Maria Coma – Magnòlia (Amniòtic Records)

En la música de Maria Coma hay algo de nostalgia de un tiempo que jamás volverá y de inocencia. Nostalgia e inocencia envueltas por música pop atractiva y dolça (dulce). «A diferència de Linòleum (2009), Magnòlia l´he fet pensant només en el que m´agradava, sense censurar-me de cap manera», dijo en una entrevista para la revista Enderrock. De hecho, como pasa con la música de Pau Vallvé, productor del disco, estas canciones irradian una atmósfera de belleza y perdurabilidad difícil de encontrar en muchos otros músicos más cercanos y que va más allá de las tendencias. El piano es el eje básico del disco. A partir de ese instrumento surgieron los temas de Coma, que después produjo, grabó y mezcló Vallvé.

Una belleza que ya se percibe en las dos primeras piezas de Magnòlia: «Tots els colors» y «Fugir de l´ou». Este viaje a lo más hondo tiene en el centro de la escena a Maria Coma, que se sincera y siente, y hace sincerarse y sentir. «Moments secs d´olor, muts, sécs i sords resumits en flashos de claror», canta en «Fugir de l´ou» con un grave piano y una voz que hace imposible no quedar atrapado. El coro que le sigue hace ya el resto. Coma consigue conquistar así en sus dos primeras canciones.

Magnòlia es un disco misterioso y con una potente melancolía con unos arreglos preciosos, con pianos y coros evocadores como en «Bosc adormit». Le sigue «Mujer de lana», cantada en castellano, cuyos violines recuerdan, salvando las distancias, el mítico Campanades a morts, de Lluís Llach. Todos los temas, todos, tienen algo que destaca o que llama la atención. Un piano, un acorde, un coro, un tono de voz que sorprende o impacta. «Dins magnòlies ens vam perdre sota mil constel·lacions rèiem. Gràcies a això mai ningú ens prendrà el que vam ser» canta un grupo en «Dins magnòlies» al unísono con una melodía difícil de olvidar y con el que Coma despide el disco.

Magnòlia es la continuación de sus anteriores trabajos: U_mä (2007), Linòleum (2009) y Linòleum en Concert. Como admite la misma discográfica, la cantante «coge la parte más introspectiva de su primer disco y deja de lado todas aquellas canciones más naïf e inocentes que después de una gira de 60 conciertos fueron quedando apartadas por las composiciones más personales». La cantante también le ha querido dar a su nuevo proyecto una mayor relevancia al formato audiovisual. Coma acompaña alguno de los temas con vídeos hechos por ella misma en Super 8, al entender el disco como una banda sonora.

Maria Coma, con tan solo 25 años, llega (o vuelve) para situarse entre lo más alto. Benvinguda.

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