Entrevistamos a La Habitación Roja

Al final de esta entrevista Jorge Martí, líder creativo y diríase que espiritual de una banda esencial en la evolución del pop independiente en nuestro país durante las últimas dos décadas, se confiesa agradecido y casi emocionado por las muestras más o menos evidentes de reconocimiento por una carrera –la de su banda, La Habitación Roja-, que ya empieza a ser considerable.

Por eso, y por el amor a la música que siempre los ha movido, era un buen momento para hablar con él sobre las circunstancias de su nueva producción, un disco bastante diferente en sonido y que han titulado Memoria como resumen de su filosofía vital y visión del mundo, algo desencantada pero consciente siempre del terreno en el que se mueven quienes en él habitan. Una producción dirigida por Paco Loco en el Puerto de Santa María que puede despistar al seguidor habitual, que por otra parte nunca se podrá quejar tratándose de ellos de que no hacen apuestas arriesgadas ni se toman en serio cualquier cosa relacionada con sus canciones.

Muchas cosas suenan a nuevas en ‘Memoria’: producción, arreglos, incluso el ambiente general de las canciones. Tampoco es una renovación porque la esencia del grupo sigue estando ahí, pero ¿necesitabais cambiar en cierto modo, renovar vuestras propias expectativas a nivel creativo?

Sí, la verdad es que tras tres discos con Santi García necesitábamos cambiar, pero no porque no confiemos en Santi, que lo hacemos y mucho. Con él hemos grabado nuestros álbumes más exitosos y premiados, pero cuando un grupo lleva tantos años es bueno cambiar, porque eso te mantiene en guardia, atento y hace que vayas un poco más allá. Paco nos ha aportado una nueva visión y hace las cosas de forma diferente a Santi, y lo mismo con John Agnello en la mezcla.

Hemos escuchado opiniones muy diversas (hay quien cree que a algunas canciones no les viene demasiado bien el nuevo enfoque) respecto a este giro, por llamarlo de algún modo, que Paco Loco le ha dado a vuestro sonido. ¿Es un productor con tanta personalidad como aseguran?

El feedback que nos ha llegado de nuestros seguidores, amigos y varias críticas es muy bueno, pero está claro que siempre que cambias hay opiniones a favor y en contra, aunque yo creo que hay que dar tiempo a los discos, escucharlos bien y juzgarlos con la perspectiva que da el tiempo. Cuando empezamos recuerdo que al sacar el segundo disco, Largometraje, un montón de gente se quejó y nos mostró su decepción y sin embargo ese disco es uno de los más valorados del grupo tras el paso de los años. Uno ha de seguir su camino y sus convicciones. Lo peor que puede hacer un grupo es tratar de complacer a todo el mundo. Uno ha de seguir sus gustos y sus instintos, al menos así funcionamos nosotros. Paco es un productor con mucho talento y mucha personalidad y la mezcla de Agnello también es muy personal. Lo que tenía claro Paco era que había que crear un ambiente y un entusiasmo alrededor de las canciones que se asemejara lo más posible al que tiene un grupo que empieza. Eso se consiguió con creces y estábamos todos muy conectados y con ganas de hacer crecer las canciones. Había buen material, canciones muy emocionantes. Otra de las premisas de Paco era abordar cada canción por separado y probar cosas que nunca hubiéramos probado antes. La verdad es que nos lo hemos pasado pipa. Éste es un disco con muchas capas, muchos arreglos y muchos detalles y un par de escuchas no son suficientes para sumergirte en él. Hay que ir descubriéndolo poco a poco. A veces una parte del público es más reacia a los cambios que los propios grupos y siempre esperan que hagas lo mismo. La verdad es que ahora que tenemos toda nuestra discografía editada en vinilo he tenido el gusto y la oportunidad de echar la vista atrás y escuchar todos los discos y yo aprecio siempre una evolución en cada nuevo disco que sacamos, aunque siempre manteniendo el espíritu de lo que es La Habitación Roja, lo cual me parece importante, porque eso es lo que nos une y lo que hace que hayamos hecho música juntos durante más de veinte años.

«Lo peor que puede hacer un grupo es tratar de complacer a todo el mundo. Uno ha de seguir sus gustos y sus instintos, al menos así funcionamos nosotros»

En esto del pop, como en la vida, al final lo importante es hacer lo que a uno le haga feliz y lo que cree que puede enseñarle algo realmente positivo, y con este disco parece que lo dejáis bastante claro.

Sí, nos hemos dejado llevar y hemos confiado al cien por cien en Paco. Creo que él ha visto nuestras virtudes y las ha querido respetar y potenciar, pero al mismo tiempo siempre nos planteaba lo importante que era para él el sonar únicos, el no buscar referentes y copiarlos, sino ser nosotros mismos e ir probando cosas sin miedo. Para él es muy importante no sonar como lo hacen la mayoría de los discos de hoy en día, que sí, que suenan muy bien, pero que adolecen muchas veces de esa magia que se consigue cuando las cosas se hacen de una forma más artesanal y analógica. Es ahí donde creo que hemos profundizado mucho, en el conseguir sonidos que puede que sean imposibles de reproducir a posteriori, pero que son únicos. Luego hemos trabajado estructuras, rítmicamente, a nivel de baterías y bajos. Hay muchos detalles muy chulos, pero hay que fijarse, claro. Al final todo le da al disco un ambiente bastante especial, pero como siempre, lo más importante era que había canciones como “Líneas en el cielo”, “Berlín”, “Madrid”, “¿Quién eres tú?”, de las que estábamos muy orgullosos. Son las canciones las que nos hacen ilusionarnos y tener esas ganas de hacerlas más especiales si cabe a través de la producción.

Nunca fuisteis un grupo de hits clarísimos sino más bien de pequeños himnos que entre quienes os hemos seguido desde siempre se han convertido en imprescindibles, sobre todo en ciertos momentos. ¿Nunca habéis buscado esa inmediatez que por ejemplo es evidente en otras bandas de vuestro mismo corte?

En mi opinión sí que tenemos hits clarísimos, aunque no buscados, ni pensados, ni producidos para llegar al gran público. Siempre hemos hecho las cosas pensando en lo que nos gusta y hemos obrado en consecuencia, pero vaya, que tenemos un montón de canciones que con otra producción o un apoyo fuerte detrás tal vez hubieran llegado a un público más amplio.  Al final, lo que le pasa a muchas de nuestras canciones es que no han sonado nunca en radios comerciales y nunca han dispuesto de grandes presupuestos alrededor para promoción y marketing. Nunca hemos tenido una canción en un anuncio o cosas por el estilo. Las canciones se han ido conociendo gracias al boca a boca, pero tal vez gracias a eso hemos podido evolucionar, grabar once discos y hacer siempre lo que hemos querido. Si quieres producir hits de esos que tú llamas clarísimos no te vas a grabar con Albini, Santi o Paco y desde luego no los mezclas con John Agnello.

Al hilo de esto, en el disco sí que podría haber algo parecido. “Nuevos románticos” es un tema que podría resumir perfectamente vuestra filosofía. Algo tan sencillo e importante como ser uno mismo, sin importar nada más, y aferrarse a la vida y las emociones.

Pues es una lanza a favor de lo importante que es ser como uno siente y no tener que ir escondiéndose por miedo al qué dirán o la violencia verbal y muchas veces física a la que se ve condenada la gente que no cumple la “norma”. Creo que es una canción que nos representa y que tiene guiños a un montón de cosas que nos parecen importantes. Lo comentaba Morrissey en las primeras páginas de su autobiografía al respecto de crecer en ese Manchester gris que machaca a la gente sensible. “Nos prohibieron ser románticos”, decía. Me apunté la frase y a partir de ahí recordé una historia que me contó mi hermano en los ochenta. A un amigo le pegaron una paliza unos fachas por ir vestido como un new romantic. Todo eso me hizo reflexionar sobre la situación actual que vivimos y en la que hay censura y una involución en las libertades y derechos de los ciudadanos.

Ya en Sagrado Corazón el timón viró hacia mares más cercanos a la tecnología y los sintetizadores llegaron a vuestra música. Ahora hay también mucho de eso pero están interpretados de otra manera, más al servicio de la canción. No sé si lo apreciáis así.

Sí, totalmente. Además, aquí la mayoría de instrumentos que hemos utilizado eran analógicos, por lo que las texturas son más cálidas y los sonidos tienen mucha personalidad, pero siempre al servicio de la canción. Esa es una de las máximas de este grupo: Estamos siempre al servicio de lo que piden las canciones.

Incluso los bajos y baterías, como dices, están procesados en alguna ocasión, lo cual puede que sea una señal de que ahora os divierte más meteros en el estudio a experimentar con arreglos que hasta hace poco no contemplabais, siempre sobre la base de las canciones, claro.

La verdad es que teníamos bastante tiempo y lo que queríamos era experimentar con el sonido y hacer que las cosas sonaran especiales y únicas. En un principio pensábamos que Paco querría grabar en directo y al final fue todo lo contrario. Él quería que destripáramos las canciones e ir instrumento por instrumento para que todo tuviera un punto original, pero también con la idea que juntando todas las piezas del puzzle el resultado final funcionara con empaque, teniendo en cuenta siempre que lo más importante es tener una buena canción y una buena letra y que el resultado final nos represente. Las baterías suenan muy chulas, diferentes en cada canción. A mí me encanta la producción que ha hecho Paco y también la personalidad de la mezcla de John Agnello.

¿Obedece esta reorientación a la música que habéis venido escuchando en los últimos años?

Siempre te afecta lo que escuchas y lo que te gusta lo vas procesando y de un modo u otro acabas incorporándolo, aunque sea de manera inconsciente. A veces es más una cuestión de inspiración, de que ves un grupo que te gusta mucho y eso te motiva a componer, a tocar, a escuchar música, aunque esa música luego no tenga nada que ver con la que te ha provocado ese estímulo. Ahora mismo escucho mucho a un grupo sueco que se llama The Amazing, los últimos de Slowdive o de Manchester Orchestra. No sé hasta qué punto afectará a la composición de nuevas canciones, pero desde luego, la música que escuchas, los libros que lees o el entorno en el que vives afectan a lo que luego escribes. Digamos que son cosas que te ponen en situación y te motivan e inducen a componer.

«La música que escuchas, los libros que lees o el entorno en el que vives afectan a lo que luego escribes»

Por cierto, ¿es cierto que John Agnello, el ingeniero encargado de mezclar el disco en Nueva York, perdió las maletas en el aeropuerto y las cintas aparecieron en una papelera?

Cierto es. Es una historia delirante. El último día de mezcla, por la noche, brindamos con mezcal y nos despedimos. Al día siguiente, Paco llevó a John al aeropuerto de Jerez, pero se les hizo tarde y perdieron el avión, así que con toda la prisa del mundo consiguieron coger un vuelo que salía desde el aeropuerto de Sevilla, que no estaba demasiado lejos. Una vez en Madrid-Barajas, John nos contó que su maleta no salía, por lo que se dirigió a coger su vuelo hacia los EE.UU., no sin antes poner una reclamación por su maleta facturada, la cual nunca llegó a su destino. Al parecer alguien la robó y las cintas del master junto a un libro de Paco Loco, obsequio de Paco para su gran amigo John, aparecieron en una papelera del aeropuerto. Unos operarios de mantenimiento las encontraron y se pusieron en contacto con nosotros y así pudimos recuperarlas. Curiosamente familiares de este operario eran fans de La Habitación Roja y le dijeron al hombre que seguro que era algo importante y que tenían que contactarnos. Los invitaremos al concierto de Madrid, para darles las gracias. Lo peor de toda esta historia fue que durante muchas horas no supimos nada de John y pensábamos que podría haber pasado algo grave, o que se le había ido la olla. Afortunadamente fue solo una anécdota, una más de las muchas que han ocurrido con este disco que se llama Memoria y que seguro siempre vamos a recordar.

Creo que es un disco mucho más cohesionado que el anterior, hay un mapa emocional importante en canciones como “Estrella herida de muerte” o “Líneas del cielo”. ¿Cuesta mucho, después de tantos años escribiendo canciones, encontrar el punto adecuado para contar las cosas tal y como las quieres contar y que transmitan tanto?

Esas que nombras son canciones excepcionales a mi entender, canciones corales en las que todo fluye, funciona y suma. Letras chulas, arreglos excelsos que las subliman. Estoy muy contento con esas dos. Uno tiene que intentar que fluyan las ideas y los sentimientos y convertir todas esas sensaciones y emociones en canciones. No sé si es fácil o no, pero eso es lo que yo como compositor intento hacer y creo que es mi mayor virtud, porque yo no soy ni un gran cantante, ni un gran músico, como sí lo son otros en el grupo. Paso temporadas largas en Noruega, alejado de mi tierra y de parte de mi familia y amigos y eso me hace reflexionar mucho y tener muchos momentos de introspección. De alguna manera las cosas aquí son muy diferentes a España y yo me vuelco en la música cuando siento esa melancolía y esa añoranza de lugares y gentes que quiero y echo de menos. Cuando uno se encuentra en ese estado hay una especie de clic que hace que salten todos los resortes de la creatividad y entonces todo fluye y se convierte en canción. Es una de las cosas que más disfruto y creo que es un don muy preciado para mí, que le da sentido a mi vida y me ayuda a soportarme y a superar mis travesías en el desierto. Me siento muy afortunado de poder capturar esos momentos de intimidad y transformarlos en algo que quedará para siempre en el corazón de la gente que quiera escucharlos y conecte con ellos.

De “Madrid” a “Berlín” hay un buen trecho, siendo además ciudades tan distintas. ¿Es un homenaje a lugares y momentos importantes en vuestra carrera?

Son ciudades que representan momentos importantes a nivel personal y que han inspirado la creación de estas canciones. Al principio pones los títulos de manera provisional, porque se mencionan las ciudades en las letras y porque han servido para generar historias y experiencias que se convierten en canción. Son homenajes a momentos valiosos y con calado en nuestras vidas.

También parece haber a lo largo de los temas un rechazo, o al menos cierta visión escéptica, de las nuevas tecnologías y las redes sociales más específicamente. Curiosamente sois una banda que suele usarlas con bastante frecuencia como medio de promoción, y de forma eficaz por lo que hemos podido comprobar.

Bueno, más que un rechazo es una reivindicación de las cosas que nos parecen importantes, de las cosas que nos hacen humanos, que nos hacen sentir. Las relaciones humanas de tú a tú, el poder mirar a los ojos de la persona que te está hablando. A veces me da la sensación de que estamos “super conectados” con el mundo, pero sin embargo no sabemos nada de la gente con la que compartimos nuestra vida. Sabemos lo que ha pasado en medio mundo pero no tenemos ni idea de lo que pasa en la habitación de al lado o incluso en la que uno mismo se encuentra. Además, utilizamos un montón de tiempo en mirar las redes sociales con cosas que en muchas ocasiones no nos aportan nada positivo y son una auténtica pérdida de tiempo, tiempo que es finito y muy valioso. Ese tiempo se lo robamos a nuestros hijos, a nuestros amigos y seres queridos. También creo que hay cosas que no deberíamos dejar pasar, como sentir el calor de la persona que amas, el roce de su piel, la mirada de tu interlocutor. No tengo la menor duda de que la adicción al móvil y a las redes sociales es una de las plagas de nuestro tiempo y que además nos aísla y nos hace sentirnos peor a la larga, y en contra de lo que pueda parecer, más aislados y solitarios.

En estos veintitrés años como banda y sabiendo que siempre habéis querido hacer música que sobreviva a cualquier época, ¿qué discos consideráis esenciales hasta el momento para entender lo que han sido y son La Habitación Roja?

Bueno, es difícil, pero supongo que Largometraje, Nuevos Tiempos, Fue Eléctrico y Memoria son esenciales. Añadiría Universal, que es un disco con mucha clase y que me gustaría reivindicar, y tal vez, visto con la perspectiva del tiempo, creo que Cuando Ya No Quede Nada, que se editó en 2007, fue un disco profético y que hablaba de muchas cosas que se avecinaban y que afectaron a nuestro país de manera dramática.

Pese a ser uno de los nombres potentes del mal llamado “indie” español y haber ganado prestigio con los años, sobre todo en directo, sigue dando la sensación de que no estáis reconocidos como deberíais. ¿No creéis que de alguna manera aún se está en deuda con la banda?

Bueno, es difícil de decir. Somos gente afortunada que se dedica a lo que más le gusta y lo hace con pasión y con el respaldo de un público y un sello discográfico maravillosos. Hay mucha gente que nos muestra su cariño y su amor y por supuesto siempre está la otra cara de la moneda, la de gente que no te valora, pero eso le pasa a todo el mundo en todas las facetas de la vida. En los últimos años hemos ganado premios incluso y nos hemos sentido reconocidos, pero al final, todo lo que hacemos lo hacemos por nosotros y porque tenemos un gran compromiso con la música, que es lo que nos mueve y conmueve. Poder seguir sacando discos con las ganas, los medios y el ímpetu con que lo hacemos tras tantos años en esto y con once discos a nuestras espaldas ya es un reconocimiento a nuestro trabajo y a nuestro talento. Uno a veces, cuando pasa por malos momentos, puede sentir la tentación de pensar que no es reconocido, pero si te paras a pensar en lo jodido e injusto que es el mundo no ha lugar a quejas. Sí, se nos podría reconocer más, pero también menos. El mundo está lleno de gente con mucho talento que no es reconocida y que pasa muchas penurias, así que de bien nacidos es ser agradecidos. Gracias a toda la gente que valora nuestras canciones y nuestra trayectoria.

 

 

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