Miss Caffeína – Joy Eslava (Madrid)

El sábado Miss Caffeína comenzaba su peculiar fin de semana en la sala Joy Eslava con el primero de los dos conciertos en la capital y las entradas agotadas. Si algún despistado se quedó sin ellas tuvo la oportunidad de acudir el domingo a la segunda entrega de su recital, pensada para el público más joven ya que en esa ocasión pudieron entrar los menores de edad.
Con la sala abarrotada de gente impaciente (sí, tuvimos que esperar 15 minutos) los acordes de «Tormento» sonaban mientras Alberto, Sergio, Álvaro, Antonio y Román comenzaban a llenar el escenario.

Al principio, ensimismada en la melodía de «Disfraces» y disfrutando del primer single de su último disco, no me di cuenta de que Alberto llevaba ¡parte de la cara pintada de negro! Un punto algo transgresor pero que, desde mi punto de vista, no aportaba nada a la actuación. Pero bueno, estética a parte, la música fluía en el escenario y el público cada vez estaba más entregado. Canciones emblemáticas como «Capitán», «La guerra» o «Mecánica espiral» sonaron en una noche que no dejó aparte ningún tema de su último disco De polvo y flores, ya que disfrutamos de todas y cada una de ellas: «No mienten», «Gigantes», «Superhéroe»…

El tiempo iba transcurriendo y la actuación iba cogiendo cada vez más fuerza, la batería y las guitarras ganaban presencia en el escenario y potenciaban aún más las letras que estábamos disfrutando, un Alberto Jiménez entregado en la interpretación estaba dando vida a cada una de las palabras que cantaba y haciendo nuestras cada una de las historias que contaba: «Ley de gravitación universal», «Lisboa», «Luciérnaga»…

¿La parte mala? La iluminación. Sí, sé que esto no tiene que ver con la música pero sí es muy importante para que disfrutemos o no de un concierto. El escenario se antojaba excesivamente oscuro, iluminado la mayoría del tiempo por tonos morados y azules que se combinaban con fogonazos de luz blanca dirigidos al público que resultaban bastante incómodos.

Uno de los momentos en la noche fue «Venimos», canción cantada a medias con el público que en ocasiones hasta tapó la voz del vocalista. También hubo momento para la intimidad y la cercanía, dejando a un lado el potente sonido de las canciones de los madrileños en directo. «N=1» y «Mi rutina preferida» acercaron al público mientras la banda  tocaba un poco más el corazoncito de sus fans.
Llegaba el momento de los agradecimientos y la despedida pero aún nos quedaban varios temas por disfrutar: «Modo avión», «MM», «Cabaret» y uno de los mejores cierres que podría tener esta noche: «Hielo T», el segundo single del nuevo disco y el último momento de entrega y efusividad que mostraría la sala Joy Eslava esa noche.
Tras la hora y media de un concierto cargado de electricidad, entrega y fuerza… donde no se paró de bailar, saltar y cantar, me fui con las pilas cargadas a disfrutar del sábado noche gracias a la energía que transmiten estos chicos en directo.

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