The Dictators NYC (Sala El Sol) Madrid 21/04/17

No es nada nuevo, hablar de The Dictators es hablar de todo un fenómeno en la historia del Rock & Roll, fueron punks antes de que se acuñara el termino, estuvieron en todo el meollo del Nueva York de los setenta y, junto a otros nombres que todos conocemos, fueron los percutores de gran parte de lo que se coció alrededor del legendario CBGB.

Su vida como grupo en aquellos años fue efímera, como casi todo de lo de aquella época, se separaron en 1979 y nadie hubiera pensado que la banda iba a volver más de una década después a vivir sus mejores momentos. Tanto fue así que en el 2001 The Dictators sacaron su mejor disco de largo, el D.F.F.D, con unos temas insuperables y una producción de lujo que sus grabaciones primigenias no tuvieron la suerte de tener a mano.

No es un secreto, en la década de los 2000 el culpable de la mayoría de las canciones de la banda, Andy Shernoff, se largó y los dimes y diretes entre él y Manitoba devinieron en problemas legales por el uso del nombre de la banda. A pesar de ello Manitoba, Ross the Boss y JP Thunderbolt (batería de la segunda época) decidieron seguir adelante con la leyenda, bajo el nombre de The Dictators NYC, a la que más tarde se uniría otro nombre con pedigrí propio: Daniel Rey, cualquier fan de los Ramones sabrá quién es.

2017, The Dictators NYC dan su última gira con ese nombre, a partir de ahora se llamarán: Manitoba, y así se encargó de avisarlo Handsome Dick Manitoba, con el estilo fanfarrón que le caracteriza: “A partir de ahora la banda de The Dictators se llamará Manitoba, si veis un cartel por ahí con el nombre Manitoba, veréis a esta banda (señalando a sus partenaires) si veis el nombre de The Dictators, no seremos nosotros”. No hace falta ser Sherlock Holmes para saber que el asunto del nombre de la banda ha acabado más que mal entre Shernoff y Manitoba.

Para colgar el cartel de “Sold Out” a Manitoba y a los demás no les hace falta más que unas cuantas canciones, su presencia escénica, salir al escenario con la partida ganada de antemano y un respetable rendido a sus pies, aunque el líder de la banda pierda demasiado tiempo entre canción y canción contando su vida, tanto es así que en más de una ocasión sus compañeros le dan el toque en ese sentido.

También da igual que se equivoquen en la entrada de “Faster & Louder” y el baterista JP Thunderbolt tarde en encontrarse un rato, con mirada asesina del bajista Dean Rispler incluida. En el circo de The Dictators NYC (ahora Manitoba) todo está permitido si nos tocan ese puñado de canciones que nos hacen saltar y sudar.

Por supuesto que no pueden faltar: “Master Race”, “Haircut And Attitude” o “The Next Big Thing”, con las que comenzarían su set ante la concurrida sala El Sol, que año tras año ha acabado en convertirse en su segunda casa. Con “Pussy & Money” y “Who Will Save Rock & Roll” ponen la madrileña sala patas arriba y dejan patente que siempre han ganado la partida en las canciones broncas y rápidas, aunque se empeñen en seguir tocando “No Tomorrow”.

Manitoba tiene tiempo para comentar acerca de Donald Trump, para comenzar diciendo que no es tan fiero como lo pintan (o algo así) y ante algunos silbidos, el desconcierto general y el silencio propiciado por los comentarios acerca de su actual presidente, opta por cambiar a un “todos los políticos son iguales” y criticar que en su país no haya más diversidad política que dos partidos generalistas.

“Supply and Demand” suena lo suficientemente potente como para imaginar que algún día disfrutaremos de algún disco nuevo de esta gente, pero lo que viene a continuación nos devuelve a la realidad, para bien o para mal, y escupe a los Dictators de siempre con el abrupto ya comentado comienzo de “Faster & Louder” y “New York, New York”, para terminar con “Stay with Me”.

Ya en los bises se despachan “Two Tub Man” y un homenaje a MC5 con “Kick Out The Jams”. Reconozcámoslo, Manitoba no canta ni lo que un gallo afónico y se pasa la mitad del concierto tratando de que cante el público y sus compañeros, si bien es cierto que nunca tuvo un muro de voz. No están (ni de lejos) cerca de los conciertos que dieron en la década de los noventa, hasta mediados de la década de los dos mil, el tiempo pasa para todos y ellos no son una excepción. Tampoco sabemos a ciencia cierta si ellos fueron finalmente los que salvaron el Rock & Roll, pero Manitoba y los suyos siguen esgrimiendo una colección de canciones en directo a prueba de bombas y tratando de derrochar actitud, y eso ya es mucho.

Dictators Forever Forever Dictators”.

 

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