Nosoträsh – Popemas (Elefant Records)

Que las chicas de Nosoträsh tenían mucho talento como letristas y compositoras era algo innegable, pero lo cierto es que con Popemas se han superado, y de que modo. De un plumazo, las cuatro de Gijón han puesto en tela de juicio todo el pop en castellano de los últimos 10 años, facturando un álbum sencillo, sincero, elegante y de una calidad tan aplastante que dificilmente alguien podrá superar (y ya no hablamos sólo de este año).

21 perlas pop, 21 retazos de sus vidas, con los arreglos y adornos justos los temas se sustentan sobre sus letras y sus melodías sin necesidad de más. En Popemas, Nosoträsh mantienen su mordaz ironía y audacia, pero esta vez desde una perspectiva más personal y más sincera, lo que tal vez les ha llevado a construir un disco, en lineas generales, triste y melancólico, «Por los restos», «Recuerdos que olvidé», «Agarradita», «Nada» y «Electrojeanette» son claros ejemplos, aunque bien es cierto que también en muchos momentos, bajo el manto de la tristeza asoma la luz del optimismo («Doméstico», «Cenicero», «La canción de aquel momento» o «Simulacro» por seguir poniendo ejemplos).

Sin soportar la presión de tener que demostrar nada, ni de tener que hacer un nuevo hit, Natalia, Montse, Cova y Bea han podido dar rienda suelta a toda su creatividad y la han enfocado de otro modo, de hecho, la única canción que podría formar parte de su anterior Mi vida en un fin de semana es «Copiloto», y aun así, cuando el estribillo parece que va a explotar, la cortan bruscamente. Y es que, si queremos buscar hits en este disco, podríamos hablar de «Ärte» o de «Gloria» por su claridad y espontaneidad.

A destacar también los fantásticos juegos de voces, las cuatro participando, coros y acompañamientos dando vida a estos Popemas, más asturianas y más caseras que nunca, con continuas referencias a la lluvia («Tan solo por los besos»), al frío («Mejor») y a la humedad; si hace un par de años nos decían que querían irse «Hacia el sur», parece que ahora lo tienen claro, su sitio está aquí, como dan a entender en «Polilla» o en la explícita «Sobre mi pecho un alud».

Por último, no queremos pasar por alto un par de detalles más. Por un lado, algunos brillantes juegos de palabras, Bea diciendo «…nunca dejaste de fumar, nunca dejaste de jugar…» en «Cenicero» y Montse haciendo lo propio «…año tras año, daño tras daño…» en «Polilla». Por otro lado, el broche final que ponen Natalia y Nacho Vegas cantando a duo la preciosa «Tres tristes tigres», un texto de Bea. Hay muchas más cosas, el guiño final y oculto a «Nenyures», el especial y multitudinario coro de «Corazón colilla», el precioso empaquetado, todas las madres de las colaboraciones y dedicatorias, la exquisita producción de Ibon Errazquin… y así podríamos seguir hasta mañana, y es que Popemas es ya un clásico, y en colegios, institutos y universidades deberían poner como deberes leerse estos Popemas todas las noches.

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