Santander Amstel Music – Campa de la Magdalena (Santander)

A estas alturas de la historia, pocas son las personas que no han visto en directo a Sidonie, La Habitación Roja o Delorean.
¿Siguen estos grupos siendo un reclamo? Sí, pero empieza a notarse cierto agotamiento (no descarto que se trate de un asunto personal). Normal, muy humano. Y es una pena que los programadores se rijan por criterios comerciales únicamente y no apuesten por otros buenos grupos del mapa indie. ¡Sobran festivales de pop si todos programan lo mismo!
El Santander Amstel Music cuenta con una ubicación inmejorable, junto al mar y al Palacio de la Magdalena. Dos notables nombres internacionales aportaron cierto gancho a un cartel muy mejorable. La buena predisposición del público no falla y es de agradecer, aunque cada uno tenga  su propia exigencia y expectativa.

El viernes, unos inspirados Delafé y las Flores Azules supieron agradar a quienes ya habían accedido al recinto. Luminosos y muy coloridos.
Continuaron los británicos The Wave Pictures con su propuesta heredera de Hefner. Un quiero y no puedo, correctos, pero faltos de punch. Clarísimamente, una banda destinada a triunfar en salas.
Otra cosa es que Belle & Sebastian no ofrezca su mejor show, pero nos quedamos contentos sólo con la muestra de parte de su artilleria. Los de Glasgow son ya un ícono y es difícil que no logren momentos placenteros. Algunos bailes, algunas sonrisas con un cabeza de cartel que fue capaz de dar mucho más.
Hace falta muy poco para que Delorean no desengrasen las articulaciones de los más estáticos. Tenemos la suerte de contar los «petapistas» de la temporada, pero bien es cierto que si se les sobreprograma, nos cansaremos muy pronto.

La jornada del sábado mantuvo la tónica del día anterior con la salvedad del error que supone meter a los Dandy Warhols pasadas las dos de la madrugada. 
Unos veteranos, La Habitción Roja, demostraron una vez más que su buen estado de forma no es puntual, que dominan el noble arte de las melodías y que en directo no valen medias tintas.
Camino de convertirse en consagrados se encuentran Dorian, quienes son conscientes de su poder de atracción y de que tienen seguidores allá donde vayan. En esta ocasión, no vimos el mejor show de los barceloneses que no terminaron de enchufarse como correspondía.
Sin llegar a entusiasmar, White Lies sonaron contundentes. Lástima que los londinenses nos recuerden demasiado a otras bandas contemporaneas.
Tras ellos, turno para una de las formaciones más festivaleras de la última década, Sidonie. Dulzones, románticos y gamberros. Sin vergüenza y haciéndose querer. Contagiaron alegría sin querer, su mejor virtud.

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