Lost Horizons – Ojalá (Bella Union)

En 2005, la banda Cocteau Twins tuvo la oportunidad de volver a tocar frente a una importante masa de público en el Coachella, pero su cantante Elisabeth Frazer decidió cancelar el evento ante la presión que suponía una reunión tan esperada por parte de público y crítica. Desde entonces, los seguidores de una de las bandas más melancólicas y bellas que han florecido entre los años 80 y 90 han guardado la esperanza de poder volver a ver al trío trabajando de nuevo.

Por su parte, el bajista de Cocteau Twins, Simon Raymonde, ya no quiere esperar sentado la llegada de una reunión que no parece factible, por lo que a través de su sello discográfico Bella Union ha decidido lanzar un disco junto a Richard Thomas, bajista de los ingleses Dif Juz, y un buen puñado de colaboraciones al micrófono. Lost Horizons es el nombre de este dueto y entre sus invitados podemos leer nombres desconocidos que llenan el amplio espectro musical que ofrece este LP.

De esta manera, Ojalá supone un viaje a las décadas de los 80 y 90 con voces como la de Beth Cannon emulando a una Kate Bush desgarrada en “Bones”, y con canciones como “Amber Skies”, “Asphyxia” y “Give Your Heart Away” como regalo para los que llegan a este CD buscando algo que les lleve a las ensoñaciones de Cocteau Twins. Es una máquina del tiempo de dos músicos que llevan 20 años sin componer nada, con algunas canciones que evocan a voces del nuevo siglo como “Frenzy, Fear” y su voz respirada a lo Sufjan Stevens o las ‘lanas del rey’ que arropan a “I Saw the Days Go By” y “Winter´s Approaching”.

“The Tide” nos permite recuperar la esencia de las últimas etapas de David Bowie, posiblemente debido al hecho de que la muerte de Ziggy Stardust coincidiera con el día en el que Raymonde y Thomas se reunieron por segunda vez para grabar las canciones que más tarde compondrían este Ojalá. De la década de los 90 escuchamos un ‘shoegaze‘ limpio en temas como “The Engine” y un rock pulcro y rítmico en “Life Inside a Paradox”, con una incesante (y a veces excesiva) presencia de la batería de Thomas en la gran mayoría de los tracks.

La melancólica trompeta de “Stampede” es la encargada de despedirse de una noche nostálgica con invitados que nos deja la sensación de haber escuchado un disco cuya fecha de publicación parece datar de 1997. Bienvenido de vuelta al siglo XXI.

Escucha Lost Horizons – Ojalá

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