un peligro o violencia física, entonces hay que cuestionarlos.
 
En el estudio de grabación os centráis minuciosamente en los matices de cada sonido y en los directos buscáis más la energía. ¿Qué es más propio de vosotros, un disco rico en detalles o un directo potente?

Grabar un disco y tocar en directo pueden ser experiencias muy diferentes para nosotros, y eso es una brecha que esperamos cerrar pronto. En un proceso de grabación, nos sentimos un poco más orgánicos, mientras que en una actuación en directo nos llenamos de detalles y color para que el público tenga una inmersión total en la música y en el espectáculo visual.
 
Parecéis un grupo muy Woodstock 69. ¿Qué creéis que hubiera dicho Hendrix al veros aparecer por allí con esos sintetizadores, ese charango y vuestra actitud?
Siempre pienso que si hubiéramos estado allí, nos hubiéramos llevado a las mil maravillas con Jimi. Era sagitario igual que Graham y ya sabes lo divertidos que pueden llegar a ser.
La aventura de Crystal Fighters empezó gracias a un manuscrito operístico perdido en una casa. Cito una frase de Mozart que decía: «La ópera me eleva antes que cualquier otra cosa». Tiene cierta gracia porque a vosotros no es que os elevara, sino que os creó directamente, ¿no?

Bueno, es la primera vez que se nos relaciona de alguna manera con Mozart, ¡así que estamos muy contentos con esta pregunta! Nos sentimos bendecidos todos los días por el hecho de que una historia tan esotérica entrara en nuestras vidas como lo hizo y nos permitiera vivir este sueño de viajar con la música y conectar con tantas personas y lugares increíbles en el camino. Espero que Wolfgang Amadeus también sintiera lo mismo.
 
Muchas gracias. Os deseamos mucha suerte en vuestra intensa ruta veraniega.
 

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