Entrevistamos a Steven Munar

Steven Munar es uno de esos currantes del rock que van construyendo su carrera paso a paso, sin grandes aspavientos. Uno de esos personajes al que no verás en las enciclopedias musicales pero que lleva pateando escenarios y sacando discos desde que se afincó en Mallorca hace ya 30 años. Ahora parece estar viviendo una segunda juventud, con las reediciones de sus trabajos con The Tea Servants, recopilatorios, sus álbumes en solitario o con The Miracle Band y un documental sobre su carrera que se estrenó en el pasado In-Edit.

Además su reciente nuevo disco, Violet Koski, nos parece de lo mejor que ha hecho nunca. De todo ello hemos querido hablar con Steven en esta entrevista.

“Soy una persona muy inquieta y me aburre estar siempre en el mismo sitio”

Empecemos hablando del nuevo disco, Violet Koski. Tengo entendido que está dedicado, o al menos el título, a tu abuela materna. ¿Cierto?

Sí, es cierto, es un nombre simbólico que mi madre utilizó en un cuento suyo para referirse a ella. Fue y es una persona muy importante en nuestra familia.

No es la única referencia familiar que aparece en estas nuevas canciones. Hay otras, como “Stillness” y “Never believe”, que por lo que he leído están dedicadas a tu padre y tu hija, respectivamente. También hay otra llamada “Mother”. ¿Por qué tanta presencia familiar en el disco?

Ya en The Language of the Birds, cuando mi mujer estaba embarazada, hay una canción “New Days”( que está compuesta en el 2007 aunque el disco se publicó en el 2010),   dedicada a mi hija. También en el anterior, Time Traveller,  está “What the Oracle Said” con un relato más costumbrista: acompañándola al colegio, sus primeras amistades… Siempre hay una canción  para mi hija Elsa. En “Never believe”  ya es una pre-adolescente y son más mis preocupaciones ante como podrá afrontar  ella los posibles desengaños que se encuentre, los primeros amores… “Mother” es la adaptación de un poema que mi madre dedicó a la suya cuando esta falleció. Pensé que musicarlo era un buen homenaje a mi abuela, además de que me encantó el poema, claro. En cuanto a “Stillness”, es una canción de redención en la que me reconcilio con mi padre y espanto mis fantasmas de la relación filio-parental.

Hay también presencia de Dios, y de la muerte. No sé si piensas que es tu disco más trascendente. ¿Has llegado a un momento vital en el que uno se plantea ciertas cuestiones que no se hace cuando es más joven?

Ya en los últimos discos de The Tea Servants, por ejemplo Higher ( el título era una referencia a ir más allá), y sobre todo en mi carrera en solitario, mis letras están muy marcadas por mi relación con Dios y/o lo espiritual. En mis dos primeros  LPs esta temática es la predominante, de hecho ya nunca la he abandonado, es una cuestión primordial en mi vida. Hace tiempo ya, desde los 28 años exactamente,  que mi creencia en lo que no se ve marca mi día a día.

Hay también cierta crítica, no sé exactamente hacia quien. Pienso en “Fuck your vanity”, y también en “Hey, hey, hey”. ¿Anda el mundo sobrado de vanidad?

Haciendo una referencia religiosa “quien está libre de pecado que tire la primera piedra”. No seré yo desde luego… Este mundo actual de sobre-exposición constante a través de redes sociales etc. es un lugar muy dado a cultivar y a engrandecer la vanidad, pienso que uno siempre ha de estar alerta y volverse a situar en su lugar. Estamos aquí de paso, nadie es menos o más que nadie, y cada uno con su viaje lo hace como sabe o puede. Todos, al fin y al cabo, volvemos al mismo sitio. En “Hey, Hey” recupero la parte más irónica que hacía tiempo no utilizaba en alguna de mis canciones. Habla del súper sueldo que cobraba al mes el peluquero de Hollande, 10.000€ creo recordar, cuando el ex presidente francés tiene verdaderos problemas de alopecia y medio mundo se muere de hambre. ¡Ay la vanidad!

Entre tus influencias musicales, al menos las que se reflejan en este disco, parece que gana peso la del David Bowie del cambio de siglo. Dicen que también suena a Talking Heads o Nick Cave, aunque personalmente creo que estos siempre han estado presentes en tu música incluso más que en Violet Koski. ¿Estás de acuerdo?

Cierto, siempre han estado presentes de una forma u otra esos referentes, como tantos otros, pero tal vez en este disco hayan cobrado algo de más presencia.

También está presente, como siempre, ese toque experimental tan tuyo. Parece que te resistes a buscar la canción pop perfecta y prefieres probar cosas, abrir caminos en vez de transitar por los que recorre todo el mundo. ¿Eres más de Zappa o de Kevin Ayers que de los Beatles, a pesar de que te criaste con la música del cuarteto de Liverpool?

Soy una persona muy inquieta y me aburre estar siempre en el mismo sitio. Me encanta Zappa, su ímpetu transgresor, pero también adoro a los Beatles. Una buena melodía, unos buenos juegos vocales, siempre me seducen.

A veces tus letras me recuerdan a la de los Kinks, con ese costumbrismo tan británico y ese particular sentido del humor que ellos tenían. No sé si también son un referente para ti, en ese sentido.

¡Ray Davies forever! El autor, bajo mi punto de vista, de la canción pop perfecta, “Waterloo Sunset”, además con ese tono melancólico e irónico que le caracteriza.

Siempre me ha llamado la atención tu forma de cantar. Muchas veces parece que recitas más que cantas, como si estuvieses interpretando un personaje. ¿Es para ti tan importante la interpretación de una canción como lo que dice o el envoltorio musical?

Sí, la interpretación de la canción es algo primordial para mi, da sentido a la letra y al envoltorio como bien dices. Hay que meterse en el papel de lo que cuentas a fondo.

En los últimos años has sido fuente de muchas noticias. Desde las reediciones de The Tea Servants hasta tus álbumes en solitario, pasando por alguna que otra recopilación de tu carrera. ¿Sientes que estás en tu mejor momento, al menos en cuanto a repercusión?

Siento que estoy en un buen momento, desde luego, y además el disco que presento ahora, Violet Koski, tiene una fuerza y energía que hacía tiempo no mostraba.

Incluso hay un documental sobre tu carrera, obra de Nando Caballero, que se ha estrenado en el festival In-Edit. ¿Cómo surge la idea de este documental?

La idea surgió de una conversación entre Nando y yo para grabar la actuación en directo de la vuelta de The Tea Servants a los escenarios con motivo de la reedición del Higher. A partir de allí y de una forma muy natural fue evolucionando hacia un documental de toda mi carrera. Ha sido una gran experiencia de la que me siento muy honrado.

En todo el tiempo que llevas en España has tenido diversas bandas, y también has grabado en solitario. ¿Qué has aprendido con cada una de esas experiencias?

Me encanta colaborar con diferentes músicos y aprender con ellos. Cada uno tiene su forma de hacer, su punto de vista y eso siempre al final va en beneficio de la canción, que para mi, es lo más importante. Por otro lado tocar solo me ha dado seguridad y confianza en mis capacidades.

No sé si la gente sabe que a finales de los 80 ya andabas por aquí con tus primeros proyectos musicales. Supongo que vivirías con toda la intensidad la escena indie de aquellos 90. ¿Cómo la recuerdas?

Empecé a mediados de los 80 con 15 años con una banda creada con mi amigo y colaborador Miguel Pérez Kersley que se llamaba The Walk. Entrados ya los 90 nos trasladamos a Barcelona, estábamos en Mallorca, nos cambiamos el nombre a The Tea Servants y Grabaciones en el Mar editó nuestro primer disco. Fue una época muy excitante con todo aquel auge de bandas, los primeros festivales… De todos modos a nivel estilístico siempre nos sentimos un poco al margen, nuestras influencias iban por otros derroteros distintos de lo que predominaba en la época.

Un comentario recurrente sobre ti es que se te suele ver siempre contento, satisfecho, de buen humor. ¿Eres un hombre feliz? ¿Sientes que la vida te ha tratado bien?

No creo en la felicidad como una especie de limbo permanente al que ir; son momentos, estados. No me gusta crear mal rollo o tensión innecesaria, eso es verdad, y utilizo el sentido del humor como defensa ante muchas de las situaciones difíciles que te pone la vida, de otra manera este mundo me parecería muy difícil de llevar. Pero si te fijas en mis discos o algunas de mis letras verás también que hay un cierto poso melancólico al que  intento no dar mucha vida, ya lo he experimentado bastante. Creo en el poder de la mente y de tus acciones para que la vida te trate mejor o peor.

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