Ojos de Brujo – Techarí (Diquela)

Ojos de Brujo han alcanzado con su tercer trabajo Techarí (libre en caló) la madurez artística que toda banda ansía. El salto cualitativo que separaba la brillantez de Barí –seguirá siendo su cima creativa- del atropellado Vengue es menor en este caso: ya no existe la urgencia por llamar la atención, lo que se traduce en temas de menor impacto (no busquen esta vez la redondez de “Ventilaor R-80” u orgiásticos viajes como el reportado por “Zambra” en su día). La renuncia a la obviedad y a la presión compositiva tras su colosal Barí, les ha hecho parir un disco sutil y de sonido muy sólido a la vez.

El colectivo autogestionado brinda un trabajo con solera que gana con el tiempo como los buenos caldos de reserva. La fusión de estilos marca de la casa bebe más que nunca del flamenco (ahí están “Silencio”, “Tanguillos Marineros” con la colaboración de Martirio y Raúl Rodríguez o la guitarra flamenca del maestro Pepe Habichuela en “Nana”) y descompensa la balanza en perjuicio del hip-hop (donde más explícito se disfruta es en “El confort no reconforta”).

El enorme potencial como coctelera de ritmos trepidante y el gusto por aportar tonalidades siguen siendo sus señas de identidad: la inclusión de vientos funky en “Color” o el exotismo del bhangra en “Todo Tiende” con la colaboración al Dhol de Prithpal Rajput “Cyber” (Asian Dub Fundation) son prueba de ello. Un tono más sosegado y reflexivo aportan a la prosa de Ojos de Brujo las letras de mayor carga emocional esgrimidas hasta el momento en canciones como “Silencio” o “Corre Lola Corre”.

Techarí no es sólo la confirmación de Ojos de Brujo, es también la confirmación del respeto, del mestizaje y de la libertad. La mezcolanza cultural del arrabal contra el aislamiento de las urbanizaciones unifamiliares que buscan prótesis de pene en Tele-Tienda.

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