Pau Vallvé

No sé escribir historias, no sé escribir… fábulas. Digamos que yo escribo lo que me sale, lo que me pasa, lo que siento


 
Tras el lanzamiento de su nuevo álbum Pels dies bons, quedamos con Pau Vallvé para que nos explicara qué es esta locura de largarse cuatro meses a Banyoles a componer, grabar luego en una masía y terminar estampando él mismo las portadas de cartón.
 
Antes que nada: ya te lo han preguntado muchas veces, pero para los que aún no estén muy al corriente de ello, ¿puedes hacernos un poco un resumen sobre esta decisión de hacértelo todo solo? ¿De dónde viene, porqué la tomas?
 
Bueno, fue surgiendo. Yo de entrada ya hace muchos años que me hago muchas cosas solo: es decir, los vídeos, las grabaciones,  los instrumentos, la producción, la web, etc. porque me gusta y porque no tengo un duro para pagar a otra persona. Pero también porque disfruto mucho del proceso y me gustan varias cosas y como hice bellas artes pues voy haciendo y ya… Pero esta vez ha sido distinto, fue un poco como una huida. Yo peté después de muchos años de estar muy muy estresado; haciendo cosas que me gustaban mucho, pero muy estresado. Decidí largarme porque no podía más. Me tomé unas vacaciones y las aproveché para hacer un disco tranquilamente y tal. Y bueno, el disco no fue algo pensado así desde el principio, lo que pasa es que como fue saliendo de esa manera así como dentro de unas vacaciones, como regalo para mí mismo más que como proyecto, digamos, mercantil,  pues me fui dando cuenta de que el hecho de hacer las canciones así tranquilamente en Banyoles con el lago no encajaba con grabarlas en un estudio de grabación si no que prefería seguirlas grabando con esta forma de hacer más de vacaciones. Y el hecho de grabármelo así en una masía más tranquilo ya era como «hostia, ahora no me apetece ir a una discográfica, fichar para un sello». Me daba mucha pereza todo lo que implicaba convertir este proyecto que era algo mío, algo tan para mí mismo -que después de catorce discos ya me apetecía hacer algo distinto-, en algo mercantilizado. No sé, se me hacía raro.
 
Entrar en eso, ¿no? Entrar en esa rueda de contratos, sesiones y mirar el proyecto como algo que debe venderse y no como algo para mí. Así que fui decidiendo paso a paso todo esto: pues bueno, que lo haría yo, que lo llevaría yo a las cuatro tiendas que quedan, que lo llevaría yo a los conciertos… Y entonces ya fue cuando me flipé y decidí hacerlo a mano. Una cosa fue llevando a la otra y fue creciendo la bola, tampoco era una cosa que tuviera clara antes de empezar, eh. Yo antes de empezar lo único que tenía claro es que quería largarme, parar el tiempo y hacer lo que me apetecía. Hacía demasiado tiempo que estaba atado a demasiadas cosas y mira, salí de ello así. Después he estado un año que no he parado ni un momento pero haciendo un poco lo que me gustaba. Vaya que ha sido un proceso muy natural: a diferencia de otros discos que los tenía que hacer por las noches y muy planificados porque no tenía tiempo ni espacio ni nada, este lo he dejado que fuera haciendo y por lo tanto ha salido más él que no yo hacerlo salir. No sé, no puedo explicarte mucho tampoco el por qué porque ha sido más que nada lo que ha ido saliendo.
 
Este álbum que tiene bastante de prólogo de una nueva etapa en tu vida coincide a la vez con un epílogo: recientemente despedías Amniòtic Records, tu sello, con un disco recopilatorio precioso. ¿Con qué te quedas de esa experiencia?
 
He aprendido muchísimas cosas y no reniego para nada del funcionamiento de los sellos eh, de hecho es la manera buena de funcionar, ¡seguro! Quiero decir que hay muchos sellos sobretodo independientes aquí en Barcelona y en toda Cataluña que se lo curran mucho, y creo que eso hay que dejarlo claro, que a veces parece que me cague en los sellos y no. Yo simplemente tenía muchas ganas de ir a mi bola pero en el mal sentido, diciendo «bueno va, es igual», sin tener que tener tantas cosas rollo profesionales. Pero está claro que cuando quieres hacer las cosas bien es mejor tener alguien que se encargue de la distribución, alguien que se encargue de la promoción…
 
Eso está clarísimo. Lo que pasa es que yo exploté. Pero mi paso por Amniòtic junto a la gente de Música Global yo lo considero una época brutal; he aprendido muchas cosas que me están sirviendo ahora que me lo estoy haciendo yo sólo y en un futuro cuando seguro vuelva a estar en una discográfica, porque esto es una matada, ¿sabes? Es un proyecto que tenía que ser así para este disco, pero no me veo haciéndolo toda la vida así porque es que es mucha faena. Entonces bueno, pues mira, yo aprendí muchas cosas, disfruté mucho y sobretodo conocí músicos increíbles. Con Maria Coma, Nico Roig, con Inspira, con Ferran Palau… el hecho de haber ido trabajando juntos y haber hecho tantas cosas juntos nos hemos ido influenciando los unos a los otros y hemos ido progresando todos mucho. Bueno el nombre de Amniòtic venía de esto, ¿no? Un espacio para, pues eso…
 
¿Para crecer?
 
Para crecer, exacto. Y así fue.
 
¿Esto de «hay quien se lo curra mucho» iba para alguien?  
 
¿De sellos, dices?
 
Rollo independientes, sí. ¿Alguno del que seas fan?
 
Pues hay muchos: está la gente de BCore que llevan millones de años, los tíos de Bankrobber, los de Aloud… Uf es que me estoy olvidando a muchos importantes fijo. Pero bueno, que hay  gente que lleva muchos años trabajando desde abajo, picando piedra y sacando perlas. Vamos que a mi toda esta gente me flipa, no quiero renegar para nada de esto. Realmente hay un montón de personas por aquí que llevan años salvándonos el culo a todos, solo que ahora este disco pues no quería pensar tanto en sacarlo si no en vivir la experiencia e ir viendo.
 
Sí, volvamos al disco: ya es normal que siendo un prólogo tenga algo de optimista, y de hecho el título ya lo dice, Pels dies bons, ¿no? Pero más que por los días buenos parece que brinde por cualquier tipo de día. Esta sensación, ¿la buscabas?
 
Bueno yo escribo… Yo nunca escribo pensando mucho. Yo solo escribo. Quiero decir que no sé escribir historias, no sé escribir… fábulas. Digamos que yo escribo lo que me sale, lo que me pasa, lo que siento. Por lo tanto siempre escribo igual, De Bosc estaba escrito igual, lo que cambia es el momento en el que estás, lo que te está pasando. Claro el hecho de que el disco sea diferente es más que porque haya cambiado la manera de hacerlo porque decidí cambiar la vida que tenía para que pasasen cosas distintas. Que evidentemente es imposible que salga todo el disco optimista, porque además yo tampoco soy precisamente la alegría de la huerta, ¿sabes? Un poco la idea es esa: lárgate un año, empieza el disco muy arriba por las ganas de marcharte, la ilusión, el dejar todas las ataduras, las ganas de aventura, de azar, digamos; pero poco a poco el disco va avanzando y vas viendo esta aventura y esta huida y piensas «bueno, guay, pero ahora necesito volver, pertenecer a un sitio». Hay todo el tema del viaje, de la huida y el regreso, que es lo que me molaba.
 
Solo empezar el álbum escuchas «Obre´t de dins va / Això no té final«. ¿Te has imaginado nunca un final? ¿Un abandonar la música, dejar de hacerla?
 
Bueno a lo largo de la vida la he dejado unas cuantas veces, la música, o lo he intentado, pero no puedo, es algo que no, no… Es como una especie de agujero negro. Es que una vez ya no es que te dediques a esto sino que eres esto tienes que hacer muchas renuncias. Intentar hacer carrera en la música es renunciar a muchas cosas. A los fines de semana; a cualquier tipo de dinero que te pueda sobrar porque se te lo lleva todo entre instrumentos, material, ensayos y tal; a todas las horas libres. Incluso todas las relaciones que puedas tener están condicionadas a esto. Es renunciar a muchas cosas pero es lo que nos hace vivir, tampoco puedes escogerlo porque es parte de ti. Si que ha habido ciertos momentos en mi vida en los que he dicho «hostia a la mierda la música tío, se me lo está comiendo todo y yo quiero hacer otras cosas», pero lo dejas una semana. Más ya no. Es lo que somos.
 
Da la impresión que cada vez te vas desnudando más: te deshiciste de tu anterior seudónimo Estanislau Verdet, en muchos conciertos te deshaces de la banda, comentabas como te habías deshecho de discográficas e intermediarios varios… ¿Qué es lo próximo de lo que quieres deshacerte?
 
Uf, pues no sé. Yo siempre intento hacer lo que me apetece. Incluso Estanislau Verdet era una manera que tenía yo de evitar miedos y vergüenzas, manías que tenía. Me importaba quedar bien, ser respetable, y quise hacer un proyecto que fuera pues todo lo contrario, ¿no? Toda la música que yo odiaba, todas las cosas que me avergonzaban como disfrazarse, bailar, crear verguenza ajena a la gente… Fue un proyecto precisamente para mejorar, para crecer, no para taparme. Pero llego un punto en que también tuve que dejarlo porque ya se estaba haciendo grande. Siempre intento ponerme un poco contra las cuerdas en algo, en algún sentido, y en este caso el disco ha sido un «va tío, ten huevos de dejar todo esto que tienes montado que funciona y que todo el mundo te respeta y que no se qué y lárgate de aquí, deja Barcelona, deja la pareja, deja la faena, cierra el sello y haz lo que te de la gana, todo da igual».
 
Y claro al principio da cosa, porque claro, llevas muchos años trabajando para tener lo que tienes y ahora hostia, lo envías todo a la mierda. Pero necesitaba hacerlo, cada disco es un paso, no sé cuál será el siguiente. Depende de lo que quiera, que los proyectos ya que son algo muy grande que acaban durando dos años me sirvan para mejorar, porque si no también vaya mierda. Deshacerme de algo más, pues no sé.
 
¿O sea que no te veremos cantando a capella?
 
Jaja, no lo creo.
 
¿Puedes vivir exclusivamente de tu música?
 
De la mía no, de la mía no. De la música por suerte sí, porque haciendo bandas sonoras para cine, colaboraciones con grupos, haciendo de batería a otra gente… al final haces un puzzle que te cuadra y llegas pues a lo que llegas. Que a ver, estoy viviendo en un sofá-cama aquí en el estudio eh, pero sí, sí que tengo la suerte de poder vivir de la música, pero no de la mía. De la mía es un objetivo ya no a medio plazo sino a corto plazo, que no quiere decir que tenga que hacer un disco comercial y petarlo si no bueno, pues eso, reducir intermediarios, intentar a algunos conciertos ir solo, etcétera etcétera para ver si puedo llegar a vivir de conciertos, hacer discos y montármelo yo. Me haría bastante ilusión, ni que fuese un tiempo, tío. Para no ir tan de culo.
 
En alguna ocasión has dicho que esto, esta dificultad de los músicos por vivir de la música, también tiene una parte buena…
 
Claro, ¡claro!
 
…que es que nadie se mete en esto para hacer dinero, entran en el tema los que realmente quieren hacerlo. Y además siempre se ha dicho también que tener los recursos limitados fuerza a una mayor creatividad. ¿Este proyecto tendría sentido fuera del contexto de crisis actual?
 
Yo creo que es verdad que el hecho de que esto no sea mi medio de vida, o sea, que cuando lo que haces creativamente no es tu medio de vida, no es lo que te da de comer, seguramente eres más libre. Y a mí me pasa. Yo como de esto no vivo, que es solo una parte de mis ingresos que me sirve básicamente para pagar el siguiente disco, pues tengo mayor libertad en el tema de arriesgar. Puedo decir «bueno pues este disco lo hago así» o «esta canción la hago asá» porque no dependo de seguir gustando para seguir viviendo de ello. Yo entiendo que para la gente que vive de esto, que cada disco le da de comer durante dos años pues la presión que tienes encima, que tiene que funcionar sí o sí, tiene que ser muy fuerte y muy duro. Yo conozco casos de músicos que no es que me lo hayan contado pero que pienso hostia, qué presión tendría yo si estuviera en su situación.
 
Realmente es muy fácil criticar a estos grupos que están ahí arriba pero la presión que tienen, tela. Quiero decir que sí, que es una putada no poder vivir de lo que hacemos, pero artísticamente es una pequeña suerte porque te permite esto, no estar pensando en si algo dará de comer al técnico y al otro y al otro. No hay mucha gente dependiendo de ti y de que tu creatividad guste sino que mira, tú haces lo que puedes y te gusta y ya está sin pensar en lo otro. También tengo que decirte que conociéndome bien si llegase al punto de tener que preocuparme de esto me la sudaría bastante, porque siempre he hecho lo que quería y creo que ya es un poco lo que se espera. Pero debe ser jodido, debe ser jodido seguro. Por suerte no tengo este problema, no me sobra el dinero.
 
¿Y si lo hiciera? Si de cara al próximo álbum, tuvieras todo el dinero del mundo, ¿a qué lo dedicarías? ¿Qué te gustaría mejorar que pueda comprar el dinero?
 
Hostia pues me gustaría tener gente con quien trabajar. Yo me lo hago todo solo porque no puedo pagar y porque me gusta hacer las cosas con calma y bien y entiendo que si pides favores puedes pedir a un tío que venga tres días, pero no a un técnico que venga dos meses. Y eso me encantaría. Poder pagar a gente para que me haga vídeos de puta madre y no hacérmelos yo así como puedo. Ir con un técnico de luces a los conciertos que siempre luce más… Este jueves por ejemplo en Bikini como es Bikini y tal y habrá gente podemos permitirnoslo y será guay. No sé, el dinero está para esto. Quizás haría una edición muy chula con libreto, no sé. Lo que está claro es que no sería tacaño quedándomelos para mí y haciendo un disco de mierda sino que por primera vez digamos podría pagar a toda la gente que ha estado colaborando muchas veces conmigo y encima poder hacerlo bien. O decir hostia vamos a grabar un disco en Francia, pues nos vamos a Francia. O dónde sea. Pero en plan vamos a hacerlo guay, a disfrutar del proceso. Claro hostia, esto sería muy chulo.
 
Hablábamos de la crisis. ¿Cuál crees que debe ser el papel de la cultura en este contexto?
 
Bueno de hecho de la cultura y de todos en general. Tendría que ser acabar con esto ya de una puta vez porque todo se va a la mierda desde hace años. Y por suerte somos muchos los que estamos diciendo basta, los que nos mojamos. No digo tanto en la obra en sí eh, digo en el altavoz que tenemos que si en redes, que si en conciertos… Yo soy muy plasta en los conciertos, ya lo has visto, siempre acabo diciendo algo. Pero sí que la cultura en otros momentos ha estado tirando del carro de la protesta y de la lucha social y quizás hoy en día no es el caso. Pero claro, quizás es que quien se puede dedicar íntegramente a la música tiene por fuerza dinero, y quizás a quien tiene dinero pues no le preocupan tanto estas cosas. No sé eh, estoy haciendo política ficción.
 
Aunque también hay lo contrario, también al mismo tiempo hay gente que critica mucho sin saber demasiado y eso es muy fácil, pero chafarlo todo tampoco es constructivo. Yo creo que la gracia estaría en que todos nos implicáramos un poco más y el hecho de implicarte con gente que hace cosas te ayuda a aprender. Yo estoy metido en estos temas porque gente de mi entorno lo está, y te das cuenta que esto de chafarlo todo, que hay mejores maneras de hacerlo. La cosa es que aunque desde los medios a veces se de la imagen que nadie hace nada hay mucha gente que hace cosas y al final ganaremos, está clarísimo.
 
Con la proliferación de nuevas bandas también proliferan las catalogaciones de géneros y subgéneros musicales. ¿Cómo clasificarías tú tu música? Y al contrario, ¿cuales son las etiquetas més absurdas que has oído?
 
Uy a mi esto siempre me cuesta mucho de definir porque además creo que ya no tiene demasiado sentido. Quizás en los ochenta cuando no había internet servía mucho ir a la tienda de discos y decir «a ver, esto es pop-rock, esto es folk, esto es tal». Pero hoy en día si quieres saber que es algo pones play en Youtube y lo ves. O pones play en Spotify y lo ves. Creo que no tiene demasiado sentido. Siempre que me lo preguntan digo que hago música tostón porque así entre que haces la coña y tal pues esquivas el bulto. Me han dicho de todo, incluso «folk épico». Y quizás no es necesario, con lo rápido que es un click.
 

 
Con un click accedes a un álbum completo, mucho menos de lo que se tarda en leer una reseña. Entonces, ¿qué sentido tiene el periodismo musical?
 
Hostia pero ¡hay tantos álbumes, en el mundo! Si no hay alguien con criterio y una línea editorial que te guíe a la hora de escoger, estás perdido. Yo creo que esta es la nueva función. No estoy demasiado metido en todo este mundillo, eh, no entiendo mucho, pero sí que es verdad que pasa igual que con las series de tele. Hay miles de series, pero si no tienes un amigo o alguien cerca que controle más del tema y te diga «eh, mírate esta, que esa otra no pero esta sí», estás vendido.
 
Somos los nuevos amigos.
 
Pues creo que es un poco la gracia que deberían tener los medios musicales y que creo que tienen: si abres internet hay tanta información que no sabes ni qué buscar. No digo que digan lo que es bueno y lo que es malo, sino más en plan «en la línea de esto, si te ha gustado, está esto otro». «Nosotros hablamos de este rollo», «nosotros hablamos de esto otro», y así. Y por eso tanta gente los sigue, porque entre tanta información nos perdemos.
 
Una etiqueta que sí que es fácil asociarte es la de «ermitaño».
 
Jaja.
 
Bueno, «bucólico» si quieres. En 2010 decías «a cagar la transcendència», ahoar dices «adéu a les alarmes»   ¿No tienes ninguna esperanza en la vida ciudad?
 
Sí, en la vida de ciudad sí. Pero no en la vida estresada de ciudad. Yo de hecho estoy ahora ya planeando después de este año, de este proyecto de ir allí a Banyoles y tal, en volver porque básicamente se ha acabado ya la pasta de las vacaciones y se ha acabado todo, ya vuelvo a currar y a meterme en la vida normal. Pero sí que con un chip distinto para que no me vuelva a pasar de quedarme atrapado en todo ese estrés y ese ritmo. No eres feliz y no te lleva a ningún sitio. La ciudad es de puta madre porque tienes mil cosas y gente cerca, mucho que hacer, mucha cultura; pero tienes que intentar no caer en la red esta de la prisa.
 
Cantas al escapismo, pero en cambio decías hace un par de años que al final lo que cuenta es que la gente escuche las canciones que haces. ¿La música sin público tiene sentido?
 
Hostia pues la cita no la veo mucho eh. Quizás dije eso en el momento en el que me preguntaban por tema comprar o no comprar o pirateo y de ahí que dijera que lo importante es que la gente oiga las canciones más que pagarlas. Pero bueno, que igualmente claro que es importante. Yo hago las canciones para mí, pero esto es como un mensaje en una botella que luego alguien puede captarlo. No es que haga canciones para el público pero hay una intención de comunicar y de dejar constancia de las mierdas que te están pasando, ¿no? Hay una transcendencia rara ahí que no acabo de entender pero que es una necesidad.
 
O sea que en tu caso, ¿es más importante expresarte que hacer llegar un mensaje a alguien?
 
Bueno es más que nada comunicarse. Es como cuando vas de viaje y consigues entenderte con alguien y te da aquél subidón: a lo mejor esa persona ni te caería bien si hablase tu idioma, pero el hecho de haberos entendido ya mola mucho. Pues un poco es esto, intentar cantar cosas de muy adentro y que de repente alguien te diga «hostia a mi también me pasa».
 
Las estructuras de las canciones de Pels dies bons parecen más sencillas que las de De Bosc. ¿Tiene que ver con el contenido? ¿Es más sencillo expresar el «tú» que el «yo»?
 
En realidad tiene más que ver con la forma en la que las hice. De Bosc estaba pensado musicalmente i en cambio en Pels dies bons las letras han mandado. Tenía muy pocas ganas de volver a pensar sólo en música, porque ya lo he hecho muchas veces y me dedico a las bandas sonoras y ya conozco un poco los trucos. Para que siguiera teniendo la magia esa de la intuición, de no saber exactamente qué haces y de que salgan cosas que te gustan, molaba no hacerlo tan racionalmente. Por eso decidí que fuera la letra, que no es mi fuerte, digamos, o no es lo que yo más domino; la que llevara las riendas con esa intuición más naíf. Hice primero las letras sin guitarras ni nada y la propia rítmica poética fue quién marcó las estructuras y decidió las pautas. Quizás por eso son más sencillas o no es tan retorcida la música porque aquí la música tenía que ser el acompañamiento del texto, iba de eso. Me hacía ilusión que una persona de fuera pudiese no entender el disco. De Bosc era muy musical y mucha gente que no entiende el catalán disfrutaba con él, porque la letra no era tan crucial, y tenía ganas de hacer un disco que si no entendías la letra no entendieras la canción.
 
De todos los sitios donde podrías haberte aislado, ¿por qué Banyoles?
 
Bueno porque ya hay historia. El 2006 fui a tocar allí y creé vínculos, el sitio es precioso… Entre que el lugar es de puta madre, que hay gente super maja que no hemos ido haciendo amigos y que es un sitio bastante como para retirarse pues mira, al buscar un sitio donde hacer unas vacaciones que no me costarán demasiada pasta y relativamente cerca para ir bajando pero a la vez tranquilidad para ir escribiendo. La idea era escribir un disco como si estuviera en Finlandia pero a la vez estando cerca. Y no tener gente pero a la vez tener gente. Bueno no sé, es que cumplía todos los requisitos. Siempre digo que es un poco como el Rivendel catalán, es donde viven los elfos de Cataluña. Con ese lago de Instagram.
 
Cuando hacíamos la reseña del álbum decíamos cosas como que los instrumentos no parecían estar siendo tocados por ti sino tocar para ti, seguir tu voz arrastrados, y tú mismo decías ahora que la musica había seguido a las letras. Cuenta un poco más ese proceso, ¿qué has hecho para que suene todo tan espontáneo?
 
Pues en este caso es más magia que nada, porque ha sido ir haciendo. Yo iba escribiendo lo que pensaba, tal como hablo, porque no me gusta usar palabras que no usaría al hablar. Vaya que intento buscar una magia o una poética dentro de lo cotidiano para decirlo de alguna manera. No de lo cotidiano rollo la música cotidiana, sino tipo el vocabulario que uso yo. Una vez tengo ese texto y me parece que me gusta y me da cierta musicalidad intento hacer una banda sonora de eso: intento cuadrar una música que me de la misma sensación. Si quieres hablar de que quieres estar con alguien que sabes que no te conviene pues la música ahí tiene que ser un palo, algo con mucho peso, con gravedad fuerte, es un poco ir siguiendo las sensaciones. El proceso es este, ir haciendo y que todo tenga cierta coherencia.
 
¿Crees en el carácter mágico de la música? Porque además tanto cantar al paisaje parece que vuelvas a los orígenes, a lo primitivo.
 
La música siempre es mágica. Aunque también te digo que no creo que cante tanto al paisaje, ¿eh? Esto era más en De Bosc, ahora hablo más del tú y el mí, de relaciones. Aunque el paisaje ha influido, claro. Pues eso, la música es mágica porque la audición no se puede evitar. Puedes cerrar los ojos pero no las orejas. Hostia, es algo muy, muy… Músicas distintas pueden hacerte ver la vida de maneras muy diferentes. No la puedes atrapar ni escapar de ella.
 
Y en cambio tus últimos pasos han ido muy ligados a las nuevas tecnologías. Mediante redes sociales conseguiste una preventa de 400 copias que te ayudó a pagar algunos costes de fabricación. ¿Qué piensas de ellas como plataforma de difusión?
 
Espectaculares. Yo estoy muy contento. Siempre he estado metido por ahí: el proyecto de Estanislau, por ejemplo, salió por MySpace. Ahora me he controlado pero había sido un pesado que lo flipas, porque es la única manera que tengo de decir que tengo un concierto o un disco, y a muerte. Estoy en todas las redes posibles, las tengo por ahí todo el día… Y es algo que a mí me gusta, porque realmente se crea un clima muy chulo. Yo he llegado a conocer gente que eran solo seguidores de Facebook o de Instagram pero te comentan, acabas hablando, y al final creas un vínculo y en los conciertos te saludas. Las redes pueden usarse de muchas maneras pero los que tenimos pocos seguidores, yo no llego a 5000 en Facebook, pues siempre hay ahí un grupo de 300-400 que siempre están y quizás no amigos pero sí que hay un calor y un aprecio mútuo. No tiene porque ser algo frío. Y este ejemplo que dices fue lo más claro, la gente se implica. Dije «ey mira, yo he hecho este disco así y ahora puedo fichar para un sello pero hostia, me haría mucha ilusión poder acabar el proyecto tal y como lo he empezado: no me llega el dinero para todo, quien sepa que quiere el disco ya si me lo compra ahora podré usar eso para pagar las tintas, tampones, etcétera». Y la respuesta fue espectacular. No es más que recoger los frutos de los años tomándose en serio a la gente. Hay quien tira la promo al Facebook y cierra, pero si te estás ahí y creas vínculo con la gente pues la gente responde. Porque es gente, no son cifras. Esto de estar harto de intermediarios y cifras y todo es un proceso muy general, la gente lo comprende. Cuando ves que alguien intenta hacer algo distinto, lo ayudas. Es muy bonito.
 
¿Y otras plataformas como Spotify o Bandcamp?
 
Yo con Bandcamp estoy encantado.
 
¿Spotify no?
 
Es lo que es, si no estás en Spotify parece que no existas. Por lo tanto pues ahí estamos. Pero el Bandcamp realmente es de puta madre porque subes el sonido con mucha cualidad, subes el texto, puedes editar tú mismo las cosas, añadir letras, añadir nosequé. Pones el precio tú. Yo vendo el mp3 desde allí y es perfecto porque es fácil, no ponen ningún problema, no te tienes que hacer socio de nada, está muy bien. Un gran invento.
 
En todos estos sitios la imagen condiciona mucho, ¿no? De dónde salió la imagen de Pels dies bons?
 
Bueno, yo he estado haciendo muchas fotos este año porque con el hecho de parar pues también quería retomar cosas que hacía antes, y cuando estudiaba Bellas Artes la fotografía era una cosa que tenía mucho peso en mi. Y estas fotos eran posibles portadas, luego las he incluído en el librito del cd, opciones de días buenos. Pero tampoco quería condicionar mucho. Si ponía el lago de Banyoles eran los días buenos en la naturaleza, si ponía una persona eran los días buenos en una relación. Decidí dar todas las opciones dentro pero que por fuera fuera mucho más abstracto. Tenía los tres elementos que quería combinar. Esto de hecho creo que nunca lo he contado. Uno era el brindis este de «pels dies bons». Otro era el color rojo, un rojo gastado, un amor ya curtido. Y después el concepto del «tú», de la relación, de la cosa de dos. Y la manera de mezclarlo fue hacer dos tampones, dos bloques, uno más grande y uno más pequeño -que el grande sería yo, digamos, porque es la historia de como yo me relaciono con este segundo- y cuando se solapan es donde se ve realmente el color rojo que buscaba. Dos que suman.
 
Esto de hacértelo todo tu sólo no viene de nuevo. De hecho recuerdo que mi padre me acompañó hace unos cuantos años a uno de tus conciertos y flipó con el looper, con que pudieras grabarte capas con tu voz ahí mismo y acompañarte a ti mismo. Crees que el futuro de la música pasa por esta cultura del do it yourself?
 
El looper es una pasada. Pero bueno, más que el do it yourself es la actitud. Si sois un grupo de amigos que os entendéis muy bien y no necesitáis que esto os de dinero podéis hacerlo. Más que el do it yourself solo, de yo, es el trabajar en comunidad y con gente que sea capaz de trabajar y hacer cosas. Por lo tanto sí, en el fondo es do it yourself, lo que pasa es que para mí el do it yourself acabo siendo yo y si pudiesemos ser cinco… Bueno, borrar, sí. Por desgracia está montado todo de manera que o te lo haces todo tú o no tiras adelante.
 
Después de la temporada en Banyoles te vas a L´Anoia a grabar. ¿Qué particularidades te ha dado hacer esto en una masia por lo que a acústica respeta?
 
Ha sido increíble. Poder grabar con un micro a veinte metros de lo que estás tocando, esto a mi me flipa. Entonces también está la sala, el ambiente, pero ya no solo a nivel sonoro, también de actitud: puedes hacerlo cuando quieres, como tú quieres, sin tener un tío que te está diciendo «va, graba ahora, sé creativo ahora». Esto es crucial.
 
¿Y el tema pelearte con los pájaros que cuentas en tu web como fue?
 
Ha quedado como anécdota pero en verdad fue una matada. Tener todos esos pájaros que me obligaron a dormir de día y trabajar de noche cuando ellos dormían, uf. Pero bueno me lo tomé a bien porque tampoco puedes pensar que llegarás ahí y serás el puto amo, hay unos ciclos de la naturaleza montados y tú te adaptas. Estuvo guay al final.
 
Acabaron en el álbum, ¿no?
 
Sí, los acabé metiendo porque bueno, tuvieron su influencia también.
 
Y, a parte de a ti mismo y estos pájaros, ¿has escuchado a alguien más durante esta fuga?
 
Pues he estado escuchando mucho a Neil Young últimamente. Ya es algo que hacía antes pero no sé, no sé muy bien porque pero el After the Gold Rush que es lo que más he escuchado de él ha sido bastante recurrente. Sobretodo ahí en la masía, no te digo cada mañana pero prácticamente cada día sonaba.
 
Y ya que estamos y que habíamos hablado de letras, ¿algún autor?
 
Hostia pues la verdad es que hace tiempo que no leo. Bueno sí, pero autobiografías y «como se grabó este álbum» y mierdas de estas, no poesía. No soy muy de leer, tío, es muy triste. Pero me he propuesto meterme un poco en poesía y gente que escribe cosas bien escritas a ver si aprendo algo.
 
El disco acaba con la frase «i agafo aire». ¿Ya has tenido tiempo para coger aire? Ha salido hace poco y ya has hecho gira por España.
 
Sí, pero esto es aire tío, es aire. He tenido un año para currar mucho pero a mi ritmo. Ya he hecho las cosas sin agobiarme.
 
Y para terminar cuenta un poco que veremos el jueves en la Sala Bikini.
 
Bueno es el día grande, el día bueno. Y como habrá más gente por el sitio y tal pues nos hemos permitido el lujo de traer a la chica que nos hace las luces, Magda, que es una crack y que hace mucho que estoy esperando hacer un bolo con estas canciones con luces bien hecho y tal. Vamos con la banda, con el técnico, es un día especial. Vienen todos los amigos, todo el mundo que tiene ganas desde hace tiempo. Se prevé un día chulo. Y no por ser un espacio más grande dejaré de hablar, esto no lo puedo evitar, ya ves. Tocaremos también canciones viejas, habrá de todo. Y la banda nueva es espectacular: Víctor Garcia a la batería es un puto amo que viene del hardcore y le da más fuerte que nadie, y Jordi Casadesús que ha tocado también con La Iaia y que ha tocado en los discos pues también es una pasada porque lleva con los pies el teclado y con las manos el bajo y bueno, es un megacrack. Será chulo.
 
Pues… ya está.
 
¡Misión cumplida!
 

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