Woods – Bend Beyond (Woodsist)

Andaba yo más emocionado que Antena 3 con un catástrofe natural, pensando que no había nada más sureño que este disco, nada que musicara mejor las hazañas de un sucio pero noble cazarrecompensas en Laredo. Y entonces recordé que Jeremy Earl y compañía son de Brooklyn. Y que todo esto está hecho ahora, para gente que jamás empuñará un Colt ni llevará una prueba de vida ante el sheriff del condado para cobrar una recompensa. Aún así, el disco es sensacional.

Sueños frustrados a un lado, este Bend Beyond es seguramente una de las mejores cosas que te puedas encontrar en una tienda. De lo que sea. El séptimo trabajo de Woods abarca todo el espectro de las cosas, de las texturas y de los estados de ánimo. La portada, con esa serpiente (¿de cascabel?) irguiéndose ante un sol que se derrite sobre el campo como la yema de un huevo que se rompe en el plato, ya deja claro de qué va todo esto. Esto va de emociones y melodías, frágiles y bonitas, pero arrastradas y apaleadas por la cara más impracticable de las Rocosas.

Este verano caía en mis manos el nuevo disco de Beachwood Sparks. Woods han hecho con Bend Beyond la continuación de aquel disco; sin saberlo, claro. Cómo vivir un año al calor del country-rock de unos Byrds resucitados bajo un sol que rasca más que en los 60. No importa el frío que haga fuera. Bend Beyond, al contrario que The Tarnished Gold, se presenta más rugoso y natural, menos pulido, sin envoltorio aparente. Por eso todo en el disco aparece con una pátina de crudeza irresistible, del encanto admirable del que se levanta a por más con la nariz rota, el labio partido y la camisa llena de grava.

La rudeza de Woods se extiende, en una colección de canciones mayoritariamente breves, por las melodías más optimistas («Cali in a cup», «Is it honest?», «Back to the stone», «Wind as the wine», «Lily», «Impossible sky»), pero también se hace hueco a través de canciones en la que es protagonista principal («Cascade», «Find them empty»), y en esos engendros que no distinguen entre la esperanza y la condena, que sólo muestran lo largo y, a la vez, lo corto que es el camino («Bend beyond», «It ain´t easy», «Size meets the sound», «Something surreal»). Las voces agudas a punto de quebrarse, las guitarras ensortijadas de «Size meets the sound», a veces más estridentes incluso que la armónica de la adorable «Cali in a cup», el órgano retorcido de «Find them empty»,… Bend Beyond es una melena oscura, ondulada y rizada, salvaje y enigmática. Algo que explorar con los dedos mientras intentas encontrarle el principio al horizonte. Algo que no parece agotar su encanto jamás.

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