Recordando a Elmer Bernstein. Repasamos la carrera del compositor cinematográfico

Elmer Bernstein siempre ha sido uno de los compositores de cine más admirados y respetados.

Algunas de sus creaciones para el cine son muy populares y han quedado inmortalizadas para siempre. Pero aparte de sus creaciones más comerciales, de indudable calidad, hay un Bernstein diferente, intimista, romántico, con bandas sonoras que merece la pena descubrir.

Una faceta suya menos conocida, pero muy valorada por los directores de cine. Era capaz de crear melodías como La gran evasión (1963) o Los siete magníficos (1960), pegadizas, heroicas y directas, y por otro lado, podía inventar atmósferas delicadas, nostálgicas y evocadoras, mucho más personales, como Matar a un ruiseñor (1962) (su banda sonora es una obra maestra absoluta) o La edad de la inocencia (1993).

Más de 50 años componiendo para el cine. Fue un artista versátil, que se desenvolvía acertadamente en todos los géneros y que se ganó el respeto de la profesión. Bernstein nació en 1922 en Nueva York y de joven empezó a despuntar con el piano. Como consecuencia de su habilidad con este instrumento empezó a estudiar bajo la tutela de dos grandes nombres de la composición,Aaron Copland y el gran Alex North. Al igual que otros muchos músicos de la época, antes de trabajar para el cine, estuvo una temporada poniendo música a diversos programas radiofónicos, desarrollando y experimentado su estilo sinfónico. Al comenzar la Segunda Guerra Mundial se incorporó al ejército, donde creó melodías para documentales. Al volver de la guerra fue reclamado por Hollywood para componer las scores de películas de bajo presupuesto, aunque rápidamente directores como Otto Preminger y Cecil B. DeMille le contrataron para películas importantes. Está considerado como un autor de la escuela clásica, con un marcado acento instrumental y armónico, aunque la influencia del jazz es notable en gran parte de su obra. Es popularmente conocido por sus bandas sonoras para westerns, pero lo cierto es que sus mejores obras pertenecen a otros géneros. Ganó 2 Globos de Oro y estuvo nominado 10 veces al Oscar a la mejor banda sonora, aunque solo lo ganó una vez por Millie, una chica moderna (1967). Falleció en el año 2.004, dos años después de componer su última banda sonora, Lejos del cielo (2002), un melodrama cuya soundtrack estuvo nominada a los premios de la Academia y que la crítica ensalzó por su calidez y emotividad.

Bernstein fue un autor muy prolífico y es significativo que en los 80 compusiera la mayoría de las scores de las comedias americanas más influyentes, como Los incorregibles albóndigas (1978), Desmadre a la americana (1978), Aterriza como puedas (1980), Granujas a todo ritmo (1980), El pelotón chiflado (1981), Los cazafantasmas (1984), Espías como nosotros (1985), etc. Se trata de films de gran calado, escuela para muchos y variados cómicos, que son recordados por sus geniales aportaciones a la comedia, y las partituras de Bernstein se ajustan como anillo al dedo. Destaca la banda sonora de Aterriza como puedas, donde parodia brillantemente el género catastrofista o su contribución a Granujas a todo ritmo, donde encaja a la perfección en un mundo de soul, rithm and blues y jazz.

El listado de películas en las que participó es impresionante. A modo de ejemplo citamos otras: El ídolo (1950), Pasado tenebroso (1954), El hombre del brazo de oro (1955), Los diez mandamientos (1956), La colina de los diablos de acero (1957), Chantaje en Broadway (1957), Cazador de forajidos (1957), Como un torrente (1958), Cenizas bajo el sol (1958), Promesa rota (1959), Perdidos en la gran ciudad (1960), Los comancheros (1961), Verano y humo (1961), El hombre de Alcatraz (1962), La gata negra (1962), Hud (1963), Los reyes del sol (1963), Amores con un extraño (1963), Cuatro días en noviembre (1964), Los insaciables (1964), La batalla de las colinas del whisky (1965), Siete mujeres (1965), Los cuatro hijos de Katie Elder (1965), Los silenciadores (1966), El regreso de los siete magníficos (1966), Hawái (1966), La sombra de un gigante (1966), Camino de la venganza (1968), La furia de los siete magníficos (1969), Valor de ley (1969), El gran Jack (1971), Terror ciego (1971), El desafío de los siete magníficos (1972), La soga de la horca (1973), McQ (1974), El último pistolero (1976), Amanecer zulú (1979), Saturno 3 (1980), Un hombre lobo americano en Londres (1981), Aterriza como puedas 2 (1982), Entre pillos anda el juego (1983), Tarón y el caldero mágico (1985), Marie Ward (1985), Peligrosamente juntos (1986), Tres amigos (1986), La furia del viento (1988), Mi pie izquierdo (1989), Los timadores (1990), El prado (1990), El precio de la ambición (1992), La chica del gánster (1992), El buen hijo (1993), Prohibido querer (1993), El demonio vestido de azul (1995), Legítima defensa (1997), Al caer el sol (1998), Wild Wild West (1999), En lo profundo del océano (1999) y Más que amigos (2000).

La película El hombre del brazo de oro (1955) fue uno de los momentos más destacados de su carrera. Con la banda sonora que compuso para este film de Otto Preminger llamó la atención de la industria, al incorporar a la score elementos del jazz, creando una fusión entre instrumentos clásicos, de viento y batería. Creó una música innovadora, con ritmos muy originales, para retratar el drama de un adicto a las drogas. A partir de aquí todo el mundo quería a Elmer Bernstein.

Un dato curioso es que puso la música para el film de animación número 25 de los Estudios Disney, Tarón y el caldero mágico (1985). Conscientes del enorme talento de Bernstein, de su sensibilidad y de su especial capacidad para adaptarse a todo tipo de géneros y encargos, los Estudios Disney le encargaron la banda sonora para esta historia de aventuras, princesas, extrañas criaturas y magia. Y, por supuesto, no defraudó, creando una composición magnífica, con melodías tenebrosas para las situaciones misteriosas y con otras más apacibles para los momentos más aventureros. No hay que olvidar nunca la importancia que ha dado siempre Disneya la música de sus películas, elementos fundamentales de la historia, casi tanto como la animación misma.

 

Otra película importante en la carrera de Bernstein fue Valor de ley (1969), el film por el que un envejecido John Wayne consiguió su único Oscar y, por fin, el reconocimiento de la industria del cine. Es una cinta llena de simbolismo y significado: el ocaso del Oeste y el de un estilo de vida. En este contexto, Bernstein nos deleita con una partitura eminentemente triste, con un melancólico tema central (Rooster and Labeouf) que nos hace añorar tiempos mejores, los viejos tiempos, donde la vida en el Oeste no estaba tan organizada y la vida en las grandes praderas y la aventura era el modo de vida de estos personajes.

Comentario en detalle merece la entrañable soundtrack de Matar a un ruiseñor (1962). Es una de las composiciones más bellas, intimas y personales de Bernstein, con cuidadas y afables melodías para esta historia de intolerancia. Creo que la película contiene un argumento paralelo al del juicio, el de la relación padre (gran Gregory Peck) e hijo, que marca delicadamente la música del film. Un hijo que no comprende a su padre al ver que está defendiendo a una persona de color cuando todo el pueblo le critica. Seguramente el paso del tiempo le haga ver lo valiente que fue su padre en ese momento. Realmente la suave partitura de Bernstein nos hace emocionarnos al potenciar la lucha contra la injusticia y, sobre todo, al mostrarnos la relación padre e hijo, tan profunda como las raíces de los árboles más antiguos y majestuosos. Una obra maestra.

Aunque la marcha militar de La gran evasión (1963) sea una de sus creaciones más recordadas, también merece la pena destacar otras obras como Los timadores (1990), donde refleja perfectamente el mundo de los embaucadores, con una fina musicalización y El hombre de Alcatraz (1962) con una partitura dura y sólida, que nos transmite la soledad del preso interpretado por Burt Lancaster interesado por los pájaros.

Más de 200 bandas sonoras, trabajó con los mejores directores, un legado musical enorme. Elmer Bernstein, un magnífico y gran compositor de cine.

 

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