Tindersticks

Es odioso interpretar uno de tus discos al completo por dinero

Tindersticks llevan con nosotros desde hace dos décadas. Su música forma parte de un paisaje sonoro muy peculiar, que muchos emparentamos con Leonard Cohen, Scott Walker, Tim Hardin o Lee Hazzlewood. Piezas de un lirismo mágico, que durante ya nueve álbumes de estudio, han ido construyendo un legado imprescindible.
 
En 2003 la banda estuvo a punto de desaparecer para siempre. Varias disputas y una sensación de tedio invadió al grupo, que terminó por no grabar temas en un lustro.
 
Su vocalista Stuart A. Staples inició una carrera en solitario que dio como resultado dos álbumes y trasladó su residencia al sur de Francia, el resto de la banda se diseminó entre Praga, Berlín y Gran Bretaña.
 
En 2008 tres de sus seis miembros, Staples y sus fieles David Butler y Neil Fraser, reactivaron la formación con el apoyo de nuevos músicos e iniciaron una nueva etapa creativa en la que dejaron a un lado los habituales arreglos de cuerdas y optaron por un sonido más crudo y directo, que acaba de dar como resultado su ya tercer disco, The Something Rain.
 
Aprovechamos a charlar con el multiinstrumentista David Boutler pocos días antes de lo que será su visita a nuestro país, para hablar de su nuevo trabajo y su ya dilatada carrera.
 
Tenéis vuestras residencias en Francia, Inglaterra, Alemania, La República Checa… Tindersticks andan algo diseminados por Europa. ¿Cómo os comunicáis durante este tiempo?
Hoy en día con Internet, las distancias no son un problema. Solemos enviarnos ideas entre nosotros. Incluso con skype puedes hacer reuniones cara a cara. De todos modos, estos meses nos hemos reunido y hemos tocado para presentar nuestro disco de bandas sonoras.
 
Pero sí, lo mejor es cuando nos juntamos y tocamos, de ahí salen las mejores ideas. Además, viajar es bastante sencillo en estos días.
 
Habéis estado más de un año preparando The Something Rain. ¿Por qué habéis tardado tanto en grabarlo? ¿Quizá por la distancia que os separa?
Nos reunimos cada mes, o mes y medio y aprovechamos para ir grabando. La verdad es que surge todo enseguida, fluye, aunque en esta ocasión ha terminado por extenderse en el tiempo para añadir arreglos, pulir las canciones , etc.
 
Hicimos Falling Down A Mountain´ muy rápidamente tras The Hungry Saw´. Esta vez hemos querido hacerlo de otro modo. La verdad es que fue muy agradable dejar estas nuevas canciones crecer poco a poco.
 
Con la perspectiva de tres álbumes desde 2008, ¿Qué tienen los nuevos Tindersticks de 2012 respecto de los anteriores de 2003?
¡Un futuro! (risas). Somos un grupo muy fuerte y compacto en estos momentos. Es muy excitante la etapa que estamos viviendo. En 2003 estábamos aburridos y desmotivados.
 
The Something Rain completa una trilogía de esta nueva etapa…
Tienes razón con el tema de las trilogías. Por lo general, nuestros discos funcionan en círculos de tres desde nuestros comienzos. Se aprecia en los dos primeros y Curtains (97), posteriormente en el cambio de rumbo de Simple Pleasure (99) hasta Waiting For The Moon (03) y la nueva etapa.
 




He leído que de más de 20 ideas surgieron las nueve canciones. ¿Cuál es vuestro proceso para gestar un álbum?
Unas cinco nunca fueron demasiado lejos. Otras cinco estaban prácticamente hechas. La verdad es que podría haber sido un disco largo, pero iba a perder la fuerza que sentimos que hemos logrado condensándolo en nueve temas.
 
En otros tiempos, especialmente en el final de la primera etapa de la banda, daba la sensación de que a los discos les faltaba algo, en esta ocasión consideramos que está completo. ¿Para qué añadir más? Creo que las otras canciones que descartamos encontrarán su lugar con el tiempo, si realmente lo merecen.
 
La apertura del disco con “Chocolat” sigue muy en la línea de “My Sister” ¿De dónde surge la bizarra historia que cuenta la canción?
Viene de un pobre hombre con una torturada y retorzida alma de Nottingham, Inglaterra, llamado David (Boutler). ¿Qué más te puedo decir? (risas)
 
Siempre he pensado que sois una banda de artesanos. Cuantos más avances modernos encontramos en la música, más samples, más digitalización… más elaborados parecen vuestros discos, con más percusiones e instrumentos clásicos sin recurrir en exceso a la tecnología.
Nosotros no nos restringimos en nada. Pienso que es una cuestión de imaginación y de recurrir a lo que de verdad te gusta. La tecnología a veces te ayuda. Escuchar un sample de un armonio (teclado de viento de origen alemán utilizado en el S XIX y principios del XX) puede ser sorprendente, pero estar sentado ante uno de verdad, es algo de verdad maravilloso y mágico.


¿Hacer un disco como éste supone mucha inversión?
¿Te refieres a dinero? Bueno, la verdad es que tratamos de mantener el control. Digamos que si una canción necesita una orquesta detrás, tratamos de encontrar el mejor camino para solucionarlo.
 
En estos tiempos el negocio digital supera con creces al CD o el vinilo, por no hablar de las descargas, la ley SOPA y demás ¿qué opináis al respecto?
Para nosotros es la forma de ganarnos la vida. El tema es, que los grandes sellos lo hicieron a su manera durante demasiado tiempo, hasta que les explotó. Ahora las más perjudicadas son las bandas pequeñas como la nuestra. Tienes que ser listo para poder ganar dinero con esto. Es duro, muy duro y lo peor es que ya no somos niños. Tenemos que trabajar mucho más para ganar mucho menos.
 
Que de verdad, no me importa, porque lo que más adoro es hacer música y nunca voy a dejar de hacerlo, pero a veces es frustrante. Yo no quiero ser rico, ni famoso, pero mi familia me mira con los ojos hambrientos (risas)
 
Aparte de trabajar con Claire Denis. Tindesticks siempre ha tenido un sonido muy cinematográfico, ¿A qué clásico del cine os gustaría poner banda sonora?
Esa respuesta es imposible… Pero te diré una. No es un clásico del cine, pero me encanta Betty Blue (película de 1986 dirigida por Jean-Jacques Beineix) y cuando la veo odio la forma en que tratan la música. Es tan 80s…
 
¿Qué opináis de la nueva afición de recuperar discos al completo en giras de aniversario? Vosotros lo hicisteis en 2006 en Londres, interpretando vuestro segundo trabajo. ¿Repetiríais la experiencia? ¿Lo haríais con otros discos?
No sabría decirte. Es algo bonito para la ocasión apropiada. Pero odiaría hacerlo por dinero. Cuando recuperamos aquél disco fue excelente, aunque lo recuerdo como algo triste. Fue el fin de una relación muy especial con algunas personas.
 
Pronto estaréis de gira por España. ¿Qué podemos esperar de vuestros próximos conciertos?
Nos centraremos en el nuevo disco, como es lógico, pero queremos buscar en el cajón de las viejas canciones y recuperar algunas que no solemos tocar nunca en directo. Esperemos que os sorprenda.
 
Seremos nosotros cinco, con la ayuda de Terry Edwards. Nos sentimos más fuertes que nunca y estamos deseando que lleguen.
 
 

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