Entrevista: Sho Hai (Violadores del Verso)

Hay que echar vinagre en los ojos a los que te joden y están arriba manejando los hilos

Sergio Rodríguez (Zaragoza, 1976), rapero maño del emblemático grupo de rap Violadores del Verso, se jacta de tener más de una cara. Se presenta con múltiples alter-egos: Hate, El Rey de las Cantinas, Gran mago Beodo, el Heavy del Rap o simplemente Sho Hai. Después de seis años de silencio, Sho Hai vuelve más fuerte con La Última Función donde refleja toda la bilis que lleva dentro entre rimas e ironías que reflejan su forma de concebir el rap, de purgar sus demonios internos y también de la realidad social en la que nos encontramos.

Debutó en solitario con su primer disco, Doble Vida (2011), tras consagrarse con Violadores del Verso. En esta ocasión nos muestra una de sus caras más crudas y sinceras, escupiendo versos desde su más interno yo, con el toque ácido de siempre, pero con un sonido más rico en texturas aunque con el trasfondo al que nos tiene acostumbrados.

En La Última Función se muestra crudo, contundente pero con los pies en la tierra, sabiéndose a la vez humano y finito. Sabe lo que hace, y sabe que lo que ha hecho no va a dejar indiferente a más de uno, llamando las cosas por su nombre, pero también desnudando su faceta más íntima y personal, a la que nos tenía algo menos acostumbrados. Por ello, este álbum apunta a nuevas coordenadas de lo que es Sho Hai, donde se muestra transparente pero a la vez contundente y mordaz.

Hablamos con él de su nuevo disco, del proceso de composición detrás del mismo, de su experiencia como persona y artista, de esa misma dualidad que encierra y de su visión acerca de la escena musical del momento, de la sociedad actual y de los problemas en torno a la libertad de expresión, pero sobre todo de si realmente es su última función. Nos citamos con él en Madrid, entre cervezas dentro de un bar, su hábitat natural. Donde esperamos a una persona de fama tímida, finalmente nos encontramos con un hombre que nos bombardea sus ideas sin pelos en la lengua.

La primera pregunta es obligada de cara a todos tus seguidores. ¿De verdad es La Última Función de Sho Hai?

Pues nunca se sabe lo que puede pasar en el día de mañana, espero que sea la penúltima. No es que esté enfermo ni nada así, pero nunca se sabe. De modo que dejo aquí mi segundo hijo, por lo que sí, quizá sea la última. Aún así tampoco he puesto este título para generar alarma, no deja de ser mi última función, mi último disco. Esperemos que aún dé mucho de sí este cerebro podrido y este higadillo infecto (risas).

Respecto a la portada del disco, con una ilustración de una estética circense a la par que tétrica y oscura, ¿Qué tratas de transmitir?

Pues para empezar, que siempre me han gustado ese tipo de imágenes oscuras de calaveras y demás. Y además, tenía claro que en este disco no quería salir en ninguna foto, no quería mi cara por ningún lado, ya estoy un poco harto de eso. Por lo que conté con mi amiga la ilustradora Laranoia para los diseños de, además de la portada, los del propio libreto del álbum y, cada canción cuenta con su propia ilustración. Y sí, super oscuro, siempre me ha gustado el rollo de calaveras y tal, un poco heavy incluso. Estoy muy contento, es una pasada de curro. Me representa.

Han pasado seis años desde tu anterior trabajo Doble Vida y en este nuevo álbum se puede apreciar algo más de variedad en cuanto al sonido y una producción incluso más pulida. ¿Qué te ha movido para entrar de nuevo al estudio? ¿Ha cambiado algo en este tiempo?

En este disco hemos contado con más instrumentos reales y tenemos a más músicos: un bajista, guitarrista, trompetista, batería e incluso un gacho haciendo coros. También hay temas con una base más electrónica, que no suelo hacer, pero sin salir de mis márgenes. Y bueno, lo veo con algo más de luz que el disco anterior. El otro estaba muy jodido y muy depresivo y este, ya te digo, lo veo con un poco más de luz. Sin quitar que también hay temas más bestias y oscuros.

De todas formas, tampoco ha cambiado mucho realmente. He seguido currando con R de Rumba, que es el tío con el que más cómodo estoy siempre a la hora de grabar y producir, aunque también hay más productores como Xhelazz, Ossian o Haze, además he contado con un productor inglés que se llama Hashfinger y con MoSS, otro productor canadiense. Pero al fin y al cabo sin salirme de mis márgenes de siempre.

A la hora de concebir el disco, de componer las letras y demás, ¿has buscado tejer una premisa en particular que permee todos los temas o cada uno es independiente entre sí?

Pues básicamente los temas del disco no tienen continuidad, excepto la sección del disco con «Sombras», «La Bella Muerte» y «Polterhate» que siguen, digamos, una misma línea. Para empezar con «Sombras», donde muestro que lo que hagas es lo que te vas a llevar a la tumba; la segunda, en la que hablo con la Muerte cara a cara, que te quieres ir al otro barrio porque lo que tienes aquí no te gusta. Y la tercera parte, donde cuento que soy un espíritu que me voy metiendo en la piel de otras personas y por ahí. Pero vamos, yo no voy siguiendo ninguna pauta en concreto cuando concibo un disco. Normalmente me guío al escuchar una instrumental y con ella ya visualizo sobre lo que voy a hablar, o al revés, a veces le llego al Rumba y le digo que necesito una base para un rollo en particular, y él me lo da a la carta, en bandeja.

¿Ha habido algún momento durante la creación y producción del disco difícil o compleja?

Pues la verdad es que todo ha fluido muy bien. Aunque la de «Polterhate» tenía la idea muy clara y me imaginaba muchas escenas, pero estaba acojonado sobre cómo hacerlo, ya que fue algo compleja para trasladar lo que tenía en mente como quería. Pero el resto muy bien. La verdad es que no he tenido momentos de atasco ni nada así.

En La Última Función nos encontramos al Sho Hai de siempre con mucha bilis y mala baba, pero a su vez también hay cabida para facetas más íntimas que son menos habituales en ti. ¿Este nuevo disco ha servido para desnudarte?

Pues es que a la hora de escribir me baso siempre en sentimientos, situaciones mentales y en cómo estoy. Y claro, pues todo me inspira, si estás jodido lo escribes, si estás bien, pues también. Siempre se dice que cuando estas mal te salen las mejores letras, pero bueno, al final es terapia, lo necesito.

¿Dirías entonces que un motor de tu rap y tu música es padecer crisis vitales, tener tus demonios encima?

Pues a ver, cuando estoy bien también me mola escribir obviamente. Pero son épocas de tu vida que si te pilla así, pues lo escribes y ahí queda reflejado. Y está bien ver como al cabo del tiempo lo jodido que estaba en cierta letra, y ver que ahora estoy de puta madre. Pues es un buen recordatorio para decir, hostia, qué mal estaba y qué bien estoy ahora.

¿Sho Hai echa vinagre donde más escuece?

Claro que sí, aunque soy un tío ácido pero no tóxico (risas). Hay que meter el dedo en la llaga a los que te tocan los huevos, puede ser en tu vida o a los que están arriba manejando los hilos. Hay que echar vinagre en los ojos incluso.

En un fragmento del disco dices que para la industria musical eres una espina en sus gargantas, ¿Cómo ves el panorama de la música actual?

Pues la mención acerca de la espina la digo porque, cuando sacamos el disco de Vivir para Contarlo con Violadores, nos pusimos en el número uno en ventas y las multinacionales y toda esa mierda decían, ¿pero estos quiénes son? Si no han salido en ningún lado, ni en los medios ni pollas. Pues os jodéis, nos estamos puliendo a vuestros artistas sin la promoción que les estáis dando, sin salir en ningún lado excepto en las revistas de hip hop de la época. Y les jodió mucho a toda esta peña que un grupo con su compañía propia e independiente llegasen a eso. Este tipo de rimas van por eso.

Y sí, ocupar sitio, sin salir en los medios, ni en radiofórmulas, ni en televisiones; que aparte de que no nos quieren ahí, nos da igual. Y además, ahora mismo con Internet la gente que te quiera escuchar te va a buscar y fuera.

En «Desnudo» también lanzas un dardo al decir que “algunos jóvenes no heredaron mis genes, solo heredaron gérmenes” y que este género ha degenerado. ¿Qué opinas acerca de los artistas nóveles que se difunden en YouTube y que apuestan por una fuerte carga visual y estética? ¿Y del fenómeno del trap?

Pues trap la verdad es que no escucho mucho porque no me seduce, me parece muy monótono. Mira que yo soy un pesado rapeando y tal, pero jodo, a veces el trap resulta más plano y pesado. No le saco el jugo que a lo mejor le saca otra gente, no me seduce nada. Se supone que el trap viene del rap, que realmente ese estilo de rap es el que se hacia hace años ya con el dirty south en el sur de EEUU y demás, y viene un poco de eso. Y ya de hecho en esa época no me gustaba ese estilo, lo veía como muy de mentira. Pero bueno, que cada uno haga lo que quiera y que el público elija.

A mí se me clasifica de no innovar pero, a ver, ¿innovar qué es? ¿Hacer lo que hace el resto de la gente y los rappers americanos? ¿Eso es innovar? Eso es una puta copia de copia de tres pares de huevos. Y otros grupos hacen lo que hacía yo y lo hacen mal. Pero bueno, también hay peña super válida muy joven que lo está reventando por ahí, y se lo merecen. Como por ejemplo Hard GZ en Galicia, Ayax y Prok o Foyone, que tiene más años pero que está reventando salas totalmente merecido y haciendo un rap con huevos, como yo lo concibo. Aunque yo no me niego a escuchar rap más así de club si está bien hecho. Dame rap bien hecho y me da igual lo que digas, pero hazlo bien y con estilo. Pero no me cierro en banda, ante todo hay que escuchar mucha música siempre.

«Dando Brea» es un tema muy crítico socialmente y abiertamente contestatario que además cuenta con una versión metalizada con Soziedad Alkóholika. ¿Qué situaciones te mueven para hacer este tipo de reivindicaciones?

No quiero ni ver las noticias, porque me hierve la sangre de ver a estos mierdas que manejan este país como les sale de los cojones y se van de rositas. Me encantaría decir ciertas cosas sobre ellos y desearles cosas muy bestias, pero claro, eso te lleva a la carcel. Pero sin duda se lo merecen. Y mucha rabia al ver como se están riendo de todos nosotros, nos están robando en la puta cara. Yo no soy nada violento, pero se está viendo que la gente no se entiende hablando y al final se va a entender con sangre. No me gusta decir esta mierda, pero de alguna forma se tendrán que dar cuenta. Nadie se merece morir en este mundo obviamente, pero te pilla en caliente y piensas que los matarías a todos. Pero bueno, paz siempre.

¿Y qué sientes al ver que ciertos raperos por sus letras acaban en el banquillo, como Ayax y Prok, Valtonyc o incluso tuiteros?

Pues me jode mucho que por unos tuits de mierda les lleguen a meter a algunos enaltecimiento del terrorismo. ¿Pero que me estáis contando? Como por ejemplo Cesar Strawberry por hacer chistes, que bien, pueden ser muy macabros y muy negros, pero que no has matado a nadie. Y vale, si al Strawberry le haces esto pues nivela la balanza. A los que hacen otras cosas similares por otro lado no les pasa nada.

En el disco colaboras con tus compañeros de Violadores del Verso como el propio R de Rumba o Kase. O, que aparece en un par de temas, pero se echa mucho en falta a Lírico. ¿A qué se debe su ausencia?

La movida es que en un principio no iba a colaborar más que con Soziedad Alkohólika, que lo tenía en mente desde el principio. Además también con Ossian, que es el que rapea conmigo en los conciertos, y tenía una cuenta pendiente con él de rapear juntos, y no quería que lo hiciera nadie más. Kase, que llevaba un tiempo en Colombia, desde principios de año está en Zaragoza y nos hemos ido viendo más, pero Lírico vive en Barcelona. A base de vernos Javier y yo pues al final a falta de uno se ha hecho dos. Pero bueno, surgió así.

¿Alguna pista sobre cuándo se puede dar la vuelta de Doble V?

Pues ahora Kase está que no para y ahora empiezo yo a hacer la gira del disco. Cuando terminemos cada uno nuestro proyecto en solitario, pues a ver, reunión de sabios y comité para hablarlo. Para ver si seguimos para adelante o no hacemos nunca nada más. Pero esperemos que sí.

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