Death Cab For Cutie

Aún está por llegar el disco de Death Cab For Cutie que seamos capaces de tocar en directo nosotros cuatro con nuestros instrumentos naturales (risas). Pero lo seguimos intentando

Vamos demasiado deprisa. No es que diga nada nuevo con esa afirmación. Pero la velocidad de vértigo a la que todo se mueve en los últimos tiempos hace que nos estemos perdiendo por el camino cosas que tardan su tiempo en madurar. Y Codes and Keys, el último trabajo de Death Cab For Cutie, necesita de un proceso de maduración, como el vino. Cuando salió al mercado era como el zumo de uva: dulzón, blandengue y sin demasiado interés. Tras un año de maduración y fermentación y cuando ya se ha anunciado el debut inminente de su vocalista, el disco se descubre como uno de esos vinos blancos que brillan a la luz, con colores intensos y destellos de matices sublimes. Vale, no es el tinto de lujo al que nos tenían acostumbrados, pero se deja querer muy bien.

Para que nos cuenten más cosas sobre este trabajo, charlamos con Nick Harmer (bajista) y Chris Walla (guitarrista y productor), unos músicos tan profesionales en el escenario, como fuera de él.

Codes and Keys lleva ya un año en la calle. Con la perspectiva que da ese tiempo, ¿cómo os sentís respecto de ese disco?

Chris: ¡Muy bien, la verdad! Es muy divertido tocar las canciones en directo y nos gusta como se han ido desarrollando y evolucionando los temas sobre el escenario. Ha sido un año muy bueno. Nos sentimos muy orgullosos de él.

A la velocidad que funciona el mercado musical, a nosotros nos parece que todo pasa en un tris, pero vosotros lleváis ya 12 meses hablando de este disco. ¿Queda aún algo que decir sobre él?

Chris: (Risas) Bueno, imagino que es como la gente que tiene hijos y no para de hablar de ellos ¡incluso cuando tienen 5, 6 o 10 años! Los quieres y no puedes evitar sentirte orgulloso. Seguimos tocando canciones de discos anteriores, así que me imagino que Codes and Keys es todavía como un niño para nosotros. Así que ¡aún podemos seguir hablando de él durante mucho tiempo!

Chris, tras haber producido todos los discos anteriores de Death Cab For Cutie, finalmente también te has encargado de la producción de Codes and Keys a pesar de haber comentado en varias ocasiones que no estabas muy seguro de si ibas a hacerlo.

Chris: Sí, es verdad. Pero cuando empezamos a proyectar el disco y trabajar en las primeras fases me di cuenta de que aún tenía cosas que aportar en cuanto a la producción. Me imagino que el día que esto ya no sea así, el día que ya no tenga nada nuevo que aportar, otra persona se encargará de ello.

Codes and Keys es un disco con un sonido significativamente diferente de vuestros trabajos anteriores, con más uso de la electrónica y protagonismo de los teclados sobre las guitarras. ¿La idea de tomar esa senda fue premeditada o una vez que os pusisteis a trabajar en los temas fue evolucionando hacia este sonido?

Nick: Gran parte de la culpa de este sonido la tienen las demos que Ben puso encima de la mesa, que en el caso de este disco eran más como un lienzo en blanco. Por supuesto había una estructura de acordes y las letras y melodías, pero cuando llegó el momento de producir el disco y grabarlo en el estudio estos espacios en blanco daban margen para jugar con sonidos en nuevas demos un poco más elaboradas donde utilizábamos teclados vintage, con los que Chris andaba jugando en ese momento y que finalmente es lo que se oye en el disco. Hemos usado más teclados que en los discos anteriores, pero ha sido una cosa muy orgánica. No recuerdo que nos sentáramos y dijéramos «vamos a hacer este tipo de disco». Más bien cogíamos cada canción y alguien decía «hay una parte que podría sonar muy chula en este teclado o con este sonido». Y tal vez esa textura que comentas un poco más… no sé si llamarla electrónica, es porque por primera vez hemos grabado con Logic, un programa de ordenador para grabar en el estudio que te permite más libertad que la cinta con la que habíamos grabado hasta ahora.

Pero esa manera de construir los arreglos de las canciones con los teclados en vez de con las guitarras como habíais hecho hasta ahora, ¿no ha sido un poco como tener que  aprender a hacer canciones otra vez?

Nick: No, porque las estructuras de las canciones siguen siendo muy… (se lo piensa un par de segundos)… sencillas. En ningún momento nos hemos sentido como si nos planteáramos toda nuestra manera de hacer canciones. Me refiero a que yo sigo tocando el bajo casi en todos los temas, sigue habiendo batería en todos los temas, Ben canta. No dejamos de ser nosotros mismos en nuestros instrumentos naturales tocando canciones con una estructura que dominamos. No ha sido un trabajo en el que hayamos tratado de redefinir quién somos como banda ni nada por el estilo. Creo que se ha tratado más de cambiar la manera en que suena que la manera en que trabajamos.

Aun manteniendo un estilo de trabajo natural para vosotros, el uso de nuevos instrumentos como son los teclados vintage habrá requerido de un proceso de grabación diferente de los trabajos anteriores, con una sonorización diferente.  ¿Cuáles han sido las diferencias en el proceso de grabación?

Chris: El proceso de grabación fue totalmente diferente del de Narrow Stairs, eso seguro. Porque en Narrow Stairs estábamos nosotros cuatro en una sala y apretabas el play y empezabas a tocar y apretabas stop y ya tenías casi todo el tema. Porque la mayor parte de ese disco fue grabado en directo. Y Codes and Keys es un disco construido pieza a pieza. En realidad así es como hemos trabajado para la mayor parte de nuestros discos anteriores: pedazo a pedazo. Nosotros cuatro en un estudio grabando es más la excepción que la norma para nosotros. El cambio más significativo ha sido pasar de construir el disco en cinta (de forma analógica) a trabajar con Logic (software de edición de audio), aunque lo cierto es que Logic tampoco me era totalmente desconocido.

¿Cuál ha sido la razón de que decidierais grabar este disco en hasta cuatro estudios diferentes?

Chris: Creo que el estudio de grabación funciona un poco como la caja de herramientas: coges el destornillador para hacer una tarea y el martillo para otra. Después de años de experiencia en estudios de grabación, te das cuenta de que te encierras en uno durante tres semanas a grabar y hay cosas para las que ese estudio es perfecto, por ejemplo la batería en ese estudio suena perfecta o es un sitio perfecto para grabar voces o perfecto para grabar guitarras. Pero luego hay otras cosas para las que ese estudio no funciona tan bien. Y en otro estudio, eso que no sonaba tan bien en el primero, ahora suena genial. Así que la idea en este disco fue elegir un puñado de estudios, en diferentes ciudades, que cumplieran perfectamente la función para el trabajo que necesitábamos.  Como la caja de herramientas, cada estudio funcionó perfectamente para cada parte que grabamos ahí. Además, al estar en ciudades diferentes, San Francisco, Vancouver o Seattle, cada estudio era como una experiencia diferente, que hacía salir de cada uno de nosotros cosas diferentes. Creo que ha sido una gran idea además de muy divertido.

Para cada nuevo disco probáis cosas nuevas. Por ejemplo la idea del vídeo de «You Are a Tourist», que se grabó simultáneamente a su retransmisión en directo a través de internet. ¿Cómo surgió la idea?

Nick: La idea salió de una conversación con un amigo de la banda, Aaron Stewart-Ahn, que ya había trabajado con nosotros anteriormente dirigiendo el vídeo de «I Will Possess Your Heart», en que hablábamos de las retransmisiones en directo de televisión y la idea de un montón de gente trabajando junta en un vídeo de una toma, en el que la toma se repite y se repite hasta que el director está contento con el resultado. Y pensamos en hacerlo aún más interesante, eliminando la parte en la que se repite y se repite y haciéndolo en una sola toma y además en directo. Pasara lo que pasara iba a quedar registrado y formaría parte del vídeo, incluso aunque todo el decorado se acabara viniendo abajo o alguien se olvidara de la coreografía, cualquier cosa formaría parte de ese momento, y por lo tanto del vídeo. Esa conversación entre colegas se trasladó a una conversación más seria con Tim Nackashi, que finalmente dirigió el vídeo, y él se encargó de llevarlo todo a la práctica con la gente, la coreografía, los decorados y todo lo demás. Llegó un momento en que la preparación de la escena acabó eclipsando nuestra propia participación en el proyecto, hasta el punto de que en un momento determinado nos llamaron y nos dijeron «vale, tenéis que venir aquí tal día a tal hora con vuestros instrumentos y os explicaremos lo que tenéis que hacer». ¡Y eso era exactamente lo que necesitábamos! (risas). Fue muy divertido formar parte de ese engranaje. Y el momento del vídeo en sí fue muy divertido.

En tu caso, Nick, también te has involucrado en el diseño del artwork del disco e incluso has participado en la realización del videoclip del tema «Home is a fire». Cuéntanos un poco.   

Bueno, de hecho solamente hice la foto y la envié a la persona encargada del diseño. Y encima sólo era una foto de prueba. La diseñadora le estuvo dando vueltas a varias ideas y le gustó la foto y sobretodo las posibilidades de esa foto como centro de otras ideas. Pero no es que yo me haya encargado del diseño ni nada de eso. Sobre el tema del vídeoclip de «Home is a fire», nunca pensamos que fuera a ser un single ni nada por el estilo, porque es un tema un poco extraño y además no tiene una estructura demasiado radiable, pero a mi me gusta mucho su feeling. Un día, charlando con Shepard Fairey (artista urbano conocido como OBEY), que es amigo de nuestro manager y con los años se ha convertido en amigo nuestro, comentamos que podríamos trabajar en algo juntos, le comenté algunas ideas sobre esta canción, él propuso más cosas, nos encantaron y ahí está.  La verdad es que en este disco todo ha sido muy fácil y ha venido bastante rodado, desde la grabación, al diseño del artwork, los vídeos… todo ha salido muy fluido.  Después de un año, miro hacia atrás y pienso en lo fácil que ha sido todo.

¿Y cómo ha sido la experiencia de trasladar un disco como Codes and Keys al directo? Viéndoos tocar los nuevos temas parece que ha tenido que ser una locura. Chris, tú tocas algo como cinco instrumentos a la vez y Nick, por primera vez tocas el teclado, un instrumento con el que no estamos acostumbrados a verte. ¿Ha sido tan duro como parece?

Nick: (Risas) Ha sido una locura, sí. De hecho, lo de mis teclados no ha sido nada. ¡Creo que a Chris le han salido dos brazos extras y ahora tiene seis dedos en cada mano! Ahora en serio, nunca hemos intentado recrear en directo cada nota del disco, porque eso es imposible, así que siempre hemos ido seleccionando partes y texturas y decidiendo las partes centrales de cada tema y las que podíamos cortar. Y una vez que decidimos qué debía sonar en cada tema, se trató de ver quién tocaba qué. Por suerte somos bastante versátiles… pero sí, lo de Chris tocando cinco cosas a la vez, es digno de ver…

Chris, se te ve tan concentrado en directo que cuesta imaginar que te estés divirtiendo.

Chris: Los dos primeros meses de gira fueron muy duros sobre el escenario. Disfrutaba encima del escenario con esa concentración. Era un reto. Pero divertirme, creo que no me divertía, porque tenía mi cerebro en muchas cosas diferentes a la vez… y fue difícil. Pero estoy orgulloso de haber hecho el esfuerzo porque ahora todo funciona y encima me divierto. Estoy contento de ser capaz de cambiar de instrumento con facilidad. Ha sido un poco como expandir mis capacidades sobre el escenario, como abrir una nueva puerta llena de posibilidades.
Y además conseguimos trasladar una buena parte de la esencia del sonido del disco con esa mezcla de teclado, guitarra y sampler, todo a la vez. Ahora es muy muy divertido y me parece hasta fácil (risas).

Nick: Aún está por llegar el disco de Death Cab For Cutie que seamos capaces de tocar en directo nosotros cuatro con nuestros instrumentos naturales (risas). Pero lo seguimos intentando.

Además de formar parte de Death Cab For Cutie, Chris dirige su propio sello, Trans, un sub-sello de Atlantic en el que tiene absoluta libertad de decisión. ¿Qué tal esta experiencia y qué tal funciona el sello?

Chris: ¡Muy bien las dos cosas! El sello funciona muy bien. Ahora mismo tenemos la increíble cantidad de ¡dos bandas! (risas). Pero la verdad es que estoy muy contento. Es una experiencia muy divertida. El disco de Now Now está a punto de salir y The Lonely Forest han funcionado muy bien tanto en disco como en directo.

¿Más trabajo?

Chris: Hmmm… no exactamente… (titubea un rato)… es curioso… ocupa un montón de espacio en mi cabeza pero de hecho no es exactamente mucho trabajo-trabajo. Es raro y a la vez interesante.

¿Cuáles son los planes de Death cab For Cutie para los próximos meses?

Nick: Todavía seguiremos de gira unas semanas. Y luego, ¡vacaciones¡ Nos tomaremos un descanso de Death Cab For Cutie por una temporadita para que cada uno siga a sus cosas.

Chris: Yo aprovecharé para darle los últimos retoques a mi estudio. Hace poco me mudé y volví de nuevo a Seattle. Y he recuperado mi antiguo estudio Hall of Justice al que estoy acabando de poner a punto. Ya tengo ganas.

¿No andáis trabajando en nuevas canciones?

Chris: De Death Cab For Cutie no.

En aquel momento esta enigmática frase final no parecía relevante y nos pasó desapercibida. Ahora sabemos que sí que había un miembro de la banda trabajando en nuevas canciones: Ben Gibbard, que publicará su primer disco en solitario el próximo mes de octubre.

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