Friska Viljor – The Begining of the Beginning of the End (Crying Bob Records / Green Ufos)

Si no fuera porque suena tan bien, estaría tentada de definir la música de este cuarto trabajo de Friska Viljor como música de fiesta mayor. Me los imagino a altas horas de la noche, subidos en el escenario de una plaza de pueblo abarrotadísima de borrachines con ganas de marcha, incombustibles y desprendiendo buen rollo. Y es que de éso, de buen rollo, en este disco hay a montones. Porque, hey, los baches están para superarlos, y una vez superados, ¡a vivir que son dos días! Tras tres discos, las penas amorosas de Daniel Johansson y Joakim Sveninsson han quedado bien atrás.

Eso merece un brindis y en esta nueva entrega han querido celebrarlo desde el minuto uno: el disco arranca con un arrebato de optimismo que lleva por título “Larionov”, ante el que es imposible, como mínimo, no sonreír y mover los pies. Y a partir de aquí, es inevitable permanecer impasible, quieto o sesudamente concentrado. Desde el himno (cervecero) que es “What you gonna do” hasta el folk del far west que es “Did you Really Think You Could Change?” el disco está pensado, compuesto y concebido para la diversión, aunque algunas letras destilen acidez e incluso cierta acritud. A veces, como en “Useless” (uno de los mejores temas del disco), repunta la tristeza, pero se la sacuden de encima en un crescendo pasional de trompetas y coros marca de la casa.

En The Begining of the Beginning of the End los suecos han tomado sus propias referencias y, siguiendo fieles a sus instrumentaciones alocadas rozando el histrionismo y a su querencia por mezclar estilos e influencias sin pudor en una fanfarria deliciosa, han suavizando sus excesos y equilibrado el conjunto. Lo cual no tengo muy claro que sea necesariamente bueno, porque han perdido parte de la frescura amateur de su primer disco, de la melancolía del segundo o de la desvergüenza del tercero. Aún así, como siempre que hablamos de un disco de Friska Viljor, estamos ante un trabajo divertido y simpático, que nos deja con esa sensación de que en cualquier momento conseguirán ese tema definitivo que les pondrá en boca de todos.

Y sí, “You meant nothing” podría competir tranquilamente en Eurovisión, pero no fastidiemos, ¿no tienen todas las fiestas mayores ese punto encantadoramente hortera que tanto nos gusta cuando llevamos dos copas de más?

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