David Fonseca – Seasons Rising: Falling (Universal)

El portugués David Fonseca es toda una estrella en su país, lo que llamamos un «artista mainstream». Sin embargo en España todavía es bastante desconocido, a pesar de que nos ha visitado ya unas cuantas veces. Lleva una década publicando discos en solitario después de haber estado en diversos grupos. Sus canciones, en inglés, suelen reflejar su personalidad extrovertida pero también melancólica, una mezcla entre Jeff Buckley y Rufus Wainwright. Reconozco que me enteré de su existencia por una magnífica versión que hizo del «Rocket man» de Elton John, uno de mis artistas favoritos de los 70. Es curioso como es tan difícil trascender del mercado portugués al español, o viceversa…pero ese es otro tema.

Para este disco doble, David Fonseca se propuso trabajar a lo largo de un año creando canciones que fueran reflejando su estado de ánimo, algo como una agenda musical de su vida durante aquellos doce meses. El resultado es un álbum que, escuchado atentamente, muestra de manera efectiva un carrusel de sentimientos que van desde la euforia hasta el bajón más deprimente. Además es fácil seguir la pista, puesto que en el libreto, muy cuidado, cada canción va acompañada de su fecha de composición.

El primer CD, Rising, muestra su cara más optimista y desenfadada, con momentos exultantes como «Under the willow», «What life is for», «The Beating of the drums», «Armageddon o «Go dance all night». Muchos temas están compuestos durante el subidón de una gira, y se nota. La sección rítmica tiene un gran protagonismo, con especial mención a una batería espectacular que engrandece las canciones y realmente suena como un corazón desbocado, mientras que los sintetizadores predominan sobre las guitarras, a pesar de que la estructura de las canciones es de pop rock tradicional. Fonseca emplea algunos de sus trucos habituales, principalmente giros ascendentes  desde un solo de piano hasta una explosión instrumental que termina en una coda épica y luminosa. El resultado suena procedente de un tiempo indefinido, grandioso en ocasiones, con opciones a llenar estadios. La temática es esencialmente amorosa pero con un tono positivo, llenas de deseo, amor, ilusión, expectativas. Incluso cuando hay alguna batalla perdida, se toma con cierto humor.

El segundo CD, «Falling», está formado por canciones compuestas durante el otoño y el invierno. El largo camino hace mella, y las canciones suenan menos vigorosas, reflejando el cansancio, la depresión post-gira, la melancolía otoñal. Curiosamente, en este segundo CD se encuentran, en mi opinión, las mejores canciones del doble álbum. «I’ll never hang my heart down» suena a medio tiempo otoñal de Chris Isaak; «Monday, Tuesday, Wednesday, Thursday» ofrece un delicioso contraste entre el Fonseca hundido y la animosa Mallu Magalhaes, en una típica canción-respuesta que sube algo los ánimos; pronto vuelve la melancolía en «All that I wanted» y, sobre todo, en la desoladora «No more tears running», que suena como alguien encerrado en una cueva con unos pocos instrumentos y rogando por su liberación. «At your door» es desarmante, con un ensoñador final in crescendo que se repetirá en «I’ll see you in my dreams», aunque la pieza tal vez más valiosa es «Heartbroken», que dura 6 minutos a lo largo de los cuales repasamos todos los estados de ánimo relatados anteriormente, con subidas, bajadas, tramos acústicos, entradas fulgurantes de la percusión y, en fin…eso es el paso del tiempo, ¿verdad? Subidas y bajadas. Constantes variaciones del ánimo. Y tanto puede aplicarse a doce meses como a toda una vida.

 

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