Conciertos singulares (III): Belle and Sebastian en la biblioteca

A lo largo de esta tercera entrada de “Conciertos singulares” nos aproximaremos a una de las actuaciones más curiosas, en directo, de la cautivadora, entrañable y multirisada banda escocesa Belle and Sebastian.

Ya bien entrado el año 1996, dicha agrupación estaba constituida por Stuart Murdoch, Isobel Campbell, Sarah Martin, Stevie Jackson, Chris Geddes, Stuart David, Richard Colburn y, en aquel punto inicial, también se le podía considerar miembro adjunto al trompetista Mick Cooke; aunque éste último no se incorporó al clan, ya de modo oficial, hasta 1998. Ya en etapas posteriores hubo alguna que otra permutación de personal, como perfectamente conocen los muy adeptos a este conjunto.

Un 18 de Octubre de aquel año 96, aconteció que a los componentes del, por entonces, novedoso proyecto les surgió la tentadora oportunidad de ofrecer un concierto especial en la enorme y señorial biblioteca central de su ciudad, Glasgow. Efectivamente, no era nada usual que en un emplazamiento cultural como ese se celebraran eventos de pop-rock.

Dicho edificio público fue construido y fundado por orden de Stephen Mitchell, en 1877, un rico productor de tabaco, aunque no se inauguró de cara al público hasta 1911. Hoy día, la Mitchell Library posee más de 1 millón de volúmenes en sus vitrinas.

Aunque aquel 1996 era solo el primer año de existencia activa de la banda al completo, ellos ya tenían grabados nada menos que dos discos y además preparados ambos en muy poco tiempo: uno ya publicado como es Tigermilk y otro a punto de ver la luz, en aquel momento. Naturalmente, en segundo término, nos referimos a If you’re feeling sinister.

Aparte de Belle and Sebastian, aquel 18 Octubre, en el Moir Hall de la biblioteca Mitchell tocaban justo antes que ellos unos buenos colegas, es decir, otra banda escocesa llamada Arab Strap. Un tiempo más tarde se produjo la llamativa circunstancia de que Stuart Murdoch y cía., titularían su tercer LP, de 1998, haciendo referencia al nombre de este mismo grupo; algo que molestó ostensiblemente a estos últimos al generarse cierta confusión por ello.

Aunque aún restaba un mes para la edición de su segundo álbum If you’re feeling sinister, nuestros protagonistas ya tocaron, en la biblioteca Mitchell, la totalidad de las 10 canciones del inminente LP y además, en el orden exacto en el que también desfilan por el disco: “The stars of track and field”, “Seeing other people”, “Me and the major”, “Like Dylan in the movies”, “The fox in the snow” y el resto de abrumadoras preciosidades sonoras. Ya como anexo, ofrecieron algún bis a través de alguna otra canción del disco Tigermilk.

Antes de proseguir relatando dicha actuación, se deben recapitular algunas conexiones de la banda con los propios libros. Sin ir más lejos, repetir una vez más que el propio nombre del grupo se extrajo de un cuento corto escrito por el propio Stuart Murdoch, el cual precisamente, redactó dentro de las instalaciones de la propia biblioteca central Mitchell, a últimos de 1995. Para el título de su relato, Murdoch a su vez se había inspirado en una serie de televisión, adaptada ésta de una obra literaria francesa llamada Belle et Sébastien y firmada por la escritora Cécile Aubry, en 1965.

Además, en la portada del comentado If you’re feeling sinister, posó una amiga del propio Stuart llamada Ciara McLaverty con una novela al lado, a punto ella de leer dicho ejemplar y titulado éste The Trial (“El juicio”, de 1925), de Franz Kafka. También el autor del turbulento volumen El guardian entre el centeno (1951), el escritor J.D. Salinger, influenció a Belle and Sebastian y sus quejosas letras existenciales y adolescentes.

Por otro lado, el grupo publicó canciones, posteriormente, como “Put the book back on the shelf” (“Coloca otra vez el libro en la estantería”), en el 2000;  “Wrapped up in books” (“Envuelto en libros”), en 2003 y “The book of you” (“El libro tuyo”), en 2015, con lo que continuaron aquí ellos las diferentes asociaciones literarias.

Tras tocar en la Escuela de Arte y en un par de cafeterías de Glasgow, el acto de la Biblioteca Central en esa misma urbe era el concierto de mayor calibre que Belle and Sebastian había brindado hasta ese momento de 1996. Así pues, el silencio habitual que debe guardarse en el interior de este tipo de edificaciones, sería reemplazado por la delicada y preciosa música del octeto.

Montaron y construyeron ellos mismos un escenario, el cual se dividía en dos partes, quedando más apartados del resto y al otro lado de la sala Moir Hall, el bajista Stuart David y el teclista Chris Geddes. Esa situación escénica motivó que, el sonido entre éstos dos últimos y los otros seis no quedase bien sincronizado del todo, así que los varios defectos técnicos que ya habían padecido en las funciones anteriores en las propias cafeterías, tornaban a duplicarse ahora aquí. De tal modo, la banda se oía bien a sí misma pero en la acústica general del espacioso salón de libros se notaba un pequeño retardo sónico entre los instrumentos de los propios Geddes y David con respecto a Sarah Martin, Isobel Campbell, Stevie Jackson, Stuart Murdoch, Mick Cooke y Richard Colburn.

Todavía no estaba del todo bien conjuntada, en directo, la formación escocesa, en 1996 y aquello motivo alguna desavenencia entre los mismos Murdoch y Geddes. Por su parte, a Stuart David le trajeron sin cuidado dichas imperfecciones en vivo y a la violinista Sarah Martin le pareció bastante raro pero muy gracioso aquel desordenado show entre estanterías y tomos. Como añadido, el público asistente le perdonó aquellas descoordinaciones a Belle and Sebastian durante aquel recital bibliotecario, ya que la propia audiencia les consideraba vulnerables, encantadores y singulares a aquellos chicos semi-profesionales y con aspecto de recién graduados en el conservatorio.

Ya la reputada discográfica “indie”, Jeepster Records, había intuido las monumentales posibilidades que anidaban en aquel diamante sin pulimentar, ya que dicho sello les había fichado dos meses antes de aquel concierto en la Mitchell Library, es decir, en Agosto del año 96. Aquella condición de culto que Belle and Sebastian se labraron al principio, a través de su acristalado pop de cámara, era la situación artística ideal que deseaba la romántica violoncelista y vocalista Isobel Campbell; dónde por cierto, desde aquel mismo año 1996 ella y el poeta Stuart Murdoch ya eran amantes habituales.

Regresando al tema de la biblioteca Mitchell, con respecto a este mismo sitio de lectura había existido, previamente, otro detalle sintomático ahora entre el mismo Stuart Murdoch y su tocayo Stuart David. Dos años antes, en 1994, ambos se habían conocido en un curso musical para desempleados y ya en 1995, el par de muchachos habían iniciado ya los primeros ensayos de las canciones del LP Tigermilk.

Entonces, el bajista David embelesado con la increíble capacidad de aquel rubio compositor de Ayr Town, le preguntó a éste sobre el arte de crear grandiosas melodías y si podía darle lecciones sobre ello dentro de alguna sala que poseyese un piano en la propia Mitchell Library, edificio el cual frecuentaban en Glasgow. El genial y prolífico profesor Murdoch, sin embargo, no aceptó en ese momento aquella demanda de su colega David y es que el primero explicó a su compañero que la inspiración y el don para que te broten canciones infalibles no es algo que se pueda enseñar: es algo que se tiene o no se tiene. Ahí mismo ya quedó muy transparente quién se elevaría como el líder natural de Belle and Sebastian.

En noviembre de 1996, un mes después de aquella “literaria” y singular interpretación en vivo en la Mitchell Library, se editó una de las obras maestras del grupo, la mentada If you’re feeling sinister. Después de eso, aunque el mismo combo siguió parapetado en la mansa Glasgow y sin querer saber mucho de la fama, ni de entrevistas, ni de la selvática escena musical de Londres, resultó que la prensa inglesa y la estadounidense (además de los oyentes) fueron mostrando cada vez más y más interés por los muy prometedores Belle and Sebastian. Así que, gradualmente y con los años, éstos últimos se fueron transformando en la celebridad mundial que son en la actualidad. Bajo mi punto de vista, Stuart Murdoch y su camarilla son uno de los 5 más sobresalientes y originales grupos pop de los últimos 25 años, además de mucho más que dignos herederos de Simon and Garfunkel, The Velvet Underground, Aztec Camera o The Smiths; entre otros.

Terminar rememorando que, aquí en Muzikalia, podéis hallar diversos artículos previos sobre Belle and Sebastian que, desde el año 2001 hasta este 2020, hemos ido escribiendo varios autores de la revista.

3 comentarios en «Conciertos singulares (III): Belle and Sebastian en la biblioteca»

  • el 26 julio, 2020 a las 7:28 pm
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    Muy curiosa e interesante, la explicación en torno a esta inusual puesta en escena de las canciones del segundo álbum de este gran combo de culto en ese momento creativo tan efervescente y añorado de Stuart Murdoch i Cía . Gracias a Txus Iglesias y a Muzikalia por recopilarla y trasladárnola. Un cordial saludo.

  • el 27 julio, 2020 a las 1:36 am
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    Gracias a Paloma y a Xavi por sus comentarios ,aquí en Muzikalia, sobre aquel singular concierto de Belle and Sebastian, en 1996.
    Saludos

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