Pearl Jam – Pearl Jam (.)

Habrá quien piense que ya se les ha pasado el arroz, nuevas generaciones que ni siquiera sepan quien son (aunque no lo parezca, hay vida más allá de Seven Nation Army y Take me Out) pero para quien les han seguido desde el principio, que no son pocos, la vuelta de Pearl Jam, una de las mejores bandas de rock de los últimos quince años y prácticamente únicos supervivientes del aquello que un día se llamó grunge, es siempre una buena noticia.

Carpetazo y vista al frente, dejar de lado la desgracia de Roskilde y volver a tocar en festivales, aparcar las composiciones más introspectivas y volver a los power-chords, a los riffs pétreos y los solos de impresión. Eso es lo que ofrecen Pearl Jam, nada de seguir las modas, nada cambios de rumbo absurdos, simplemente su manera de entender el rock tras tantos años de camino. No es una vuelta al pasado, It’s evolution, baby!.

“Life wasted” y la inmensa “Comatose” abren el disco demostrando que andan sobrados de potencia e intensidad, con un Vedder inmenso y un McCready que vuelve a demostrar que es un maestro tras la guitarra. “World wide suicide”, efectiva como pocas, y “Severed hand” donde la banda se muestra como un bloque absolutamente inquebrantable cierran el primer bloque del disco. En una línea más melódica y con el sello inequívoco de la banda encontramos “Marker in the sand” o la ya conocida por los fans “Gone”. Rematan el disco “Army reserve” bajo la batuta de un pletórico Jeff Ament, “Come back” con un estilo que, en breve, la convertirá en clásico de la banda y la deliciosa “Inside Job”, que pone un broche de oro al octavo trabajo de estudio de los de Seattle.

Seamos realistas, temas como Even flow o Spin the black circle son simplemente irrepetibles y pese a cargar con el peso de su flamante pasado, su nuevo disco homónimo sitúa a Pearl Jam en la primera línea del rock internacional con la misma actitud combativa del primer día. Todo eso sin artificios, sin necesidad de salir trajeados al escenario y hacer post-punk-catapum-chim-pum tan bailable como previsible. Tomen nota.

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