Cómic: Punks Not Dead (Black Crown/Medusa)

Me dijo un amigo punki que si los viejos rockeros nunca mueren, los punkies siguen aquí después de muertos. Y no le faltaba razón. Si hay una cultura que muere, resucita, vuelve a morir y vuelve a resucitar es la punk. De toda la vida ha habido punks por las calles, pero han ido derivando en nombres diferentes; el anarcopunk, el queerpunk y el ciberpunk. Pero al final, detrás de todo ello, queda la ideología. Y esa pervive. Esta nueva era de lo políticamente correcto que, como todas las cosas, ha terminado a dar la vuelta y ahora son la gente de derecha rancia y casposa los que se llaman así. Me refiero que los neocom se consideran ahora “políticamente correctos” no punks; ¿Ves tú a Casado o al Juanma Moreno Nocilla cantando el “Anarchy in the UK”? Ellos son más de Siempre así de toda la vida.

¿Y a qué viene este ramalazo punk? Bueno, en realidad siempre he sido de espíritu anarca. Hace unas semanas, merodeando en mi habitual visita por mi tienda preferida de cómics, Raccoon Games (Luis Montoto, 144, Sevilla) tropecé con un trabajo que, inmediatamente, llamó mi atención. Lleva por título Punks Not Dead y es una obra editada por Medusa Cómics. Como el punk, su cultura, sus canciones y su filosofía de una forma u otra llevan conmigo toda la vida no pude evitar echarle mano y, elementalmente, llevármelo para casa. Os mentiría si os digo que tenía una idea precisa del mismo. No, no era el caso. No había leído nada sobre él. Ni una sola reseña en medio de prensa ni tan siquiera en redes sociales.

Tras la duchita, el pijama de estar por casa y la comodidad de la cama en una noche de frío invierno, tomé en mis manos este tomo que forma parte de una de las series de cómics más frescas y gamberras que nos ha llegado de la cultura independiente yanki. En este -denominado Volumen 1 se reúnen los seis primeros números editados por IDW bajo su sello Black Crown.

Está realizado por dos autores poco conocido; los guiones de David Barnett y a los lápices Martin Simmonds. El primero debuta en el mundo guión de cómics pero venía del periodismo y la literatura. Simmonds, por su parte, si ha hecho cosicas en el universo Marvel como por ejemplo para Jessica Jones y hasta en algún tomo de Los Vengadores ha colado su marca; concretamente en el epílogo del evento Sin Rendición que protagonizaba Mercurio. La cuestión; que tampoco eran top name y se han marcado un tebeaco que lo flipas maripipas.

El argumento de Punks not Dead, al menos lo que se puede contar para no destripar demasiado, es como sigue… Fergie Ferguson, un adolescente problemático que vive con su madre en Londres, se gana la vida actuando en programas de TV contando trolas tales como enfermedades inventadas y conflictos familiares falsos que sirven para dar audiencia en este tipo de programas pencos. Cuando se dispone a hacer un viaje conoce al fantasma de Sid Vicious que está condenado a deambular durante toda la eternidad por el aeropuerto Heathrow. El chaval, que viste con una camiseta de Los Smiths solo porque a su madre le gustan, no tiene ni idea de quién es este icónico personaje punk y entonces surge esta raruna amistad. Y ya el guión comienza a virar en situaciones rocambolescas, conspiranoicas y divertidas que nos llevan a conocer al Departamento Secreto del gobierno inglés dirigido por Dorothy Culpepper; extravagante y descontrolada señora que vive anclada en el estilo vintage de los años 60 y que toma protagonismo en el resto de la obra. Es una señora grosera, agresiva, snob, pero inteligente y ácida a la par. En este mismo volumen conocemos su origen y sabremos el porqué de su carácter agrio. Y mola mucho. Interesting todo esto ¿Verdad, guapi?

Cuando comienzas a leer la obra, los dibujos y los diálogos son tan arrolladores que no puedes dejar de mirarlos. Y leerlos. Y releerlos. Esté que os habla va ya por la tercera ocasión. Y solo antes de publicar esta crónica. Tal vez esa leyenda negra del punk que representó Sid es lo que hace que esta obra nos sea tan atractiva. El rostro más conocido del punk y bajista de los Sex Pistols era gamberro y carismático como pocos. Vicious -nacido como John Simon Ritchie-, encarnó el prototipo del ‘Vive rápido, muere joven’ al fallecer no ya a los 25, como vaticinó en su primera entrevista («Probablemente muera antes de llegar a los 25, pero habré vivido de la manera que quería»), sino a los 21. Una sobredosis de heroína acabó con su vida en 1979 y sobre su muerte siempre gravitará uno de los grandes enigmas del punk. ¿Suicidio o trágico accidente?

Ya solo por estos tres personajes el cómic merece que forme parte de vuestra repisa de “Los que siempre hay que leer” porque si la portada es chula con ganas, los dibujos del interior son precisos y detallados algo que se agradece en estos tiempos de tan a la pata la llana comiquera. Además combina colores de distintas tonalidades para conformar un aspecto pop, caleidoscópico, que crea en el lector una sensación de movimiento constante para no levantar ojo del mismo. Hay amor, ternura, pero también diversión e incluso terror. De todo un poco.

Punks Not Dead mezcla elementos y crean esta historia tan explosiva y atractiva que entra por ojo, como ya dije, por su encantador aspecto visual y por los personajes tan sólidos y carismáticos. Y este que os hablo es sólo el primer volumen, por lo que estaré pendiente en mi tienda de cómics de las siguientes remesas. Ya estoy deseando tener el Tomo 2 en mis manos, mirad que os digo.

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