Simple Minds – Pabellón de As Travesas (Vigo)

Espectacular e increíblemente geniales. Así podríamos definir el conciertazo que se gastaron en Vigo estos escoceses.

Simple Minds congregaron en el Pabellón de As Travesas a unos 3000 incondicionales de los sonidos de los ochenta. Por la banda de Jim Kerr parece que no ha pasado el tiempo. Pero, claro, la veteranía es un grado, y los Simple Minds saben de antemano lo que el público quiere, y así se lo da.

Podría parecer que se trataba de un concierto para presentar su último disco, Cry, pero no fue así. Del último disco tocaron dos o tres temas, como mucho, y deleitaron a todo el auditorio con los temas más legendarios de su repertorio.

Comenzaron el concierto con “New Gold Dream”, para tocar temas tan famosos como “Celebrations”, “Speed your love”, “Ghost Dancing”, “Belfast Child” (con una multitud de encendedores que llegaron incluso a estremecer al propio Jim Kerr), “Watherfront”, “Somewhere, Someone In Summertime”, “Promise You A Miracle”,…

El espectáculo no sólo lo ponía la voz de Jim Kerr, sino que también mucho aporta Charly Burchill, guitarra del grupo, ya que ambos son el alma máter del grupo. El sonido guitarrero del grupo, que tanto les ha hecho triunfar por todo el mundo, sigue intacto transportándonos a aquellos maravillosos años.

Era su primera visita a Galicia y el espectáculo convenció a todo el público allí congregado. Un público muy heterogéneo donde se juntaban las viejas generaciones (que disfrutaban saltando y cantando como si de las nuevas se tratase, o más…), con las nuevas generaciones que estaban asistiendo a un conciertazo de unos dinosaurios de la música que, como estamos hablando de buena música, no tiene achaques por la edad, y parece que el tiempo no pasa por ella. Incluso para el propio Jim Kerr, el cual estuvo entregadísimo y no paró un momento de saludar al público por todas las zonas del auditorio, saltar, agacharse, etc… Parece que los años sólo pasan para los seguidores de la banda, mientras que ellos siguen estando como siempre.

¿Y fue para tanto? Pues sí, y para los más escépticos y matemáticos, los números no engañan: ¡dos horas y quince minutos de concierto!. Como se puede ver, la entrega por parte de Simple Minds fue total, pero también esto se trasladó al público, el cual hizo que la banda saliese a tocar dos bises.

Y en estos bises fue el apoteosis máximo, ya que aquí fue donde interpretaron los temas que muchos estábamos esperando: “Alive And Kicking” y “Don´t You (Forget About Me)”. Quizás los más comerciales, pero que nunca podrían faltar en un concierto como éste. Con un repertorio completo de canciones que representan toda una carrera, es de obligado cumplimiento recordar los temas que más han encumbrado a estos escoceses.

Fue una noche para recordar, donde la nostalgia se apoderó de todos los que allí estábamos. Simple Minds hicieron de su simplicidad un arte.

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