Montevideo – Vértigo y Euforia (El genio equivocado)

No podía estar dando crédito a lo que escuchaban mis oídos cuando empezó a sonar en mis cascos Vértigo y Euforia, el nuevo disco del antes dúo hispanoargentino y ahora quinteto, Montevideo.

Y no podía dar crédito, simplemente porque no me encajaba con lo que tenía escuchado de ellos, los potentes sonidos con los que dan la bienvenida en sus dos primeras canciones, cargadas de guitarras naturales, contundentes ritmos de batería, y por el contrario, simples toques de sintetizadores sonando de fondo, y solamente colaborando dentro de una maraña de instrumentos, que forman la euforia desatada que son sus primeros estribillos. Vamos, que no me encajaba porque básicamente no tenía que ver nada con los sonidos minimalistas y electrónicos a los que nos tenían acostumbrados, ni con sus letras cercanas, ni con la suavidad con la utilizaban las voces, ni básicamente con nada de nada.

Parece que perder el tiempo no es precisamente lo que Damiana y Manuel han estado haciendo desde la salida de su último largo Cuando miramos al sur (Jabalina, 08), si no que a lo largo de estos dos años, la reflexión y los cambios es lo que ha trascurrido por la vida de la banda (y quien sabe si por la suya también). Atrás quedaron los sonidos a lo Family o Entre Ríos, para presentar con este nuevo CD, (ahora de la mano de El genio equivocado) un arduo trabajo de investigación a lo largo de algunas de las muchas caras que tiene el poliedro llamado pop, y que hasta ahora no habían sido probadas por la banda. Investigaciones y experimentos, que no cabe duda que les han gustado (y la verdad que son para gustar), si nos fijamos en el resultado de sus once nuevas canciones, mucho más cercanas ahora a los sonidos más puros, guitarreros, y potentes, acompañadas de voces sólidas, y estribillos pegadizos, que nos recuerdan a bandas tipo Cooper o La Habitación Roja.

Más de media hora de sonidos muy directos, y sensacionales melodías, que te atrapa desde el comienzo a través de las letras espaciales de “orillas plutonianas” (una temática recurrente en esta nueva entrega) y que no te deja separarte de sus sonidos, manteniendo una intensidad inédita en la banda, a través de canciones puramente pop, tan feroces y de tanta calidad como “saldremos de esta” o “asesino”, para permitirse finalmente una ligera tregua en el séptimo track del disco que es “el azul de la pantalla” (y su prolongación instrumental que es “azul eléctrico”); una dulzura de canción protagonizada por la escalofriante voz de Damiana, y que cuenta con ración extra de sintetizadores y efectos sonoros, esta vez utilizados de una manera mucho más madura y coherente que como lo hicieran antaño, y que sirven como cobertura perfecta para los punteos de guitarra, que ponen los pelos como escarpias. A partir de ahí, la verdad que el disco se calma de manera casi definitiva, partiendo ahora también de sonidos pop, pero esta vez más sosegados y melódicos, que tienen como protagonista “perdidos en el súper” y “no te puedo dejar sola” (única canción que recuerda a los antiguos Montevideo), para finalmente despedirse del disco con los casi seis minutos de duración con los que cuenta “mi galaxia”; un buen tema que va ganado potencia a medida que van pasando los acordes, para acabar con una larga «CODA», que la convierte en una canción de esas que si no son las más populares o fáciles de escuchar, sí son de las más singulares del disco.

No hay duda de que son muy buenas las nuevas que nos trae la banda, y con ellas muchas las ganas que dejan en el receptor de poder ver reflejados todos estos cambios y nuevos sonidos desde los amplificadores de un escenario. ¡Esperemos poder verles este verano!

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