The Minus 5 – Dungeon Gold (Yep Roc)

El disco de la mazmorra dorada. A algo parecido podría asemejarse el título de esta extracción, más que colección, de temas pergeñados con anterioridad y en algunos casos publicados en un cofre que incluía cinco vinilos, nada más y nada menos, para conmemorar el Record Store Day en 2014. The Minus 5, esta curiosa y eficaz formación cambiante que ha grabado otra de sus acostumbradas maravillas, contribuyó a la causa con el esqueleto de estos temas que ahora depuran y amplían en el estudio del «jefe», un prolífico y omnipresente Scott McCaughey, hacedor de grandes obras con Young Fresh Fellows y The Baseball Project, gregario de lujo en R.E.M. y miembro contante y sonante de The Venus 3, la banda detrás de los discos más especiales de Robyn Hitchcock. No es un líder cualquiera, no.

A la nueva llamada a la acción acuden sus amigos y ocasionales colaboradores Jeff Tweedy, Peter Buck, John Moen y Nate Query (los dos últimos, miembros de The Decemberists), la señora esposa de Steve Wynn, Linda Pitmon (también integrante de Golden Smog) y John Ramberg, de The Tripwires, al margen de músicos normalmente afines a su causa como Kurt Bloch y la participación especialísima del desaparecido Ian McLagan, cuyos teclados son parte destacada en la riqueza estilística de este Dungeon Golds.

Como ya hemos dado suficientes nombres, nos meteremos por derecho en las canciones para descubrir que la espontaneidad sigue siendo la principal premisa en el trabajo de esta banda sin perfil definido. Al country de «Sorry town», con unos buenos puentes forjados en pedal steel, le sumamos la melodía redonda de «The history you hate» y el agradable tufo a rock setentero en la psicodelia de «It´s magenta man» y ya tenemos una combinación ganadora sin miedo a que cualquier material de relleno pueda enturbiar la siguiente jugada.

Hablando de gemas psicodélicas que no lo parecen, el señor Buck se esfuerza por explotar las posibilidades de una guitarra eléctrica en «Chinese saucer magnolia» y el añorado McLagan se aplica a las jugosas teclas de «In the ground» pensando en que The Byrds podrían haberlo tenido entre sus filas. The Minus 5 son también un grupo de garage -así lo parece en «Hold down the fort»-, pero son tan completos que hacen de una pieza experimental como «My generation» uno de los hipotéticos éxitos de Wilco (claro, ahí el amigo Jeff tiene mucho que ver) y de un tema inocente en esencia como «It´s beautiful here» una obra menor de surf-pop sixty. Y enlazando con el tema del pop a secas, «Adiós half soldier» y «Remain in lifeboat» consiguen con la mitad de esfuerzo lo que otras bandas con el doble de intenciones. Resumiendo, que son dos enormes canciones.

Nos dejamos el toque glam de «Zero clowns» y otras pequeñas cosas que podrían describir solo a medias la sensación que queda tras escuchar un trabajo tan rico como este. Cuando existen proyectos tan dispersos y a la vez tan centrados, casi sobran las palabras y el ánimo de juntarlas para explicar lo que sólo puede ser explicado a través del oído. Apliquémoslo bien y después volvemos a intentarlo.

 

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