Doctor Explosion + Los Glurps!! – Sala El Loco (Valencia)

Como seguramente diría José María García, de haber sido periodista musical y no deportivo, hay conciertitos, conciertos y conciertazos. Yo añadiría una cuarta categoría superior, sin nombre todavía, para poder meter actuaciones como la que pudimos vivir anoche. Ante una sala El Loco que no llegó a llenarse totalmente aunque faltó poco, Doctor Explosion ofrecieron, una vez más, una lección magistral de cómo tocar, moverse sobre el escenario y comunicar con el público. Un concierto imperfecto que, por eso mismo, es de los que difícilmente se olvidan.

Pasadas las 11 de la noche, y ante una cantidad de público ya bastante importante, el grupo local Los Glurps!! (jugando en casa, como ellos mismos dijeron) saltaron al escenario para ofrecer su garaje-punk vitaminado y chulesco, directo al estómago y combinando canciones propias, muy interesantes, con versiones de clásicos del género como The Sonics o The Cynics. Salieron triunfantes más allá de su misión de teloneros: el público pedía más, y muchos casi olvidamos cuál era el plato principal de la fiesta. Después de ver muchos conciertos en los que el grupo telonero toca para cuatro despistados apalancados en la barra, se agradeció un inicio de velada tan potente y energético.

Por supuesto lo que vino después no se quedó atrás. La salida de Jorge Explosion (guitarra), Pibli (a la batería) y Pablo, la última incorporación, al bajo, fue jaleada por una sala ya excitada al máximo. Empezaron muy fuertes con “All mine”, la canción que abría su anterior LP, Chupa aquí (Perrotti / Boomerang, 2009), retrocedieron en el tiempo para recordar “Not so cool”, y rápidamente entregaron el primer gran bombazo de la noche: “Eres feo, chaval”. Una canción graciosa, sí, pero en directo…poca broma…te revuelve los intestinos y te recuerda por qué amas el rock’n’roll.

Después de tres canciones por fin Jorge se decidió a presentar un tema del nuevo LP, Hablaban con frases hechas (Perrotti / Boomerang, 2011). ¡¡Y qué canción!! Nada menos que “¿Quién quiere lo que tuvo ayer?”, un tremendo tema de pop sixties, un brutal homenaje a los primeros Who y la constatación de que es imposible que Pibli, el batería, tenga sólo dos manos, aunque no pude ver donde escondía las otras.

Desde ese momento el concierto fue basculando entre la revisión de canciones del pasado más remoto (grande “Let’s go to the beach”), del pasado inmediato (“I want you”) y del esplendoroso presente (“Blue Monday”, su genial versión de New Order que por fin han grabado para su último disco). De su reciente trabajo sonaron también “Autodestrucción” y la más popera “Hoy una vez más”. Eché en falta la tremenda “Agua del grifo”, pero no había motivos ni tiempo para quejarse cuando uno tras otro suenan clásicos como “Rompí la televisión” y “Drácula ye-yé”, que volvió loca a la gente entre gritos, coros y bailes compulsivos.

Ni siquiera los continuos problemas de Jorge con la afinación de la guitarra hacían decaer la fiesta lo más mínimo. De hecho casi los agradecimos: la banda los aprovechaba para presentar su siguiente canción y caldear el ambiente, y nosotros para descansar durante unos segundos nuestros tímpanos y cerebros, que no hubiesen podido soportar todas aquellas estampidas de garaje y adrenalina sin pausa ninguna. Incluso con tanto parón, en las primeras filas ya se formaban pequeños pogos, respetuosos y cuidadosos en comparación con otras ocasiones, pero desbocados de pasión por el rock’n’roll. Una pasión que explotó con la primera bajada de Jorge a tocar entre el público, llegando a subirse a la barra del bar, y una pasión que reventó la sala y se convirtió en delirio cuando, tras otro vistazo a su último LP (“No puedo reírme”, “Te delatas”), encadenaron nada más y nada menos que “Surf talibán” y “Mata a la tuna” antes de retirarse al camerino por primera vez.

Todavía me encontraba valorando el hecho de que adolescentes y chavales de veinti-muy-pocos años (tal vez sin saberlo) estuviesen bailando como locos el mismo “Ça plane pour moi” que bailaba yo en mi habitación hace 30 años, cuando la banda volvió al escenario para un primer bis que incluyó, entre otros, dos momentos muy esperados: “Basura” y “El calcetín”, que no podía faltar en Valencia tratándose de una versión de nuestros Huracanes.

Otra fugaz retirada, y otro retorno celebrado por el público, que esperaba ansioso el tradicional fin de fiesta. Y Doctor Explosion no defraudaron, claro. El colofón con “Comanchee” tocada entre el público por los tres músicos, puesto que Pibli también bajó con su bombo, fue de infarto. Sentados en el suelo, con un corrillo de gente alrededor que supo comportarse impecablemente a la vez que disfrutar del desparrame, el bombo de Pibli tocando a un ritmo tribal mientras la gente aullaba “Coomaaaaaan….cheeeeeeee”, la guitarra que iba y volvía de Jorge…uf, todavía se me ponen los pelos de punta. Empalmando con “Let’s go in 69”, volvieron al escenario para acabar la canción y dar por terminado un concierto que todavía resuena en mis tímpanos ahora mismo, y que lo hará durante mucho tiempo en mis entrañas musicales. Seguro que no seré el único.

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