Mishima – L´amor feliç (The rest is silence/Warner)

Esperar con ganas un disco a veces juega en contra. Esperar mucho de un álbum puede llevar a la frustración sobre todo si los LP anteriores te fascinaron. Sin embargo, Mishima lo ha vuelto a conseguir. La banda barcelonesa tenía difícil ya no sólo superar los reconocidos Ordre i aventura (2010) y Set tota la vida (2007), sino igualarlos; pero con L´amor feliç, Mishima ha conseguido dar un paso más en su carrera musical presentando un álbum consistente y muy bien definido. L´amor feliç es un disco con canciones de amor, más guitarrero que sus anteriores trabajos y con nuevos arreglos y sonidos; una obra que se presenta como una continuación tranquila (no rompedora) de sus antecesores, pero más perfeccionada y completa. «Hem aprofundit en algunes de les que considerem que són les nostres virtuts en el directe, com el joc amb les dinàmiques, les intensitats i també les textures sonores (…) L´amor feliç és més divers i heterogeni en sons i en atmosferes, i alhora més intens instrumentalment», dijo el cantante y líder del grupo David Carabén en una entrevista a la Agència Catalana de Notícies (ACN). Mishima consigue crear una atmósfera melancólica; de cierta alegría musical siempre contenida con toques de nostalgia de los viejos amores y los desengaños. 

La intensidad instrumental está en el alma de L´amor feliç y se percibe desde «La vella ferida» y en todas las canciones, algunas de ellas llenas de momentos épicos inolvidables. Los cambios continuos en las estructuras de los temas, la primacía de las guitarras eléctricas, las mordaces letras de Carabén y sus lamentos amorosos, los coros continuados o las explosiones musicales son la causa de dicha intensidad. L´amor feliç, producido por Paco Loco, podría ser un disco conceptual alrededor del amor con todos sus matices, una gran canción que no se descubre en todo su potencial ni a la primera, ni a la quinta, ni a la décima escucha. Algo que lo hace perdurable al paso de los años. 

El grupo barcelonés muestra sus sonidos más contundentes con «Ull salvatge»; su facilidad por crear melodías pegadizas y momentos de gran belleza soñadora con los hits «L´última ressaca» o «Els crits», y su vertiente más épica con el final de «Ossos dins d´una caixa» y de «No obeir». Mishima se atreve incluso en versionar en «No existeix l´amor feliç» la canción de George Brassens «Il n´y a pas d´amour heureux» con letra de uno de los fundadores del surrealismo Louis Aragon. Carabén repite una y otra vez que no existe el amor feliz en uno de los mejores momentos del disco. Los instantes más melancólicos se hallan al final con «Rilke» y «Ningú m´espera», con Carabén forzando a más no poder su voz en el mejor cierre posible de L´amor feliç.

Mishima no defrauda a todos los que esperaban su regreso y estará seguro entre los mejores del año. Valió la pena la espera.

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