Gypsy Casino + Caustic Roll Dave + Cápsula – 16 Toneladas (Valencia)

Concierto Gypsy Casino, Caustic Roll Dave y Cápsula
It’s only rock and roll…but I like it, cantaban los Stones hace, buf, ¿40 años ya? El tiempo pasa pero la frase sigue tan vigente como entonces, y el concepto sigue vivo. El rock and roll tal vez no salvará nuestras almas pero, mientras nos siga ofreciendo veladas tan espectaculares como esta que os voy a narrar, algunos cabezotas seguiremos yendo a su encuentro una y otra vez, por mucho que cada vez nos cueste más levantarnos al día siguiente y los efectos del noctambulismo sean peores y más duraderos. En cualquier caso, la tentación era difícil de resistir: por 10 euros, tres bandas. ¿Nos seguimos quejando de lo caros que son los conciertos?
Gypsy Casino

Los locales Gypsy Casino abrieron lo que casi podríamos llamar minifestival con su rock hipervitaminado, acelerado, confuso a veces. Eso que ellos llaman Voodoo-Folk y que consiste en una mezcla caótica de prácticamente todas las épocas del rock, como si juntásemos a los Arctic Monkeys, Nirvana y Black Crowes sobre el escenario y les diéramos barra libre. Desde luego animaron a la gente, hicieron bailar a más de uno y demostraron una actitud rock and roll 100%, algo que se convertiría en seña de identidad de la velada. Derrocharon energía, potencia y en ocasiones virtuosismo (impresionante guitarrista), pero con canciones como «Gold diggers» demostraron que, cuando quieren, pueden bajar un poco las revoluciones y explorar con enorme solvencia la cara más roots de su música. Interesante descubrimiento, ya que debo confesar que no les conocía hasta este concierto.

Caustic Roll Dave

A continuación subió al escenario el bluesman y hombre-orquesta Caustic Roll Dave que, siguiendo la tónica de la noche, nos ofreció otro espléndido despliegue de rock and roll pero visto desde la vertiente del blues. Eso sí, no es un blues canónico ni siquiera desde el punto de vista del aficionado más abierto de miras: en sus canciones cabe el cavaquinho, la slide, sampleos, bases hip-hop, recitados a lo Gil Scott-Heron… Si en disco impresiona, en directo deja con la boca abierta. Sorprende ver como una persona sola en el escenario puede desplegar tal cantidad de recursos (sonidos pregrabados, otros grabados directamente en vivo y usados posteriormente como autosampleos, guitarra, armónica, teclado, pedales, megáfonos…) y sobre todo hacerlo de forma tan coordinada hasta tal punto que los fallos, que inevitablemente los hay, queden reducidos a su mínima expresión y pasen casi desapercibidos. El cáustico bluesman tocó buena parte de los temas de su Approaching Noise (Philatelia Records, 2014) y unos cuantos de Long Term Music (Philatelia Records, 2010), su álbum de debut. No me atrevo a destacar ningún tema porque todos son realmente brutales y más en directo, pero tal vez «Many pigs», una increíble «The distance», «You’ve got your silver, you’ve got your gold» y «My fall», así por encima y de memoria, fueran los que más claramente dan a entender lo que es ahora mismo un directo de Caustic Roll Dave. Diría que no sonó mi favorita de todas, «Paranoid blues»; supongo que dada su complejidad no será fácil adaptarla al formato en vivo. De todos modos, insisto, cualquier tema resultaba memorable en el momento de su interpretación. Enganchó a los que se quedaron tras ver a Gypsy Casino y también a los que iban llegando para ver a Cápsula.

Cápsula Valencia

Los argentinos afincados en el País Vasco constituían el plato fuerte de la noche. Y no defraudaron, claro: su directo es de lo mejor que se puede ver ahora mismo en sala pequeña. Si la velada iba de rock and roll, y ya habíamos paladeado sus vertientes más americanas con Gypsy Casino y Caustic Roll Dave, ahora tocaba el turno del rock puro, sin aditivos, denominaciones de origen ni etiquetas, aunque tenga trazas de post-rock o de psicodelia y venga sepultado bajo toneladas de reverb. Capsula es una apisonadora sónica construida a partir de la más mínima expresión del rock: una guitarra, un bajo y una batería. Además cada componente de la banda tiene una personalidad adictiva, atrayente, de manera que podrías ver el mismo concierto tres veces, atendiendo en cada una de ellas únicamente a uno de sus tres miembros (los gestos a lo Keith Moon del batería, los pelos por la cara y las poses chulescas de Coni, la bajista, los serpenteantes movimientos de Martín, el guitarra y cantante, sus saltos, sus incursiones entre el público, sus invitaciones a que nos acercásemos al escenario, a bailar, a hacer pogos), y resultaría igualmente interesante e intenso.

Cápsula Valencia

El repertorio estuvo basado en su reciente y muy recomendable álbum en directo, Dead Or Alive (BCore, 2014), del que sonaron casi todos los temas, prácticamente calcados y diría que en un orden muy similar. Pudimos disfrutar así de las brutales versiones en vivo de «Wild C», «Dark age», «Atomic breakdown», «Constellation freedom», «Seven crimes», «Sun shaking»… Uno tras otro iban cayendo sus temas más emblemáticos, con un sonido cósmico, envolvente (si 16 Toneladas no es la sala con mejor sonido de Valencia, andará cerca) y embrutecedor. Mención especial para una «Communication» durante la cual Martín se bajó del escenario para pasearse entre la gente mientras repetía «communication is dangerous, communication is dangerous…» como ido, ensimismado en su propia orgía sonora. Además tuvimos suerte incluso con los problemas técnicos: durante una pausa para solucionar un fallo en el bajo, el cantante se arrancó con un amago de interpretar «Five years», un tema que no estaba previsto en el setlist y tal vez ni siquiera ensayado, porque se notaba que Martín improvisaba e incluso se inventaba buena parte de la letra sobre la marcha. De hecho no estaba previsto interpretar ninguna de las excelentes versiones que hicieron para su recreación del mítico LP de Bowie; una lástima, porque estoy seguro de que todos hubiésemos agradecido una «Ziggy Stardust», una «Moonage daydream» o una «Rock and roll suicide». Pero bueno…a cambio tuvimos guitarras colgadas de los altavoces o haciendo crowd surfing entre el público, y unas bestiales «Flood» y «Dead or alive».

Cápsula Valencia

Al igual que en su álbum en directo, cerraron con «Voices underground» dejando muchos pitidos en los oídos, un exquisito sabor de boca y ganas de más. Era muy tarde de todos modos para más bises. Llevábamos ya más de tres horas de música con tres aproximaciones distintas al rock, muy disfrutables todas ellas cada una en su estilo, que nos hicieron recordar por qué, aunque sea sólo rock and roll, nos sigue gustando tanto. 

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