Tindersticks – Teatro Lara (Madrid)

Tras estar a punto de desaparecer después de la gira de Waiting For The Moon (2003), Tindersticks decidieron renovarse en el fondo y la forma, dejando a un lado el carácter melodramático de antaño y cierto envoltorio de pomposidad en su discurso. Un lustro después, regresaron retomando el lado más desnudo y directo de sus inicios, para iniciar una nueva etapa, que acaba de dar como resultado The Something Rain, su ya tercer trabajo desde entonces y sin duda, el más redondo de ellos.

La formación liderada por Stuart Staples se presentaba  en un abarrotado Teatro Lara (sus dos noches en la capital se agotaron hace semnas) como sexteto al uso con voz, guitarra, bajo y batería, contando con el apoyo de los teclados del virtuoso David Boutler y el soporte de un gran Terry Edwards (PJ Harvey, Gallon Drunk, Spiritualized), que alternó el saxo y los teclados, para dotar de más matices si cabe, la habitual belleza de sus composiciones.

El ambiente era sin duda el más apropiado para disfrutar como se merece de uno de los trabajos más cautivadores de lo que llevamos de año y de una de nuestras bandas de cabecera de las dos últimas décadas. Las expectativas se cumplieron. Hace pocos días, nos comentaban en una entrevista que su gira iba estar basada en su último álbum –el que interpretaron al completo– y en algunos temas escondidos de su discografía. Y así fue.

Arrancaron con la emotiva “Blood” para a continuación, hacer que nos contorneásemos al ritmo de «If You´re Looking for a Way Out»,  y  que volvieráramos a estremecernos con “Dick´s Slow Song”. O lo que es lo mismo, Un paseo por su debut (Tindersticks (93)), su memorable versión del tema disco setentero de Odyssey y una parada en el lado menos accesible de Curtains (97).

Con las cartas sobre la mesa, entraron de lleno en sus composiciones más recientes, comenzando con la arriesgada “Chocolat”, que terminó convirtiéndose en una suerte de jazz oscuro y contundente de lo más sugerente, y las desde ya, clásicas “Show Me Everything” y “This Fire Of Autumn”. La pastoral “Don´t Ever Get Tired”, única visita de la noche a Can Our Love… (01) enlazó con otro tema de Simple Pleasure (99), la sentida “I Know That Loving” que sonó mejor que nunca.

La primera parte del concierto culminó con la belleza nocturna de “A Night So Still”, el cha-cha-chá bailable “Slippin´ Shoes” y el momento más intenso de la noche, protagonizado por la densidad embriagadora de “Frozen”, toda una suerte de reverbs, delays, pedales, saxos desquiciados y ecos de la atronadora voz de Staples que, literalmete, casi nos hacen caernos del asiento. Memorable. La placidez de “Come Inside” nos dejó noqueados mientras la banda abandonaba el escenario sin que apenas reparásemos en ello.

El broche final en dos actos comenzó con una nueva visita a su cuarto álbum, con la reposada “If She´s Torn” y con un tema del segundo, la frágil “Cherry Blossoms” que sinceramente, no nos esperábamos. El broche final llego de la mano del single “Medicine” y la instrumental “Goodbye Joe” que cierra The Something Rain.

Así sin más concesiones, sin guiños a sus canciones más populares, culminó una noche memorable que nos dejó saciados, gracias al buen hacer de unos auténticos artesanos de la escena contemporánea.

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