Mice Parade

Soy un chico blanco de los suburbios haciendo canciones con ritmos africanos

Adam Pierce es uno de esos músicos inquietos que siempre anda enredado en por lo menos un par o tres de proyectos musicales. En su faceta como Mice Parade, acaba de presentar su nuevo disco What it means to be left handed en la que continua experimentando con sonidos que complementen su particular atmósfera de post-rock, jazz y pop, sin importar que sea flamenco, cumbia o música africana.

Hace tiempo que Adam Pierce abandonó la idea de que Mice Parade fuera un proyecto en solitario y decidió acompañarse de amigos y músicos con los que tocar. De hecho, todo empezó cuando Adam Pierce formaba parte de la banda Dylan Group y sacó un disco en solitario que publicó la misma discográfica. «Para una de las giras de Dylan Group, la discográfica me pidió si podía convertir el proyecto Mice Parade en una banda en directo. Así que necesitaba gente y pedí a mis compañeros de Dylan Group que tocaran conmigo en directo». Allí empezó la transformación que llevaría a Mice Parade, de ser un proyecto de una sola persona a ser una banda propiamente dicha. «Creo que el propósito de la música es tocar con otras personas en directo. Es como debería ser».

Cada disco en sí mismo es un complejo amalgama de las muchísimas querencias musicales de Pierce. «Cada uno de ellos se gesta de una manera diferente y cada uno tiene un aire también diferente, su propia personalidad. Para los dos primeros discos, por ejemplo, no tenía nada en mente. Un día de pronto encuentras un ritmo de batería o una melodía mientras estás en el estudio haciendo el tonto, simplemente pasando el rato. Y a partir de aquí empiezas a desarrollar las canciones. Cuando te das cuenta, tienes un buen puñado de ellas. Pero luego hay discos donde sí que me siento conscientemente a escribir canciones. Cada vez es diferente, para cada disco e incluso para cada tema. Éste último ha salido de improvisaciones… de sesiones en que tocaba con otra gente. Totalmente improvisado».

Pasar de hacer un disco solo a trabajar con más gente requiere nuevas maneras de trabajar porque «cada uno de nosotros vive en un sitio diferente. La mayor parte del disco la hago yo, pero luego nos vamos enviando partes por email en las que cada músico añade sus ideas. Es una combinación entre trabajar solo y colaborar con gente».

Comparado con su disco anterior, What it means to be left handed es más pulido y limpio, tal vez un poco más poppie. «¿De verdad? De hecho yo creo que el What it means to be left handed es mi disco menos poppie. Cuando lo acabé pensé que era caótico y raro. Es más Paul Simon y menos… ¿Deff Lepard, tal vez?» (risas). «Sí, definitivamente es mi disco menos poppie… aunque claro, pensándolo bien Paul Simon es muy poppie». También vuelve a recuperar los sonidos africanos para algunos temas como «Kupanda». «No es que vuelva a usar sonidos africanos… porque siempre han estado ahí. ¡Soy un chico blanco de los suburbios haciendo canciones con ritmos africanos! ¡A lo mejor soy más Paul Simon de lo que creía!» las risas pasan a ser carcajadas.

En sus canciones se pueden distinguir un montón de influencias de músicas de cualquier parte del mundo. «Eso es porque escucho todo tipo de música. De todo. Escucho mucho indie rock, mucha música africana, punk, reggae…». Y según su myspace estas influencias incluyen también… ¿flamenco? (Risas de nuevo) «Eso es una pequeña broma de nuestro myspace. Cuando abres un myspace, te obligan a definir qué música haces. Esa es la peor pregunta que se le puede hacer a una banda. Es como cuando en una entrevista te piden que definas tu música o simplemente alguien te pregunta ¿y tú que música haces? A ninguna banda le gusta etiquetar su propia música. Pero myspace te obliga a hacerlo y te da un montón de opciones para que escojas la etiqueta que quieras. Así que elegimos una cualquiera. De hecho usamos algunas técnicas de la guitarra flamenca en algunos temas y además el cajón, así que en realidad algo hay. Pero, mientras que en cualquier otra parte del mundo no pasa nada, cuando vengo a España me empiezo a poner un poco nervioso por este tema» bromea.

Y si por otra cosa se caracterizan también los discos de Mice Parade es por la calidad de los artistas que colaboran en él. «Muchos son amigos a los que les pido si quieren tocar en algún tema, como Caroline, que participa en dos o tres canciones. Además también aparece Somi, una cantante africana que vive en Nueva York y que alguien me recomendó. Hay otros muchos con los que me gustaría trabajar algún día como Rokia Traore, una cantante de Mali. Contacté con su manager porque el tema “Kupanda” estaba escrito específicamente para ella, pero por problemas de agenda, no pudo ser».

Algo que no pierde Pierce de un disco a otro son las ganas de experimentar con nueva ideas. «Me interesa probar cualquier cosa. No me gusta experimentar por experimentar… ¡de hecho no sé ni siquiera qué significa experimentar! Pero sí, en mis discos quiero probar cualquier cosa que me apetezca cuando me apetezca». Y probablemente sea esa curiosidad lo que hace a este personaje tan singular y especial, en cualquiera de sus muchas encarnaciones pero especialmente en su proyecto Mice Parade.

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