The Reverend Horton Heat – Sala Penélope (Madrid)

A pesar de que este concierto, en un principio estaba programado con la banda Supersuckers y que estos últimos no pudieron venir, la entrada de la sala Penélope era buena. Y los fans del particular Rock, del Reverendo Horton Heat, creaban un ambiente de mucha expectación.
Con casi una hora de retraso sobre el horario previsto, salía a escena el Sr Horton Heat escudriñado por sus fieles acompañantes; Jimbo Wallace y Paul Simmons, contrabajista y batería, respectivamente.
Con el tema “Big Blue Car” a ritmo de vértigo, con Jim Health (nombre real del Reverendo) moviéndose de un lado a otro del escenario, y la base rítmica funcionando a la perfección, con ese contrabajo que retumbaba como un trueno, nos hizo saber que no había vuelta de hoja.

Si habíamos llegado a primera fila, sería difícil salir de allí, sin ninguna magulladura.
Y así fue, como no era cuestión de ir perdiendo “comba”, las siguientes en la lista fueron “Now Right Now”, y I´m Mad, esta última, de su primer larga duración “Smoke Em´ If You Got ´Em. Y con la que el Reverendo, deja patente que el sentido del humor, no está reñido con la “mala leche” a la hora de tocar Rock.

Con “Calling in Twister”, los que estábamos más cerca del escenario, pudimos disfrutar de la destreza a la hora de tocar su guitarra Gretsch. Viendo como esos dedos resbalaban sobre el mástil de la guitarra, sin caer en el tedio de otros guitarristas virtuosos. La técnica y el buen hacer, no deben estar reñidos con la diversión, en esto del Rock & Roll, y el “Texano” lo sabe muy bien.

Por si alguien había pensado, que un contrabajo de unos seis kilogramos, no se podía tocar más rápido… Se había equivocado, para eso el trío ataco “Galaxy 500”, que ya se ha convertido en un clásico de sus directos, y con la que Jimbo Wallace, se lució, si cabe, aún más.
Momentos de respiro, pocos la verdad, si acaso con temas como; “Martini Time” o con la casi broma de “Bales of Cocaine”.  A todo esto, el Reverendo seguía oficiando misa, para todos sus acólitos.  Devotos muy raros los de esta religión, con esos tatuajes y peinados imposibles  apenas me dio tiempo a pensar; “Hay Dios, como está la Iglesia”, cuando prácticamente ya estaba en volandas, bailando al ritmo de “Psichobilly Freakout”.

De su último  trabajo, “Laughing & Crying”, las escogidas (si la memoria no me juega una mala pasada) fueron;  “Drinkin´n´Smoking Cigarettes”, “Death Metal Guys”, Ain´t No Saguaro In Texas”, “Rural Point of View”, “Please Don´t take the baby to the Liquor Store” y “Oh By Jingo”.
No muchas, si tenemos en cuenta que el disco cuenta con 14 temas. Tanto mejor, no creo estemos ante lo mejor de la carrera de Reverend Horton Heat.
Algún que otro clásico para terminar, como; “Wiggle Stick” o “400 Bucks”, y con la cual aquello ya parecía una fiesta infernal. Si exceptuamos  alguna que otra parada, durante el concierto, debido a algún problemilla técnico, y nada achacable a la banda, claro. Podríamos decir que estuvimos, ante lo que los expertos llaman; “Ciclo génesis Explosiva”. O lo que es lo mismo, una tormenta perfecta de Rock & Roll.
Exigimos la conversión del Reverendo Horton Heat, desde ya, en el nuevo Papa para occidente.

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