Massive Attack – 100th Window (Virgin)

Después de un disco triunfal como Mezzanine (98) Massive Attack comenzó a descomponerse. Nada más finalizar la grabación de dicho álbum, Mushroom (para muchos ideólogo de la banda) abandonaba el barco. Un par de años después justo cuando comenzaba a prepararse su continuación era Grant “Daddy G” Marshal quien dejaba (parece ser que momentáneamente) a Robert «3-D» Del Naja sólo ante el peligro. A partir de entonces el grupo se convertía en el proyecto en solitario de uno de sus fundadores acompañado por el productor Neil Davidge. ¿El resultado?: 100th Window.

Si tuviéramos que definir el nuevo disco de Massive Attack diríamos que es un trabajo oscuro, en ocasiones siniestro, que sigue la estela del lado menos accesible de su antecesor, es decir, de piezas como “Rising Son” o “Inertia Creeps”. Sus atmósferas, un auténtico trabajo de artesanía, alcanzan una densidad sorprendente, capas y capas de sonidos y matices lisérgicos, texturas de todo tipo, su peculiar forma de samplear incluso fragmentos vocales o de utilizar las cuerdas como si de lamentos se tratara,… Un disco donde prima más la electrónica y menos los instrumentos convencionales.

El disco lo componen nueve canciones -más un instrumental oculto de trece minutos. El tema que lo abre “Future Proof” enseguida nos sitúa en lo que vamos a encontrarnos en el resto, un inquietante ambiente dub con la peculiar voz de 3D quien mientras canta-susurra-habla, se le van sumando todo tipo de elementos sonoros. Destacan a su vez las tres piezas donde la cantante irlandesa Sinead O´Connor aporta su voz: el single “Special Cases”, un escalofrío plagado de emoción y coros fantasmales, la más accesible “Prayer For England” o “What Your Soul Sings”, que podría verse como la “Teardrop” de este nuevo disco.

El lado más oscuro lo componen “Butterfly Caught”, como alguno ha dicho “la música que pincharían en las discotecas del infierno”, que no es más que un agobiante tratado de alquimia sonora donde los arreglos de cuerda y las bases machacantes dejarán boquiabierto a más de uno, “Name Taken” con el ya inseparable Horace Andy quien viste su peculiar voz con un traje más tenebrso que de costumbre o la magnífica “Antistar” cuyo comienzo recuerda a los mismísimos Cure.

100th Window es un trabajo difícil, con todos los visos de convertirse en un disco de culto y marcar una nueva pauta a la hora de mezclar conceptos sonoros. Una nueva obra maestra que añadir a la imprescindible discografía de los inventores del trip hop.

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