White Denim – Corsicana Lemonade (Downtown Music)

Muchas veces se confunde la valentía con la temeridad, que decía aquel. Uno está acostumbrado a que, ante una crítica abiertamente no-positiva, surjan voces que le acusan de todo: desde matar a Manolete a no ser fan del grupo en cuestión. Faltaría más. La locura máxima: analizar un disco de un banda de la que no tienes una camiseta. Bien, para adelantarme a la corriente de comentarios contrarios que pudiera generar esta reseña, anunciaré que, hasta este verano, yo a White Denim, ni con un palo. Dicho queda.

Sin embargo, desde su actuación en directo en el último BBK (posiblemente el mejor concierto junto al de Gary Clark, Jr.), los veo con otros ojos. Y su último disco ha terminado de convencerme. Corsicana Lemonade es la culminación de la normalización del sonido de White Denim. El disco que todo grupo debería hacer, ese a partir del cual se debe vertebrar una discografía al final de la carrera. Hasta ahora, el sonido de la banda de Austin tenía muchas aristas, pero pocos lugares a los que asirse. Su pop-rock era tan brillante como escurridizo, tan rico en lo experimental como difícil de encarar a simple vista. Algo atractivo pero complicado de abrazar.

Su sexta referencia no rompe con nada de lo mostrado anteriormente, simplemente lo presenta bajo el prisma de la raíz norteamericana; a su manera, blues, country y soul vehiculan su angulosa música de forma que, donde antes había un risco difícil de alcanzar, ahora aparece una escalera que nos permite llegar hasta arriba y admirar el paisaje. En este cambio de escenario, mucho ha tenido que ver el cambio en la producción: los tejanos han pasado de autoproducirse a permitir que Jim Vollentine (Spoon, entre otros) y Jeff Tweedy manejen sus canciones; el líder de Wilco firma la producción de «Distant relative salute» y la premonitoria «A place to start», los dos temas más suaves del disco.

Cualquiera que tenga el oído un poco entrenado, coincidirá en que Corsicana Lemonade remite con cierta promiscuidad a los Black Keys. Y no sólo en la magnífica voz de ese James Petralli que corría dando vueltas al escenario del BBK. La misma «At night in dreams» que abre el disco parece, de hecho, un poderoso sueño psicodélico de Auerbach y Carney. Si uno llega hasta el elegantísimo pop-rock del inicio de «New blue feeling» podría pensar White Denim está haciendo un Black Keys, y no estaría del todo equivocado si entendemos «hacer un Black Keys» como la opción de abrir el abanico para poder llegar a mucha más gente sin por ello renunciar a hacer un disco de calidad ni, por supuesto, a las raíces.

Pero hay más en Corsicana Lemonade. El rock sureño y escandaloso de «Come back» o «Pretty green» equilibra la pasión por el baile con la pura contemplación de una buena guitarra; la folcórica «Let it feel good (my eagles)», que suena a Buddy Holly actualizado; o «Corsicana lemonade» y la bifásica «Cheer up / Blues ending», perfectos ejemplos de que los norteamericanos no han renunciado a la herencia de sus anteriores discos.

Corsicana Lemonade es la madurez de White Denim, la creación de un grupo que se encuentra en el culmen de su plenitud. Y uno de los discos de 2013.

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