Turbonegro – Sexual Harassment ( Scandinavian Leather Records)

La banda noruega reconvertida a quinteto, después de la marcha del vocalista original Hank Von Helvete y el teclista Pal Pot Pamparius, lanzan su octavo álbum en estudio (el segundo no lo cuento ya que era el primero con algunos cambios), primero en cinco años desde Retox. Si bien es cierto que para muchos Turbonegro ya lo habían dicho todo en la década de los noventa, en la que editaron sus mejores obras sin discusión; Never is Forever, Ass Cobra o el celebradísimo Apocalypse Dudes (casi la mitad del repertorio en directo de hoy día sigue siendo de este disco), los escandinavos continuaban creando algún que otro himno Punk en sus posteriores discos que lograban mantener el interés.

Cuando los admiradores recibimos la noticia de que el carismático Hank Von Helvete dejaba la banda, hace ahora unos dos años, lo más lógico era pensar que Turbonegro desaparecerían, pero parece que el guitarrista Euroboy y el bajista Happy Tom, claramente los líderes actuales de la banda, no estaban dispuestos a cargarse la gallina Glam de los huevos de oro Punk. Así que a los pocos meses anunciaban nueva formación con nuevo vocalista, físicamente un clon de Hank; el ex presidente del club de fans de la banda en Londres que responde al nombre de Tony Sylvester, también cantante de The Dukes of Nothing. Cualquiera puede pensar que soy un fan acérrimo de Hank y que no admito otro cantante, pero es que la voz del nuevo vocalista no tiene nada que ver con la del vikingo, esta última con muchos más registros, con un ligero toque Glam y con mucha, mucha más presencia en vivo, a juzgar por los videos que circulan por la red con el nuevo cantante.

Independientemente de la voz, los temas del disco no pasan de ser una sombra de lo que fueron, no hay muchas novedades al respecto del sonido; Punk furioso y Rock Cazurro con ramalazos Glam, no dejan de fusilar a sus admirados Dictators en «Hello Darkness» o «Tight Jeans», Loose Jeans», y regresan a los Turbonegro más gays en «Shake your Shit Machine» o «You Give me Worms» pero en líneas generales el disco no atisba un futuro muy halagüeño para la nueva formación escandinava.

Parafraseándolos: «Turbonegro Must be Destroyed».

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