Conciertos singulares (VI): The Stone Roses en la isla polvorienta

Una alegórica polvareda fue la que causaron, en sus inicios, The Stone Roses al oponerse, con rotundidad, a telonear a The Rolling Stones, New Order o The Pixies, además de criticar a Sting y a la Reina de Inglaterra; no dejando impasibles ni a prensa ni a audiencia. Su codicia no albergaba límites: ¡anhelaban ser más trascendentes que los mismísimos The Beatles!  La permuta generacional de bandas en el Reino Unido y quizás, una novedosa revolución rock había detonado con todas las consecuencias en las postrimerías de los años 80 y nuestros protagonistas de hoy fueron uno de los que abanderaron la tendencia musical de moda en aquel instante: el sonido “Madchester” (una atinada aleación de neo-psicodelia, “british beat”, funk y dance).

 

Así pues Ian Brown, John Squire, Gary “Mani” Mounfield y Alan “Reni” Wren se mostraban muy orgullosos de provenir de uno de los epicentros musicales más primordiales de toda la historia como es la propia ciudad de Manchester, al igual que Joy Division, The Smiths, The Fall, Happy Mondays, James, Oasis y tantos otros ases de esa concreta baraja pop-rock.

Después de lanzar su debutante LP homónimo en 1989, el cual obtuvo de entrada un saldo nada menos que de 600.000 copias, el concierto más singular y emblemático que ofrecieron los fabulosos The Stone Roses, en aquella inaugural etapa suya, fue el de Spike Island, una isla artificial al Noreste de Inglaterra.

El manager de la banda Gareth Evans había estado cavilando sobre una actuación en una en una pista de carreras o en una cantera y al final, se decidió por llevar a la banda al mentado sitio, en lo que supondría un evento que albergaría decenas de miles de personas. El festival de Knebworth, que iba a celebrarse en Junio de 1990, quedó absolutamente descartado porque los históricos Pink Floyd, Led Zeppelin, Genesis, Elton John, Paul McCartney o Dire Straits iban a acudir allí y The Stone Roses no deseaba hacer lo mismo que la “vieja guardia” del rock británico, ya que los de Manchester buscaban un lugar donde nadie hubiese tocado nunca. Ellos aspiraban a ser distintos a todos.

Stone Roses cartel

Efectivamente, Spike Island, la cual era un antiguo vertedero de residuos tóxicos, no parecía un emplazamiento nada frecuente para un bolo de rock and roll pero la interpretación se consumó allí mismo, el Domingo, 27 de Mayo de 1990. Otra de las dificultades residió en que los inconformistas y controvertidos Stones Roses portaban 6 meses, desde Noviembre de 1989, sin tocar en vivo y parecían hallarse algo desentrenados. Aquel bloqueo de shows en directo se produjo por una seria trastada de arrojar pintura a otra persona, lo cual ejecutaron Ian Brown y su escuadrón, en Enero de aquel año 90, en concreto contra el jefe de su primera discográfica FM Revolver, Paul Birch, debido a que éste había editado el videoclip de la canción “Sally Cinnamon” sin el consentimiento de la propia formación mancuniana. De tal modo, éstos últimos se hallaron muy ocupados con varias visitas a los juzgados y al final, los cuatro músicos esquivaron el presidio tras abonar una multa de 23.000 libras a finales de ese año 90.

 

Sin embargo, era hora ya de hallar un hueco para una gira, la cual empezó en Suecia aquel Mayo de 1990, aunque “Las Rosas de Piedra” también deseaban hacer funcionar sus instrumentos en casa, o sea, en Inglaterra. Al final, como se ha explicado, eligieron la ínsula Spike, anexa ésta a Widnes, una localidad industrial la cual se sitúa a pocos kilómetros de Manchester y de Liverpool. Todos los partidarios británicos de la banda, sin embargo, acudirían en tromba y adonde fuera para ver a sus nuevos héroes y muchos de esas decenas de miles de seguidores se plantarían allí incluso sin ticket.

La expectación era apoteósica alrededor de ese concierto de The Stone Roses y aquello pretendía ser una reunión de gente proveniente desde varios puntos geográficos, dentro de un ambiente pacífico y de hermanamiento de culturas alternativas británicas y donde el sentimiento general fuera que concluyese, por fin, el gobierno thatcherista en Inglaterra.

La rueda de prensa del día anterior, 26 de Mayo de 1990, en un hotel de Manchester fue una verdadera colisión entre el representante Gareth Evans y los propios medios de comunicación, ya que el primero había intentado cobrar el acceso a la sala de entrevistas a televisiones como la BBC, las cuales entonces se negaron a retransmitir aquel recital. Además, cuando el propio Ian Brown, John Squire y compañía salieron a la rueda de prensa, éstos solo emitieron vagos monosílabos y silenciosas sonrisas como contestaciones a las preguntas de los reporteros, una circunstancia que inflamó aún más el crispado ambiente entre los indignados rotativos y los desafiantes The Stone Roses (de los cuales, por cierto, podéis leer un especial, en Muzikalia, sobre sus mejores canciones escrito por mi compañero Manuel Pinazo, en 2016).

En consecuencia, Brown, Squire y el resto le comunicaron a la empresa Central Music TV que no era necesario grabar imágenes del aquella función en directo y no hubo cámaras oficiales el día 27 de Mayo. Únicamente, un video-aficionado captaría algunas tomas visuales del suceso en cuestión.

En cuanto a las condiciones climáticas, el mar se despertó muy revuelto aquellas horas previas al acontecimiento y amenazaba con inundaciones sobre la zona del estuario que daba a Spike Island (por fortuna, al final se apaciguó el oleaje). Dicha demarcación además solo tenía un claro punto de acceso y ésto mismo generó más dificultades en los desplazamientos y las llegadas del gentío, así que las autoridades locales ordenaron construir puentes improvisados sobre la parte del canal que rodeaba aquella particular isleta, también plena ésta de arboledas.

Ya en el momento del show, en las puertas de entrada los organizadores mandaron a los de la seguridad arrebatar a la gente (niños incluidos) la comida que traía de casa, para que éstos últimos compraran bocadillos en los puestos del recinto. Como guinda, de los propios 180 “seguratas” contratados solo habían aparecido 80 e insisto que éstos se mostraron muy severos con el público. Dentro de dicho confuso devenir, se preveían 5.000 asistentes pero aparecieron 40.000 (aunque solo entraron 28.000) y en vez de 200 puestos de alimentos que hubiera sido el número idóneo, solo había 10; así que por ejemplo, la cerveza se finiquitó en 2 horas, nada más. Tampoco la cantidad de baños parecieron resultar suficientes y las elevadas verjas metálicas, colocadas por toda la zona, desprendían cierta sensación de aprisionamiento. Ante los subsiguientes reproches del bajista Gary “Mani” Mounfield sobre todo este asunto, el promotor Phil Jones se defendió alegando que siguió las indicaciones del Consejo de Cultura de Widnes y que la formación de Manchester solo se preocupó de actuar e ignoraron toda la regulación del área de Spike Island.

Después del cantante de reggae Gary Clail, de los tres pinchadiscos, Paul Oakenfold, Dave Haslam y Frankie Bones y de una orquesta de Zimbawe; todo ellos como teloneros, hacia las 9 de la noche le tocó salir a escena a los estelares The Stone Roses. Éstos arrancaron con los acordes del tema “I wanna be adored”, en medio de una ensordecedora ovación.

Lo peor sobrevino cuando las 28.000 personas se pusieron de pie todas a la vez para aplaudir y jalear, ya que también originaron que se levantara una tremenda nube de polvo, provocando la misma trastornos asmáticos entre muchos de los propios asistentes. El temor se apoderó de todos por si habían despertado a los productos químicos que ya no se trataban allí desde hacía 15 años, aunque solo se trató de que la tierra estaba muy seca por el sol y se produjo ese volátil efecto de partículas arenosas. De todos modos, algunas ambulancias tuvieron que auxiliar a varios espectadores y fueron 27 las personas que se vieron obligadas a dirigirse al hospital, además de 400 almas con dificultades respiratorias leves. Incluso un niño resultó intoxicado por el citado polvo, así que Ian Brown, John Squire, Reni y Mani le visitaron, al día siguiente, en la propia clínica.

The Stone Roses, continuaron el repertorio con “Elephant stone”, “She bangs the drums” , “Shoot you down”, “One love”, “Sally Cinnamon”, “(Song for my) sugar spun sister” , “Standing here” ,“Fool’s gold”, “Where angels play”, “Waterfall”, “Don’t stop”, “Something’s burning”,  “Made of stone” y “Elizabeth my dear”; para consumar la faena con “I am the resurrection”.

 

Algunos de los flashes más carismáticos de la actuación se produjeron cuando, por ejemplo, Ian Brown sostuvo en sus manos una enorme bola del mundo con textura de goma y también cuando el mismo vocalista le gritó a la concurrencia: “El momento, el momento es ahora, hazlo ahora, hazlo ahora…”.

La mayoría del público ya estuvo más quieto, por si acaso pero con una capa de motas de polvo en el cabello hasta el final del concierto. Entre dicha concurrencia de Spike Island se encontraban animando a The Stone Roses unos jovencísimos hermanos llamados Liam y Noel Gallagher, los cuales tomaron buena nota de sus paisanos e ídolos para luego fundar Oasis, en 1991.

 

Por otra parte, aquel lugar tan abierto no fue el más idóneo para obtener el mejor sonido, ya que un atroz viento hizo de las suyas y dicha resonancia de la actuación fue bastante pésima. Adicionalmente, también hubo quejas de que la organización no subió los decibelios lo suficiente y ese fue otro motivo de no se escucharan bien las canciones. El promotor Phil Jones contraatacó luego asegurando que el volumen fue el que permitió el Consejo Cultural de Widnes, que sí que hubo una buena sonoridad y que alguien le demostrase a él lo contrario. También afloraron otras opiniones a las cuales les dio la impresión de que aquel evento había sido demasiado grandioso para la escasa longitud de repertorio musical que poseían los intérpretes-estrella de Manchester, los cuales habían tocado durante 75 minutos.

Aunque el periodista John Robb definió aquello como “El concierto más feo de todos los tiempos” y The Stone Roses no cobraron un céntimo en pago a su actuación, resultó que para bien o para mal, se había producido un efecto de culto: lo que sucedió en Spike Island, en 1990, ya era un pedazo de la más mítica cronología del rock. En resumen, que fue como una especie de pequeño Woodstock británico de los años 90, incluidos sus virtudes y sus defectos. La ciudad de Widnes, además, se mostró eufórica por haber sido el centro de atención en el Reino Unido, por un día.

Después de aquel recital, el grupo ofreció alguno más como en Escocia o Finlandia y luego… ¡el cuarteto se esfumó nada menos que 5 años de los escenarios, hasta 1995!. Esto mismo vino dado por graves conflictos con su anterior discográfica Zomba Records o debido a varias desavenencias y flirteos con drogas entre los integrantes de la banda; entre otros motivos. Justo después de que el muy influyente grupo de Manchester reapareciera por segunda vez en 2011, se editó también una película con seguidores ficticios de The Stone Roses y que recreaba el ambiente de Spike Island, en 1990. Dicho film, de 2012, estuvo protagonizado por Emilia Clarke, entre otras/os actrices y actores.

 

Para conmemorar el 30 aniversario del acontecimiento, se iba a celebrar este 2020 un homenaje al concierto original, de nuevo en la propia Spike Island, a cargo de varios grupos-tributo de las más legendarias bandas británicas de Manchester. Éstas serían lideradas por una llamado The Clone Roses, la cual sería respaldada por otras “cover bands” denominadas Happy Mondaze, True Order, The James Experience, The Smiths LTD y Oas-is (éstos últimos con un guión en el medio de la palabra). Sin embargo y cuando ya se llevaban 5.000 entradas vendidas, la pandemia actual no ha permitido llevar a cabo tal acto de veneración y éste se ha pospuesto para 2021.

Stone Roses tributo

Terminar expresando que aquel crucial concierto de 1990, abrió puertas para que se produjesen después otros grandes eventos con bandas “indie” en sitios especiales al aire libre en Inglaterra , como por ejemplo Happy Mondays (en Elland Road, 1991), Oasis (en Knebworth, 1996) o Blur (en Hyde Park, 2009). Dichos directos, eso sí, dispusieron ya de una mejor infraestructura.

5 comentarios en «Conciertos singulares (VI): The Stone Roses en la isla polvorienta»

  • el 14 agosto, 2020 a las 2:17 pm
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    Muy bueno el especial perfectamente documentado. La película Made of Stone del director Shane Meadows habla de muchas curiosidades sobre The Stone Roses(documental totalmente autorizado por la banda).
    Muchas felicidades.

  • el 14 agosto, 2020 a las 5:03 pm
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    Muchas gracias por sus comentario a Julio C. , a J. y a Antonio Domínguez, sobre mi reportaje sobre Stone Roses, aquí en Muzikalia.

  • el 15 agosto, 2020 a las 11:16 am
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    Muchas gracias a Txus Iglesias y a Muzikalia por retrotraernos a este singular concierto repleto de incidencias que muchos desconocíamos, por parte de la influente formación de Manchester. Un cordial saludo.

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