Gary Olson + Darren Hanlon + El Brindador – CAI Independencia (Zaragoza)

El sello discográfico Grabaciones en el Mar apostó por una acertada iniciativa en forma de gira que, bautizada con el explícito nombre de “My Dear Crooner”, finalizaba en Zaragoza tras hacer parada en otras cuatro ciudades. Un triple cartel protagonizado por artistas de inquietantes voces, quizá más cercanos estilísticamente al folk que al tradicional significado del término “crooner”. La idea resultó un exquisito invento, al margen de innecesarias etiquetas que limiten la expresividad artística y arropada por la comodidad y cuidada acústica del coqueto auditorio.

La velada comenzó con la presencia de Eric Cihigoyenetche y su proyecto como El Brindador, francés procedente de la escena de Burdeos y actualmente afincado en Zaragoza, presentando las canciones de su reciente mini álbum Weird Stories (2011). El músico ha alcanzado enorme soltura sobre el escenario, aumentando la confianza en sus inspiradas canciones y amparado por una capacidad interpretativa cada vez más convincente. Particulares dotes vocales tan implicantes como suplicantes, y maneras tradicionales aprendidas de clásicos como Nick Drake, Neil Young, Bob Dylan o Gainsbourg, certificaron el triunfo en sólo media hora.

El australiano Darren Hanlon tomó el relevo ejecutando una presentación en la que conjugó en dosis justas melancolía y ramalazos virados hacia el pop con acierto, recordado frecuentemente a las formas de su paisano Ben Lee. Buen humor con bromas acerca de actores compatriotas como Paul Hogan y Russell Crowe, alguna anécdota algo surrealista, puntual banjo y sobre todo una voz distinguida alejada del virtuosismo, cautivaron al público que completó aproximadamente la mitad del aforo disponible.

Si hablamos de capacidad vocal, el norteamericano Gary Olson obtuvo el primer premio en una competición de gran nivel. El líder de la encantadora formación neoyorquina The Ladybug Transistor desnudó parte del cancionero firmado con su banda, al tiempo de mostrar alguna maravillosa pista acerca de su inminente nuevo álbum, certificando buena parte de las composiciones con concluyente trompeta. Acompañado en todo momento por su predecesor en el escenario, el siempre sonriente intérprete demostró que su presencia era la más cercana al concepto que titulaba el tour, con especial capacidad para emocionar en base a profundidad y llegada.

La noche terminó con los tres artistas juntos sobre el escenario, demostrando la corrección de aquella química que se les suponía a priori, y habiendo dejado tras de sí un concierto en el que elegancia y buen gusto fueron base común sobre la que cada músico expandió su personal apuesta.

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