Motorama – Moby Dick (Madrid)

Los rusos Motorama han despuntado definitivamente a nivel internacional con la publicación de un último disco tan sólido y equilibrado como Povertry (2015), confirmando de este modo las sensaciones positivas iniciadas en Calendar (2012) y Alps (2010). Un acierto que tiene como continuación lógica el éxito de una nueva gira peninsular que, a su paso por Madrid, movilizó a unos seguidores que a punto estuvieron de completar el aforo de la sala Moby Dick.
El cuarteto se manifiesta deudor indisimulado y orgulloso de The Sound, Echo & The Bunnymen, los Interpol menos inmediatos y, por supuesto, Joy Division, y sigue dicha estela con aplomo y convicción ciega. Una devoción post-punk que, al contacto con las tablas, deriva en amplia credibilidad a partir de la propia actitud del combo. Así el cuarteto ofreció una actuación tan austera y claustrofóbica como su reciente álbum puede llegar a sugerir, remarcada por las cualidades del local y manejando con cierta habilidad una acústica mejorable. El vocalista Vladislav Parshin y compañía hicieron suyo el escenario para interpretar su obra en exclusividad, antes de despedirse inmersos en su papel de banda atormentada que transita entre sombras concretadas en canciones.

En total una hora de concierto ejecutada del tirón, sin adornos ni atisbo de concesiones de cara a la galería, donde la interacción con el público resultó absolutamente inexistente y temas como “Old”, “Alps”, “Heavy Wave”, “Impractical Advice”, “Ghost”, “Lottery” o “Dispersed Energy” fueron únicos protagonistas. Una postura que aporta realismo a la puesta en escena y que, gracias a la valía de sus propias composiciones, funcionó a la hora de completar un concierto cumplidor, de incuestionable interés para los aficionados del género aunque también escasa trascendencia más allá de la euforia del propio momento.

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