12Twelve – Bikini (Barcelona)

Cerca de trescientas personas pudieron asistir, por fin, el pasado día 4 de diciembre a la presentación en directo de uno de los discos más esperados del año. Tras un ligerísimo paso por el festival BAM en septiembre, los barceloneses 12twelve se subían al escenario de la sala Bikini para demostrarnos por qué un tipo tan solicitado como el afamado productor Steve Albini ha accedido a grabar Speritismo (BOA Music 2003), un disco donde el rock más ruidoso, el jazz más loco y las emociones más fuertes trabajan codo con codo para alterar las percepciones del oyente de una forma más que efectiva.

El resultado final fue totalmente satisfactorio. Los cuatro miembros del grupo desenfundaron su faceta más feroz para convertirse en una especie de jinetes del apocalípsis que, cabalgando sobre guitarra, bajo, batería, teclados y vientos, desataron una auténtica tempestad de sonidos y emociones (aunque suene a tópico totalmente manido, no hay modo más certero de describir a qué diantre sonaba aquello).

De este modo, en un concierto breve -apenas llegaron a la hora de repertorio- pero sin lugar al descanso, la guitarra de Jaume Pantaleon escupía las notas de todas y cada una de las canciones del mencionado Speritismo, exactamente en el mismo orden en el que están registradas en el disco pero, eso sí, con mucha más intensidad, la que profiere el hecho de tocar en directo y en una sala con unas excelentes condiciones acústicas.

Las siete composiciones del nuevo disco se sucedieron de forma vertiginosa, entrelazadas por las espirales de ruido de una guitarra que parecía tener vida propia, los bruscos cambios de ritmo de una batería más parecida a un set de percusiones jazzísticas reproducido al doble de revoluciones por minuto que a un set de precusiones de rock, los salvajes latidos de un bajo que presionaba los oídos, la brasa sonora expulsada por unos teclados totalmente incendiarios y los estallidos de una trompeta que parecía soplada por el mismísimo Lucifer.

Una vez presentado el disco de cabo a rabo, un breve descanso, que apenas permitió recuperar el aliento a los pobres diablos que nos encontrábamos entre el público y un último tema, «News may be good or bad», de su anterior trabajo discográfico. Un broche perfecto para un gran concierto.

Una banda extraordinaria, difícil de encontrar en España. Un concierto sexual.

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