FMIC (Festival de Música Independiente de Ciudad Real) – Recinto Ferial La Granja (Ciudad Real)

Para ciertas ciudades de la meseta, encerradas en sí mismas o dependientes de la capital, demostrar que pueden mantener un latido propio es esencial. Más aún en el plano de la independencia musical, donde grupos con grandes canciones e ideas se quedan en el local de ensayo porque nadie les quiso dar un empujoncito final. Ese es el caso de Ciudad Real, perdida en el suroeste de La Mancha, con pocas posibilidades de existir sin la “respiración asistida” que le proporciona Madrid. Por eso se agradecen esfuerzos como éste, realizado generosamente por AMIC (Asociación Musica Independiente de Ciudad Real), para crear un festival , y alimentar las esperanzas de grupos y aficionados a la música independiente de esta ciudad manchega.

La primera edición del FMIC no podía contar con un cartel más apropiado: Cuatro grupos del entorno local (Spoomen, Simo, Gnomoloko,Pink Satura) y tres nacionales (Maga, Chucho, Los Planetas). Cerca de 2000 personas se dieron cita para ver las actuaciones, al aire libre, haciendo frente a una climatología adversa e irregular, en el Recinto Ferial La Granja. Comenzaron Spoonmen, por la tarde, delante de mucho menos público del que merecían, con un ataque de rock pirotécnico (que alguien los ponga en contacto con el sello BCORE, ¡rápido!) que tan pronto recurría a los ritmos marciales y repetitivos como a la experimentación más libre e imprevisible. Dieron paso a Simo, una esperanza para el hip hop independiente nacional. Sobre todo después de ver como disparaba versos junto a Da Fernández, sobre el colchón de unas abrasivas bases (servidas por Supa) que remueven tanto cuerpo como conciencia, con una lírica sin concesiones de ninguna clase. Los siguientes en aparecer fueron Gnomoloko, concentrados en revisitar, sin fisuras, pero sin emoción, la versión más clásica del rock de los 70. Los que sí parecían dispuestos a saltarse esquemas fueron Pink Satura, que iniciaron la actuación con una inyección de post rock propia de los mejores Mogwai. Realmente emocionante. Lo que llegó después fue una sucesión de enérgicos fogonazos, revestidos con arreglos electrónicos, feedback y unos platos muy bien introducidos por Sergio (nada que ver con el Nu Metal).

Se había puesto alto el listón para Maga, Chucho y Los Planetas. Los sevillanos, primero, respondieron con su pop rock de alcance emocional y fueron una de las grandes sorpresas del festival , ya que para muchos eran grandes desconocidos. Algún que otro fallo sin importancia no arrojó sombra sobre unas canciones potentes, con mucha más distorsión que en el estudio, pero que siguen teniendo su punto de equilibrio en la melancolía y el romanticismo que desprende la voz de Miguel. Una delicia. De la suavidad de Maga al rock en carne viva de Chucho. “Vamos a contar una historia de aire…” Así empezó el concierto un Fernando Alfaro pletórico. Y la primera parte la dedico a “airear” las notas recogidas en Los Diarios Del Petróleo (2001, Chewaka-Virgin) con la incendiaria “Ricardo Ardiendo” que hizo arder a todos. En la parte final, tocó todos sus míticos éxitos, desde “Hamorambre” hasta “Un Ángel Turbio”. Simplemente fue lo mejor del FMIC. Y eso que todavía quedaba la actuación de Los Planetas. Había dudas sobre qué ofrecerían los granadinos. Y empezaron dubitativos con “San Juan De La Cruz” y una sensación fría entre los asistentes. Parecía que se iba a convertir en una nueva exhibición de pasotismo planetario, hasta que soltaron la chispa y ofrecieron un gran concierto. “La Caja Del Diablo” sonó renovada y enérgica. “De Viaje” o “Segundo Premio” fueron lo mejor de un repertorio que, sin embargo, conectó más con el público cuando sonaron los temas de Encuentro Con Entidades (2002, RCA-BMG). Cosas de la escalada promocional…

En definitiva fue una celebración única e irrepetible en una ciudad poco acostumbrada a estos acontecimientos. El buen hacer de la organización (ni un solo desfase en los horarios, ni un incidente, ni un solo problema con el sonido) invita a soñar con la repetición de una cita necesaria. Poder ser felices, aunque sólo sea por un día, justifica una nueva edición. Nos vemos en el FMIC 2mil4.

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