Especial Día del Libro: canciones sobre libros

Hace 40 años EMI lanzó el álbum de debut de una adolescente de 19 años a la que había fichado años antes gracias a una maqueta que llamó la atención de David Gilmour, de Pink Floyd. Este consideró que aquellas canciones merecían una oportunidad y, sobre todo, una mejor producción, así que llamó a su amigo Andrew Powell (Alan Parsons Project) y al ingeniero de sonido Geoff Emerick (The Beatles) para regrabarlas. El resultado fue presentado a los directivos de EMI, quienes decidieron fichar a aquel diamante en bruto y pulirlo durante un par de años. Finalmente, a finales de 1977, todo estaba listo para el gran lanzamiento. Entonces aquella chica de solo 19 años mostró por primera vez la férrea voluntad que caracterizaría su carrera posterior: el single de adelanto no sería el que la compañía propuso, sino otra canción que escribió a los 18 años tras ver un documental en la BBC sobre la novela Cumbres Borrascosas de Emily Brönte, de cuyo nacimiento justamente se cumplen 200 años el próximo mes de julio. La joven Catherine Bush se sintió impresionada por el relato y decidió leer el libro, cuya historia le cautivó tanto que escribió una canción con su mismo título. Ese iba a ser el sencillo, por encima de todo, dijera lo que dijera la compañía. Su voluntad se impuso y finalmente a mediados de enero de 1978 vio la luz «Wuthering Heights», el primer single de Kate Bush. Llegó al número 1, se mantuvo allí durante cuatro semanas y se convirtió en el mayor éxito de toda su carrera. En los vídeos oficiales que se lanzaron para promocionar la canción, así como en su segunda aparición en Top of the Pops – en la primera todavía la hicieron cantar con el micrófono en la mano – la jovencísima Kate mostraba la espectacular coreografía que todos recordamos, aplicando todo lo que había aprendido durante sus meses de preparación con Adam Darius y Lindsay Kemp, quien también fue profesor de mimo e interpretación, unos años antes, de David Bowie.

No es el único caso, desde luego, en el que una artista se inspira en un libro o un poema para componer una canción de éxito. Para celebrar el Día del Libro hemos querido recuperar, además de este «Wuthering Heights» que acaba de cumplir 40 años, otros diez temas en los que sus autores, de una u otra forma, se inspiraron en una obra literaria conocida. Hay muchos más, por supuesto, y os invitamos a que dejéis los vuestros en los comentarios o en redes sociales con el hashtag #cancionesylibrosMZK.

The Byrds – Turn turn turn

El cantautor norteamericano Pete Seeger escribió «Turn, turn turn» a finales de los 50 adaptando la letra, prácticamente en su totalidad, de uno de los textos del Eclesiastés, libro filosófico incluido en La Biblia supuestamente escrito por el Rey Salomón. Unos meses antes de que Seeger tuviese ocasión de publicar su versión, lo hizo un grupo de folk llamado The Limeliters. Estos eran un trío tradicional de folk que ocasionalmente trabajaba con músicos de apoyo, uno de los cuales era Roger McGuinn. A su vez McGuinn añadió ciertos arreglos a la canción cuando trabajaba como músico de estudio en Nueva York y trabajaba con gente como Judy Collins – que incluyó el tema en uno de sus álbumes – o Simon and Garfunkel. Posteriormente, cuando McGuinn ya estaba en The Byrds y andaban buscando un nuevo single tras el éxito de su adaptación de «Mr. Tambourine man» y el relativo fracaso de «All I really want to do»,  Columbia quería que hicieran otra cover de Dylan, pero a McGuinn se le ocurrió intentar repetir la fórmula esta vez con el tema de Seeger «Turn, turn, turn» que tan bien conocía. No llegaron al número 1, pero siguieron poniendo los cimientos del folk rock.

David Bowie – 1984

A lo largo de su carrera David Bowie se inspiró varias veces en el libro 1984, de George Orwell, para componer alguna de sus canciones. La más obvia es esta «1984», incluida en su álbum Diamond Dogs aunque grabada durante las sesiones de Aladdin Sane. Bowie tenía la idea de crear todo un musical alrededor de la novela de Orwell, pero no consiguió los derechos y tuvo que conformarse, como poco antes le había ocurrido a Pete Townshend con la ópera rock Lifehouse, con reutilizar las canciones para un álbum convencional. La distopía de Orwell combinaba a la perfección con el mundo post-apocalíptico con el que fantaseaba Bowie desde la época de Ziggy Stardust. Todo ese mundo planea sobre los temas que componen Diamond Dogs, a veces de manera más obvia como en «1984» o «Big brother», otras en el sustrato político de las letras. Con sus guitarras ácidas, sus arreglos de cuerda y su ritmo contagioso, «1984» funciona como transición entre la época glam de Bowie y su incipiente conversión al soul, el R&B y el funk.

The Cure – Killing an arab

El primer single de The Cure, «Killing an arab», cumple también 40 años este 2018. Se lanzó poco después de cambiar su nombre de Easy Cure al definitivo The Cure y firmar por Polydor para su subsidiaria Fiction. La canción generó controversia desde el principio por, aparentemente, incitar a la violencia racista. Sin embargo, como Robert Smith se ha encargado de explicar durante mucho tiempo, el tema está basado en la novela El Extranjero del escritor existencialista francés Albert Camus. The Cure jugaban en «Killing an arab» con efectos y sonidos orientales que le dieran exotismo a su propuesta, quizás inspirados por lo que sus amigos y compañeros de sello Siouxsie and the Banshees habían hecho unos meses antes con «Hong Kong Garden». The Cure han tenido que modificar la letra o el título de la canción en numerosas veces, sobre todo en las últimas décadas, para interpretarla en directo.

Alan Parsons Project – I robot

El projecto musical de Alan Parsons mostró desde sus inicios una clara predilección por los álbumes conceptuales. Si el primero del Project, Tales of Mystery and Imagination, estaba basado en las obras de Edgar Allan Poe, su segundo disco iba a girar en torno a I, Robot de Isaac Asimov y todos los problemas filosóficos que allí planteaba el genial escritor y divulgador. El propio Eric Woolfson, coautor junto a Alan Parsons de la mayoría de temas del disco, contactó con Asimov para pedir permiso y consejo. Oficialmente los derechos del libro no podían adquirirse porque se les había adelantado una compañía audiovisual, pero nadie podía impedir que replicaran su temática para ahondar en los problemas que la inteligencia artificial, entonces en alza por la irrupción de los sistemas expertos pero todavía considerada casi como ciencia ficción, podía causar al ser humano. El álbum I Robot (sin la coma, para evitar conflictos legales) arranca con el tema que le da título y acaba con una referencia a un versículo inexistente en el libro del Génesis, lo que se considera como una referencia a una posible futura refundación de la raza humana. ¿O quizás a su extinción?

Bruce Springsteen – The Ghost of Tom Joad

Springsteen se inspiró en la obra del Premio Nobel John Steinbeck, Las uvas de la ira, para componer «The Ghost of Tom Joad». También, según sus propias palabras, le influyó la canción que sobre el mismo tema compuso años antes Woody Guthrie. Ambos, al parecer, también se vieron influidos por la versión del libro que John Ford dirigió para la gran pantalla. Sin embargo lo que buscaba Springsteen era, más que recrear aquella penosa época de la historia de los Estados Unidos, desarrollar un paralelismo entre aquellos años del Dust Bowl en la que se desarrolla la obra de Steinbeck y la dureza de los años 90 con la Guerra del Golfo y el llamado ‘Nuevo Orden Mundial’ impulsado por George Bush padre. En la canción «The Ghost of Tom Joad» coexisten referencias a ambas épocas, siempre con Tom Joad como figura metafórica y atemporal que acaba sufriendo las consecuencias de todas las crisis. En una de las estrofas Springsteen repite palabra por palabra uno de los discursos más famosos de Tom Joad en la novela de Steinbeck.

Radiohead – Paranoid Android

Los componentes de Radiohead, especialmente Thom Yorke, parecían especialmente incómodos con la fama de depresivos que se les vino encima desde el éxito de «Creep». En su nuevo álbum, OK Computer, decidieron incluir una canción humorística, casi una parodia de sí mismos. Prueba de lo poco que se tomaban en serio «Paranoid android», cuyo título sacaron de la Guía del Autoestopista Galáctico (al igual que el ‘Ok, Computer’ con el que titularon el álbum), es que para componer el tema usaron trozos de otras canciones que unieron sin ningún hilo conductor claro. Versiones primerizas se alargaban más allá de los 12 minutos, y parece ser que incluían erráticos y plomizos solos de teclado a lo Emerson Lake and Palmer o repentinas referencias al sonido de las entonces famosas y perseguidas raves. Llegaron a presentarla en directo como «una versión de Pink Floyd» y a reirse abiertamente en el escenario mientras la interpretaban. Algo debieron hacer muy mal, o muy bien, para que, lejos de tomarse como la broma que inicialmente tenían en mente, «Paranoid Android» se haya convertido en una de las canciones que mejor definen el estilo de Radiohead y en objeto de sesudos análisis sociológicos.

Dire Straits – Romeo and Juliet

Las adaptaciones musicales de obras de Shakespeare son casi innumerables, con buena parte de sus obras principales convertidas, de una u otra forma, en canciones, discos y musicales de Broadway. Mark Knopfler tuvo la ocurrencia, tras una ruptura amorosa, de subvertir la tradicional historia de Romeo y Julieta para darle un final diferente en el que Julieta lleva la iniciativa y Romeo se convierte en uno más de los trovadores que mendigaban su amor. La canción, como todo el álbum Making Movies (1980), se grabó en un momento dulce para Knopfler, que venía de colaborar con Dylan, pero complicado para la banda. Quizás por el excesivo protagonista de su líder, tal vez por la enorme carga de trabajo que arrastraban en aquellos años, la relación entre los hermanos Mark y David Knopfler acabó por agrietarse y romperse de forma que David abandonó el grupo y finalmente ni siquiera apareció en los créditos del álbum. Sí que aparece Roy Bittan, de la E Street Band, cuya aportación en los teclados es fundamental para apreciar el romanticismo que desprende el tema.

Radio Futura – Annabel Lee

También en castellano hay muchísimas canciones basadas en libros o poemas. Santiago y Luis Auserón se basaron precisamente en un poema de Edgar Allan Poe, Annabel Lee, para crear esta maravilla incluida en su álbum La Canción de Juan Perro (Ariola, 1987). Se trata del disco que marcó su definitivo salto a la fama y que acabó por consolidar ese rock con tintes latinoamericanos que los hermanos Auserón llevaban ya algunos años persiguiendo. Poe exploraba en Annabel Lee, uno de sus últimos poemas, un tema al que recurrió varias veces a lo largo de su obra: el amor más allá de la muerte (en general, la que muere es una mujer joven, muchas veces recién casada), tanto en su versión más romántica como en la más tenebrosa. Los hermanos Auserón prácticamente replicaron la letra de la poesía palabra por palabra, por supuesto en una hermosa adaptación al castellano que no desmerece en belleza al original de Poe. Obra cumbre del rock en castellano, una de las muchas que llevan la firma de Radio Futura, aunque seguro que algún crío tuvo pesadillas con el vídeo de la canción que emitieron en el mítico programa La Bola de Cristal.

Black Sabbath – The wizzard

Es complicado escoger alguna canción basada en la inmortal obra de Tolkien. Son muchísimos los grupos, sobre todo de rock y metal, que han sucumbido a su misticismo y han acudido a alguno de los personajes, ambientes o historias incluidas en la saga de El Señor de los Anillos para sus canciones. Led Zeppelin es uno de ellos: podríamos escoger temas como «Ramble on», «Misty Mountain hop» o «The battle of evermore» por sus referencias a la obra de Tolkien. Otros grupos como Styx, Camel o Rush han hecho lo propio en varias de sus canciones. Blind Guardian tienen incluso un disco conceptual dedicado a la Tierra Media, Nightfall in Middle Earth. Uno de los grupos de rock más enigmáticos y atraídos por los temas esotéricos y enigmáticos, Black Sabbath, parece ser que se inspiraron en Gandalf para componer su «The wizzard», una de sus primeras canciones. Aunque dicen las malas lenguas que ese «mago» que usaba su «magia» para «animar» a la gente era algo más terrenal y manejaba sustancias más relacionadas con el consumo de estupefacientes que con la alquimia.

Estas son nuestras canciones sobre literatura que hemos escogido para celebrar el Día del Libro. Recordad que, si queréis compartirlas o compartir con nosotros las vuestras, podéis hacerlo con el hashtag #cancionesylibrosMZK.

 

4 comentarios en «Especial Día del Libro: canciones sobre libros»

  • el 23 abril, 2018 a las 12:06 pm
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    Felicidades a Fidel Oltra. Realmente estupendo el artículo de discos y libros. Me gustaron especialmente las partes de Alan Parsons, de Radio Futura, de Dire Straits y de Black Sabbath aunque, en general, es muy sustancioso todo el texto. Un saludo.

  • el 1 mayo, 2018 a las 2:10 am
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    Dos magníficas obras musicales sobre una obra no menos magnífica:
    Camel The Snow Goose (libro de Paul Gallico del mismo nombre)
    Camel Dust and Dreams (libro Las uvas de la ira de John Steinbeck)

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