Wolf Parade – Cry Cry Cry (Sub Pop / Popstock!)

Wolf Parade surgieron al amparo de dos talentos contrastados como los de Spencer Krug (de Frog Eyes) y Dan Boeckner (de Handsome Furs), y la unión de ambos ha terminado por derivar en uno de esos grupos que siempre cumple, demostrando una valiosa eficiencia, cierta diversidad estilística y un buen manejo de sus propias armas. Su cuarto disco de estudio es otro ejemplo de esa habilidad y, aunque tampoco cambiará el rumbo del grupo (ni artísticamente ni a nivel de repercusión), certifica ampliamente esa posición como banda fiable y sólida.

Cry Cry Cry (2017) es un disco que entra francamente bien, en un reencuentro -siete años después del apreciado Expo 86 (2010)- que resulta satisfactorio por varios motivos. El primero de ellos, indispensable y sencillo, es que la entrega incluye amplio número de buenas canciones. Prácticamente todos y cada uno de los once cortes elegidos son acertados y convincentes, ante los que poco cabe que objetar y en una selección que incluye además piezas realmente destacadas. La segunda razón recae sobre una diversidad de formas que, sin embargo, resulta lo suficientemente homogeneizada como para lucir agradecida y aumentar el encanto global sin caer en la anarquía.

Los canadienses se esgrimen sin problema entre unas coordenadas que, según la ocasión, rebotan de Shearwater a The National y de My Morning Jacket a David Bowie, llegando incluso a alcanzar a bandas deudoras de la ‘Nueva Ola’ británica como The Rumbles Strips o Art Brut. El disco alterna así oscuridad y aspereza (“Lazarus Online”, “Baby Blue”) con estados pop más animados y casi bailables (“You’re Dreaming”, la pegadiza “Valley Boy”), e incluso alcanza gamberras celebraciones (“Artificial Life”, “Incantation”). Junto a ellas también destaca el ramalazo glam de “Weaponized”, así como la épica musculosa de una “King Of Piss And Paper” que cierra el álbum.

El sonido del grupo resulta compacto y creíble, y si bien la presente obra no puede (ni tampoco pretende) presumir de novedosa, vanguardista o rompedora, resulta a cambio la confirmación de una regularidad loable en sí misma. El quinteto ha sabido aprovechar con inteligencia su posición, manejándose a su propio ritmo y aprovechando esa base para aumentar ambición en las dosis apropiadas. Lo suficiente como para asegurarse el tiro pero sin relajaciones, mientras que su generosidad en guitarras y teclados vintage invitan a seguir pendientes de ellos en el futuro.

Escucha Wolf Parade – Cry Cry Cry

 

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